Investigando al servicio secreto
7 de abril de 2006Bullada fue en los últimos meses la discusión acerca de si se requería una comisión parlamentaria para investigar hasta qué punto el servicio secreto alemán, BND, colaboró con Estados Unidos en la guerra contra Irak, que el gobierno del entonces canciller Gerhard Schröder se negó categóricamente a respaldar. Finalmente, también los partidos gubernamentales (cristianodemócrata y socialdemócrata) dieron su venia a la formación de dicha comisión, que se constituyó este viernes.
Temas candentes
Entre sus tareas se contará la de intentar establecer en qué medida el servicio de inteligencia germano BND, entregó información a Estados Unidos durante la guerra de Irak. La explicación oficial de que sólo se hizo llegar a los norteamericanos datos sobre lugares sensibles que no debían ser bombardeados, como escuelas u hospitales, no satisfizo por completo. Y no es el único punto que queda por aclarar. También están en carpeta casos como el del secuestro del alemán Khalid el Masri por parte de la CIA y los polémicos vuelos de agentes secretos estadounidenses que surcaron el espacio aéreo de Alemania llevando prisioneros.
Los temas son pues candentes. Pero, por lo mismo, las expectativas de que el trabajo de la comisión logre revelar mucho más de lo que ya se sabe resultan bastante escasas. De partida, los temas "altamente sensibles" se tratarán a puerta cerrada. Además, el gobierno alemán ya ha anunciado que no dará amplio acceso a documentos clasificados como "secretos". En consecuencia, los miembros comunes de la comisión que soliciten informaciones contenidas en ellos probablemente tendrán que resignarse a que les sea vedada. Únicamente podrían estas documentaciones los jefes de la comisión, que en este caso son dos políticos de los partidos de gobierno: Siegfried Kauder, de la Unión Cristianodemócrata (CDU), y Michael Hartmann, de la socialdemocracia (SPD).
La vieja guardia
Los partidos de la oposición saben que, de facto, permanecerán excluidos de algunos ámbitos importantes. Y la opinión pública intuye que, en definitiva, no es probable que se produzcan grandes revelaciones. Aún así, el trabajo de la comisión seguramente será seguido con atención por la prensa, sobre todo más adelante, cuando llegue el turno de interrogar a destacadas figuras del gobierno anterior, como el ex canciller Schröder o el antiguo ministro de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer. Su sucesor, Frank-Walter Steinmeier, también será citado a declarar, de modo que el asunto no pasará inadvertido.