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Isla de Pascua: el brote de zika olvidado

Diego Zúñiga16 de febrero de 2016

En 2014, Rapanui registró los primeros casos de la enfermedad conocidos en Chile. Hubo un rápido y efectivo control. ¿Podrían aplicarse en América Latina las lecciones aprendidas entonces?

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Imagen: picture-alliance/dpa/Maxppp/G. Boissy

Mientras los casos de zika avanzaban a paso firme por prácticamente toda América, dos países veían la tragedia con pesar, pero sabiéndose ajenos a los embates del mal: Canadá y Chile. Las barreras naturales mantienen a esos territorios libres del mosquito Aedes aegypti, principal vector del virus. En el caso de Chile, el desierto de Atacama y la cordillera de los Andes marcan el fin del imperio de ese insecto, causante también del dengue, chikunguña y fiebre amarilla.

Los registros históricos señalan que en 1912 se produjo un brote de esta última enfermedad en Tocopilla, en el norte de Chile, que es la región más cercana al trópico, aunque sin compartir del todo sus condiciones climáticas. Esta situación llevó a las autoridades a tomar medidas, como evitar los depósitos de agua (escasos en pleno desierto) donde pudieran reproducirse los mosquitos, erradicando definitivamente al peligroso insecto en la década de los cincuenta.

Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) la situación es clara. Su directora, Carissa Etienne, dijo a fines de enero que el virus podría potencialmente llegar a toda la región, excepto Canadá y Chile continental. Y vaya que tiene sentido el añadido “continental”, porque hay una zona de Chile donde el virus ya estuvo y fue controlado: la Isla de Pascua. ¿Podría servir como ejemplo a otras zonas del continente afectadas por el zika?

Antiguo protocolo

En el sitio web de la OPS se informa que “el 3 de marzo de 2014, Chile notificó la confirmación de un caso de transmisión autóctona de fiebre por virus del Zika en la Isla de Pascua”. La enfermedad figura en los registros hasta junio de 2014 en la isla.“Efectivamente, tuvimos zika en nuestro territorio, fue introducido por compatriotas nuestros que visitaron las islas polinésicas de Tahiti y Marquesas”, explica a Deutsche Welle Petero Edmunds, el alcalde de Isla de Pascua, quien encabezó el combate local al brote.

Ese caso citado por la OPS corresponde a uno reportado en Rapanui en febrero. Tras ese contagio, que en realidad no era autóctono como dice la OPS, sino importado, se registraron hasta 173 casos sospechosos hasta junio de 2014. Los pacientes fueron todos dados de alta. Desde entonces no se han vuelto a registrar enfermos por zika, aunque sí por dengue. De hecho, en Hanga Roa el problema es enfrentar los actuales cuatro casos de dengue. Del zika, poco y nada.

“La isla cuenta desde hace mucho tiempo con un protocolo y medidas permanentes de mitigación” por el dengue, cuenta Edmunds, quien recuerda que el zika se enfrentó igual a como se enfrenta el dengue: “Aislamos al paciente mientras dura la incubación, fumigamos las inmediaciones, limpiamos el entorno y, por sobre todo, nos dedicamos a educar, educar y educar”. Esto significa que cada persona se preocupa de eliminar zonas donde el mosquito podría reproducirse.

En Chile es posible encontrar el Aedes aegypti solo en Isla de Pascua.
En Chile es posible encontrar el Aedes aegypti solo en Isla de Pascua.Imagen: picture-alliance/dpa/J. Arguedas

Misión: eliminar al culpable

“En este momento, Chile continental no tiene riesgo de tener casos autóctonos. La Isla de Pascua es nuestro objetivo mayor y nos centramos en los habitantes y turistas que llegan”, dijo la ministra de Salud de Chile, Carmen Castillo, el pasado 4 de febrero. Por ello, las autoridades entregan repelentes a quienes llegan a la isla y visitan las casas para verificar que los habitantes eviten las acumulaciones de agua.

Sin embargo, para Edmunds, habría que dejar de lado las medidas de mitigación y pasar a la acción dura. “Me refiero a eliminar al vector de nuestro territorio, eso es lo que proponemos a nuestro Gobierno. Solo si así se hiciera, con políticas de Estado permanentes, podríamos decir que estamos libres de zika, dengue, chikunguña y fiebre amarilla”, dice a DW la autoridad isleña, que habla de un verdadero “plan de ataque” al mosquito.

Edmunds cuenta que ninguna autoridad de América Latina los ha contactado aún para conocer la experiencia de Isla de Pascua en el combate del pequeño brote de zika, que no pasó a mayores gracias a la rápida reacción adoptada en su momento. Además, dice el alcalde, “tenemos mucha experiencia en el control del vector, llevamos más de una década y media en ello. Quizás podríamos ser un ejemplo local para el mundo de cómo abordar una situación tan difícil como ésta”.

Chile ha registrado tres casos de zika desde que estalló el brote en Brasil, todos ellos importados.