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Israel aceptaría tropa multinacional

Emilia Rojas Sasse23 de julio de 2006

El drama humanitario se agudiza en el Líbano, sin que se vislumbre alto el fuego como el que ha pedido hasta el Papa con carácter urgente. No obstante, Israel ya no rechaza la idea de una fuerza internacional de paz.

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También en Tel Aviv hubo protestas contra la prosecución de la ofensiva israelí en el Líbano.Imagen: AP

"Tengo la impresión de que algo se está abriendo aquí", comentó con cauteloso optimismo el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, tras entrevistarse con autoridades israelíes en el marco del viaje que realiza para sondear posibilidades de salida al conflicto del Líbano. Efectivamente, las cosas parecen haberse puesto en movimiento, ya antes de la llegada de la secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, al Medio Oriente.

Por una parte, Siria por primera vez tomó la palabra para señalizar, por boca del viceministro de Relaciones Exteriores, Faissal Mekdad, su disposición a dialogar con Estados Unidos "sobre la base del respeto mutuo y los intereses" de ambas partes. Por otra, Hezbolá quiere negociar, a través de intermediarios, un canje de prisioneros para liberar a los dos soldados israelíes, cuyo secuestro desató la actual crisis. Eso, en sí, no es nada sorprendente, porque precisamente tal era la intención inicial del secuestro. Lo que sí es nuevo -y a eso se refería el ministro alemán con su apreciación-, es el vuelco dado por el gobierno israelí, que ahora accedería al emplazamiento de una fuerza internacional en el sur del Líbano.

Tropa con "poder real"

En su entrevista con Steinmeier, el ministro de Defensa israelí, Amir Peretz, indicó que su propósito es mantener a Hezbolá alejada de Israel. Para ello, el ejército libanés debería tener el control de la zona fronteriza. "Pero entendemos que se trata de un ejército débil y que, a mediano plazo, Israel tendrá que aceptar una fuerza multinacional", indicó. Semejante opción había sido hasta ahora categóricamente rechazada. Sin embargo, el primer ministro Ehud Olmert parece haber llegado a la conclusión de que no logrará desbaratar por completo la milicia chiíta y, en vista de que no desea una nueva ocupación del sur del Líbano, vislumbra la presencia de tropas extranjeras como una salida.

Eso no significa que Israel esté dispuesto a cesar ahora su ofensiva militar. (Olmert fue claro en señalar que los esfuerzos diplomáticos no impedirán a su país seguir destruyendo la "infraestructura terrorista" en el Líbano). Tampoco implica que acepte una fuerza de paz como la emplazada por la ONU en el Líbano, sin mandato para combatir. Las autoridades israelíes piensan más bien en una tropa que pueda actuar militarmente, manteniendo a Hezbolá lejos de sus fronteras e impidiendo su abastecimiento de armas. Según Amir Peretz, dichas fuerzas deberían operar en el marco de la OTAN, tener "poderes reales" y no limitarse a escribir informes.

Perspectiva inquietante para Alemania

La sola mención de la OTAN como marco para la misión pone nuevamente sobre el tapete una discusión especialmente sensible para Alemania. Debido a su lastre histórico del período nazi, hasta ahora resultaba inconcebible una participación germana en una operación en el Medio Oriente, menos tratándose de una tropa con atribuciones como las que planteó Peretz. La canciller Angela Merkel ya se mostró reacia, indicando que "por el momento no lo veo". Igualmente, el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung, aseguró que "para comenzar es importante que hagamos nuestro aporte por la vía diplomática, para poner fin al conflicto tan rápido como sea posible", agregando que la postura alemana es clara: todos los implicados deben respetar el derecho a la existencia de Israel.