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Israel y la Nueva Europa

chp18 de diciembre de 2003

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, participó en Israel en la Conferencia de Herzlía, uno de los foros políticos y militares más importantes de Israel.

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Más estimado que la Unión Europea.Imagen: AP

El ministro alemán aprovechó su viaje a Israel para entrevistarse también con el primer ministro palestino, Ahmed Qurea. Fue una visita muy corta, pero de ninguna manera exenta de importancia. El ministro germano aprovechó para hacer hincapié en la importancia que tiene que se fije lo antes posible un encuentro entre Qurea y el primer ministro israelí Ariel Sharon, para tratar de reactivar el proceso de paz en la región. Fischer y Qurea se dieron cita en Abu Dis. Aquí, en los suburbios de Jerusalén, se encuentra la sede del jefe de gobierno palestino y debería, según planes iniciales, elevarse el parlamento palestino. Sin embargo este edificio simbólico es por el momento tema de futuro, no así la mejora de las condiciones de vida de los palestinos, que ocupó a ambos políticos. Fischer presentó además al jefe de gobierno palestino una invitación oficial a Berlín.

No hay encuentro con Arafat

A diferencia de viajes anteriores, el ministro germano no se entrevistó con el Presidente de las Autoridad Nacional Palestina, Yassir Arafat. Fischer explicó que no se había planeado una entrevista con él, pues su visita es de tipo informal y tampoco habría un encuentro con el presidente israelí Moshe Katsav. El principal motivo tras su actual visita fue la Conferencia de Herzlía en las cercanías de Tel Aviv.

Durante su última visita a Israel en el mes de abril pasado, Fischer visitó conjuntamente con Yasser Arafat la ciudad de Ramallah, lo que despertó el enojo del gobierno israelí, que poco antes había catalogado a Arafat de personaje non grato. La visita de Fischer al cuartel central de la autoridad palestina destruido por las fuerzas militares israelíes fue festejada como un triunfo de la diplomacia palestina, que anulaba de facto el boicot israelí del presidente palestino, según la interpretación en Ramallah.

La visita de Ramallah no fue el único motivo que despertó el enojo del gobierno israelí. En esa ocasión el ministro de exteriores alemán se negó a visitar las oficinas del jefe del Partido liberal Shinui, y ministro de Justicia, Tommy Lapid. Éstas se encuentran en el este de Jerusalén. Se trata de un sector predominantemente habitado por musulmanes que fue anexionado por Israel. La Unión Europea calificó en su día la anexión de violación de los derechos humanos y recomendó a sus representantes evitar visitas oficiales a este sector de Jerusalén. El ministro de Justicia Lapid reaccionó a la negativa de Fischer con la cancelación del encuentro.

Sí al muro, pero no a la delimitación

En este viaje no se registraron sobresaltos, pero si sorpresas. Así por ejemplo los representantes israelíes subrayaron con énfasis que Fischer es un invitado siempre bien visto en Israel y mucho más estimado que la Unión Europea. También la defensa del ministro Fischer, orador principal en la sesión titulada "Israel y la Nueva Europa" en el marco de la Conferencia de Herzlía, del derecho de Jerusalén a levantar una muro para proteger a sus ciudadanos resulta novedoso. Fischer indicó que "nadie en Europa pone en tela de juicio el derecho de Israel a defenderse, y si cree que para ello necesita una cerca nadie lo disputará". Pero las concesiones de Europa no van tan lejos. Aún cuando no se disputa la construcción del muro, no se entiende su delimitación construida sobre territorio expropiado a agricultores palestinos. Sólo una cerca sobre la frontera anterior a la Guerra de los Seis Días en 1967, cuando Israel conquistó Cisjordania y Gaza, resultarían aceptable, según Fischer.