Italia ratifica la Constitución europea

El Tratado constitucional recibió la aprobación de la Cámara de Diputados italiana el pasado 25 de enero y sólo faltaba el sí del Senado para que fuera ratificado. Estaba previsto que la votación tuviera lugar el martes, pero la sesión quedó anulada para celebrar un acto de homenaje al papa Juan Pablo II, fallecido el pasado sábado.

Con la luz verde del Parlamento, Italia se convierte en el quinto país de la UE en ratificar la Carta Magna europea, después de Lituania (11 noviembre de 2004); Hungría (20 diciembre 2004); Eslovenia (1 febrero 2005) y España (20 febrero 2005, a través de un referéndum).

El sí definitivo del Senado italiano fue acogido con un largo aplauso por parte de los representantes de la mayoría y la oposición, muchos de los cuales se pusieron en pie para mostrar su satisfacción.

El debate sobre la Constitución se desarrolló en ambas Cámaras en un clima sereno y sin polémicas, lo que no es muy habitual en el Parlamento italiano.

Temor a un "no" francés

Tras la ratificación de Italia, quedan veinte países por dar el visto bueno a la Constitución, nueve de los cuales lo harán a través de un referéndum (República Checa, Dinamarca, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Polonia, Portugal y Reino Unido).

Otros nueve (Bélgica, Chipre, Estonia, Finlandia, Alemania, Grecia, Malta, Suecia y Austria) lo harán a través de sus respectivos Parlamentos, mientras que Luxemburgo realizará un referéndum consultivo seguido de una votación parlamentaria y Letonia y Eslovaquia aún no han decidido la modalidad.

El próximo referéndum se realizará el 29 de mayo en Francia. Crecen los temores que los franceses rechacen la Constitución. Casi una decena de sondeos divulgados desde mediados de marzo dan al "no" como ganador, con entre el 51 y el 55% de los votos.

Según los sondeos existe en Francia una profunda impopularidad

Presidente Checo contra la Constitución europea

El presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, publicará próximamente el libro "Digamos sí o no a la Constitución europea", que reúne una serie de argumentos contra el

Tratado constitucional de la UE.

Klaus expone en su obra diez razones fundamentales por las que no hay que apoyar el documento aprobado en Roma por los líderes de los países de la Unión Europea a finales del pasado año.

Según el mandatario checo, las actuales posturas respecto al Tratado de los líderes políticos de los países de la UE serían suficientes para catalogarles como "propietarios usurpadores de la europeidad".

"Su comportamiento es derivado de sus opiniones erróneas, equivocada interpretación del pasado, falta de comprensión de los postulados básicos de la libertad, democracia y prosperidad", afirma el político que busca disuadir al electorado de votar a favor de la Constitución europea.