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Sociedad

Italiano de 82 años logra morir mediante eutanasia en Suiza

25 de noviembre de 2022

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Imagen referencial de una eutanasia.
Imagen referencial de una eutanasia.Imagen: Jm Niester/dpa/picture-alliance

Un anciano italiano de 82 años, enfermo de párkinson atípico, se sometió a la eutanasia en Suiza, donde viajó acompañado por el activista Marco Cappato ante la imposibilidad de recibir la muerte asistida en su país. "Habría preferido morir en su casa acompañado de sus seres queridos", aseguró su hija, Francesca, en un video divulgado este viernes (25.11.2022).

El hombre, un experiodista de 82 años llamado Romano, había solicitado ayuda para viajar hasta Suiza para morir, ya que la legislación italiana no contempla esa posibilidad porque aún no dependía de un tratamiento de soporte vital.

Su esposa calificó de "consciente y responsable" la decisión de su pareja e insistió, en declaraciones a los medios, en que "elegir el final de la vida es un derecho fundamental".

"Mi marido padece una grave enfermedad neurodegenerativa, una forma muy agresiva de párkinson que le ha paralizado completamente las extremidades y que le ha producido una disfagia muy severa que pronto le llevará a la alimentación forzada", detalló.

Con el paciente viajó el activista Marco Cappato, un integrante de la Asociación Luca Coscioni que ya ha ayudado a otros pacientes a desplazarse a Suiza para recibir el suicido asistido.

Tras cumplirlo, Cappato confirmó que se autodenunciará, como ya hizo en otras ocasiones, la última en agosto, tras acompañar a una enferma de cáncer de pulmón que quería someterse a la eutanasia después de que los médicos le diagnosticaran unos meses de vida.

En Italia se permite en algunos casos el suicidio médicamente asistido gracias a una sentencia del Tribunal Constitucional del 2019 que zanjó un proceso contra el propio Cappato, exponente también del Partido Radical italiano.

El texto indica que la muerte asistida es "posible y lícita" cuando "el enfermo que lo solicita se encuentra afectado por una patología irreversible, fuente de sufrimiento físico o psíquico intolerable, plenamente capaz de tomar decisiones libres e informadas y mantenido con vida mediante tratamientos de soporte vital".

Sin embargo, Romano no entraba en esa descripción porque, aunque se encontraba postrado en la cama y con "fuertes dolores musculares" según la asociación, no necesitaba estar conectado a tratamientos de soporte vital, tal y como dicta la sentencia.

Cappato denunció que todavía haya personas que no puedan morir voluntariamente en su propio país por no entrar en los supuestos contemplados: "Es indigno que un país tolere la muerte en el exilio y con clandestinidad", lamentó en un comunicado. (EFE)