Juegos Paralímpicos, de vuelta a sus raíces
28 de agosto de 2012No parece exagerado describir a Eva Löffler como la memoria del deporte paralímpico. La alcaldesa de la Villa Olímpica de Londres es nada menos que la hija de Sir Ludwig Guttmann, un gran visionario, precursor de los Juegos Paralímpicos. “Si mi padre estuviera hoy en Londres, estaría muy orgulloso”, asegura Eva. “Su sueño se cumplió”.
Este miércoles se inician los XVI Juegos Paralímpicos en Londres. Se realizarán 503 competiciones en más de veinte disciplinas deportivas, con nada menos de 4200 atletas con discapacidades. Además de organizar un colorido evento deportivo, los ingleses también se detienen a recordar el pasado. Es un momento histórico para el país: después de 60 años, los Juegos Paralímpicos vuelven a sus orígenes, donde comienza la historia de Ludwig y Eva Guttmann.
Una visión más allá del deporte
El neurólogo alemán Ludwig Guttmann se dedicó siempre al trabajo con personas excluídas. “Como judío, se sentía estrechamente vinculado a otros marginados”, cuenta su hija. En 1938 ofreció refugio a sesenta judíos en una clínica en la ciudad de Wroclaw (también conocida como Breslau, hoy en Polonia). Poco después tuvo que huir con su familia a Mandeville, una pequeña villa situada al noroeste de Londres.
Un día el doctor encontró a dos pacientes de su hospital precipitándose por los pasillos con sus sillas de ruedas, mientras golpeaban un disco con sus bastones. El neurólogo se sumó y juntos crearon un nuevo juego: polo en silla de ruedas. Poco después, otros pacientes comenzaron a practicar deporte. El movimiento no solo fortalecía su salud, sino también les hacía sentir más seguros de sí mismos.
Sin embargo, esto no bastó al ambicioso doctor. En 1948 organizó una competencia de tiro con arco y de tenis de mesa para personas en silla de ruedas, la mayoría veteranos de guerra. Los denominados Juegos de Stoke Mandeville sirvieron como modelo para los Juegos Paralímpicos, que se realizaron por primera vez en 1960, en Roma.
Presente en la memoria de Londres
Cuando Ludwig Guttmann murió en 1980, sus ideas habían cambiado el mundo. Y lo siguen haciendo hasta hoy. En el marco de los Juegos Paralímpicos de Pekín, por ejemplo, se equiparon más de 2.000 buses con rampas para el acceso de las sillas de ruedas. En Londres, se mantiene vivo el recuerdo de este gran visionario. Hace pocas semanas se inauguró una estatua de bronce de Ludwig Guttmann, cerca de su antiguo hospital. Gracias a los Juegos Paralímpicos, celebra su hija Eva Löffler, "mi padre continúa presente en nuestra memoria.”
Autor: Ronny Blaschke / Julia Luhnau
Editora: Rosa Muñoz Lima