Por qué estatizar HRE
13 de agosto de 2009
Iracundas han sido las protestas que acompañaron la junta de accionistas del banco hipotecario alemán Hypo Real Estate (HRE), que tuvo lugar el 13.08. en Múnich. El enfado se debe a la nacionalización que salvó de la quiebra a la empresa. Con una indemnización en el bolsillo, la mayoría de accionistas han sido despedidos de este banco hipotecario. O expropiados, como preferirían llamarlo los que participaban de las jugosas ganancias del banco: en los seis primeros meses de 2008, la entidad había ganado 160 millones de euros; en la segunda mitad de 2008 vino el descalabro debido a la crisis financiera.
Ganancias y pérdidas millonarias
Unos 5.000 millones de euros perdió el HRE el año anterior. En el primer semestre de 2009 –después de la operación de salvataje del Gobierno alemán junto con otras entidades financieras- las pérdidas ascienden a 1.000 millones de euros.
De momento, la mayor parte del banco está en manos estatales; en los próximos años y, según los planes de Berlín, en los próximos años va a ser reestructurado y privatizado de nuevo. “Seguimos contando con que sufriremos resultados negativos que llevarán a una situación de pérdidas constante. No creemos que vayamos a regresar a la zona de ganancias antes de 2012", subrayó su presidente, Axel Wieandt.
Argumentos para salvarlo
En que era imprescindible salvar al HRE , estuvieron de acuerdo todos, desde el comienzo. “El HRE es un instituto financiero relevante para todo el sistema”, decía un corredor de bolsa. De la misma manera argumentaba el jefe del Deutsche Bank: “un banco de las dimensiones de HRE es relevante para el sistema”. Por ello, decía la canciller Angela Merkel, “intentaremos con todas las fuerzas asegurarlo”.
Dados los miles de millones de euros que le ha costado al ciudadano la operación que ha mantenido con vida al HRE, la pregunta está justificada: ¿qué significa que HRE sea relevante para el sistema económico?
La quiebra del HRE hubiese arrastrado en su caída a otros institutos financieros e incluso hubiese hecho temblar economías enteras. Esto es inimaginable más aún teniendo en cuenta que antes de su derrumbe financiero y la operación de rescate, este banco no estaba en la boca de todo el mundo.
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Evitar el efecto dominó
“El negocio principal del HRE es otorgar créditos en el sector inmobiliario, a Estados y a municipios”, explica Dieter Hein, analista de Fair Research en Fräncfort del Meno. Con un balance de 400 mil millones de euros, el HRE está entre los bancos más grandes y controla un volumen de 150 mil millones de euros. Esto quiere decir un 15 por ciento del mercado crediticio. Y esta estructura estaba tambaleando.
Aunque los institutos bancarios no suelen mostrar sus cartas, se sabe que el HRE tenía deudas de miles de millones con las aseguradoras Allianz, Münchner Rück, el Bayerische Landesbank e incluso con el Deutsche Bank y Commerzbank. Pero no sólo los bancos se hubiesen visto afectados con su quiebra; aseguradoras sociales, fondos de pensiones e incluso municipios enteros habrían trepidado. La crisis dejó en claro que a HRE y a su filial irlandesa Depfa les gustaba el riesgo.
La crisis después de Lehman Brothers
“El problema principal es que HRE cometió un error clásico: otorgar préstamos a largo plazo y asumir créditos a muy corto plazo”, explica Hein. Después de la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008 no hubo posibilidad de pedir préstamos a corto plazo, la desconfianza reinaba en el mundo financiero.
¿Ni otros 10 mil millones lo salvarán?
El monto del rescate financiero de HRE –en varios paquetes- asciende a 100 mil millones de euros. “Como Gobierno estamos dándole seguridad, ésta es la base de para desarrollar medidas que generen confianza”, decía la canciller Merkel defendiendo las operaciones de Berlín.
Entretanto, el Gobierno alemán es dueño de casi el 90 por ciento del HRE, pero aún no se sabe si las garantías y las inyecciones de capital que ha dado Berlín serán suficientes. Por su parte, Michael Endres, quien dirige la última asamblea como en calidad del Consejo de Vigilancia de HRE advierte: para sanear el banco una nueva inyección de 10 mil millones de euros probablemente no sería suficiente.
Autor: Lara Hoffmann/Mirra Banchón
Editor: José Ospina-Valencia