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Kianoosh Sanjari: estar preso en Irán "me perturbó el alma"

Youhanna Najdi
18 de noviembre de 2024

El periodista y activista iraní se suicidó esta semana después de exigir la liberación de prisioneros. En una entrevista en 2022, le contó a DW cómo el aislamiento había afectado su vida.

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Sanjari habló con DW en 2022
Sanjari habló con DW en 2022.Imagen: kianooshsanjari/Instagram

En la segunda semana de noviembre de 2024, el periodista iraní y activista de derechos humanos Kianoosh Sanjari publicó un mensaje en la red social X, en el que aseguraba que, si no se liberaba a cuatro presos políticos antes de la noche siguiente, se quitaría la vida en protesta contra el líder supremo del régimen, el ayatolá Alí Jamenei.

Luego se publicaron dos mensajes más, en los que se reafirmaba la determinación de Sanjari de llevar a cabo su plan. Más tarde, activistas políticos y civiles confirmaron la muerte de Sanjari. Los detalles completos de lo sucedido siguen sin estar claros.

Sanjari, que tenía 42 años, había soportado numerosos encarcelamientos y detenciones por parte de la República Islámica desde que tenía 17 años.

"El aislamiento me perturbó el alma"

En una entrevista de 2022, no publicada hasta ahora debido a los acontecimientos que rodearon la muerte de la joven kurda iraní Mahsa Amini después de que fuera arrestada por supuestamente violar el estricto código de vestimenta de Irán, DW le preguntó a Sanjari sobre cómo el aislamiento había afectado su vida.

"El efecto positivo del aislamiento en mí fue que me hizo más paciente y resiliente. Amplió mi visión del mundo y me reveló la fealdad de la dictadura", expresó.

"Sin embargo, no puedo negar que el aislamiento también me perturbó el alma y mi espíritu. Antes, a veces pensaba en la muerte e incluso dudaba, pero, con el tiempo, a través de una comprensión más profunda del mundo que me rodea y de la historia de la humanidad, mi tristeza disminuyó. Pude entenderme más a mí mismo y a los demás", explicó.

Encarcelado, torturado

La vida de Sanjari estuvo profundamente entrelazada con el periodismo y la defensa de los derechos humanos. Dejó Irán en 2007, y después de vivir un corto tiempo en la región del Kurdistán de Irak y en Noruega, se mudó a Estados Unidos, donde trabajó para el servicio en farsi de la Voz de América.

Regresó a Irán en 2016 y posteriormente fue arrestado varias veces, incluso durante el movimiento de protesta "Mujeres, Vida, Libertad", tras la muerte de Amini.

Sanjari, visto aquí con la actriz estadounidense Bridget Moynahan en febrero de 2014, participó en el movimiento internacional de derechos humanos
Sanjari, visto aquí con la actriz estadounidense Bridget Moynahan en febrero de 2014.Imagen: Stephen Lovekin/CBGB/Getty Images

"Hace muchos años, en la prisión de Evin en Teherán, me dieron 20 bofetadas antes de hacer la primera pregunta", dijo Sanjari a DW. "En los últimos años, el trato en prisión mejoró, pero la humillación, la presión y la tortura blanca (psicológica) continuaron".

"La celda de aislamiento es una forma de tortura, porque se coloca a la persona en un vacío, sin darse cuenta de todo lo que ocurre fuera de las cuatro paredes. Es una especie de vacío de tiempo, lugar, gente, familia y vida. A veces, no se sabe si es de día o de noche", señaló.

A pesar de las reiteradas detenciones y las constantes amenazas a la seguridad, Sanjari nunca vaciló en su compromiso de abogar por la liberación de los presos políticos y defender los derechos humanos en Irán.

"Si tus ideales no son lo suficientemente fuertes, te derrumbarás. Pasé más de un año en régimen de aislamiento", dijo. "Escuché gritos y sollozos de muchos prisioneros".  

Otra víctima de la República Islámica

La muerte de Sanjari ha provocado mucho debate en los últimos días, especialmente en redes sociales. Algunos afirman que los mensajes publicados en su cuenta de X no fueron escritos por el propio Sanjari, lo que sugiere que su cuenta estaba controlada por los agentes de seguridad de Irán. Otros argumentan que su muerte pudo haber sido causada por factores distintos al suicidio.

 

Sin embargo, casi todos los usuarios coinciden en que Sanjari, como muchos otros activistas de derechos humanos y periodistas, fue una víctima más de la República Islámica. (rr/ms)