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Krudas Cubensi: “en posesión del secreto de la alegría”

Rosa Muñoz Lima27 de octubre de 2015

Surgidas en Cuba y residentes en EE. UU., las Krudas "exploran" Europa con su "artivismo" afro-feminista, vegano y queer. DW conversó con ellas en la pausa entre un concierto berlinés y un taller barcelonés.

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"No me dejaron entrar en España/ dicen que Cuba tiene mala maña./ Ey , no me dejaron entrar en España/ porque como soy negra pa' esa gente soy extraña/ y con este pelo asi dijeron tiene la cabeza en las musaraña'/ y por mis tatuajes pensaron esa negra no se baña", cantaba Krudas Cubensi hace unos años.
"No me dejaron entrar en España/ dicen que Cuba tiene mala maña./ Ey , no me dejaron entrar en España/ porque como soy negra pa' esa gente soy extraña/ ... y por mis tatuajes pensaron esa negra no se baña", cantaban hace unos años.Imagen: Lucero Archuleta

Olivia Prendes y Odaymara Cuesta, Pelusa y Pasita, las dos mitades, voces e idiomas, cuerpos y cerebros, identidades y sensibilidades, ritmos y melodías, militancias e historias de Krudas Cubensi, son una y muchas. Todo y partes. Origen y camino. Análisis y síntesis. Como el spanglish en el que riman, hablan, viven.

Afro-feministas, “cubanas, negras, de origen humilde, de madres divorciadas y barrios marginales”, no solo “lesbianas” sino “genderqueer, non-binary conforming” (resistentes a las estrictas clasificaciones del “binarismo heteropatriarcal”). “Fashionistas de nosotras mismas, diseñamos lo que nos ponemos, hacemos los statements de moda”, detalla Odaymara. Veganas, “en equilibrio y conexión con los otros seres vivos de este mundo”, desde hace 20 años, agrega. “Inmigrantes, diaspóricas”, sigue Olivia, “protegidas” por las orishas de las religiones afrocubanas.

Odaymara (Pasita): “Traducir nuestras experiencias corpóreas al mundo, en esencia eso es nuestra música”.
Odaymara (Pasita): “Traducir nuestras experiencias corpóreas al mundo, en esencia eso es nuestra música”.Imagen: Elena Martinez Rodriguez

“Artivistas”, artistas callejeras, creadoras de un rap rebelde, crítico, musicalmente diverso: “afrocaribbean, futurista, fusion”, improvisa Pelusa y se ríe a carcajadas. Activistas auténticas, inconformes, “abiertas a los otros, a aprender todo el tiempo”, anticapitalistas, antisistema, porque “estamos siendo como pensamos que debemos ser. Y si, de alguna manera, expresarnos y existir va contra la norma, contra los sistemas, contra lo que está establecido”, obviamente, “con el tiempo, se hace intencional, pero en un comienzo es existir”, precisa Pasita.

Del krudo reflejo a la kruda paradoja

Krudas Cubensi surgió a finales del año 1999, en La Habana, Cuba, como un trío que en 2004 se convirtió en dúo, “como una necesidad espiritual, filosófica, emocional, cultural de nosotras, como seres diferentes”, reflexiona Odaymara. “Para canalizar nuestras experiencias vividas en nuestros cuerpos, a través de todas estas identidades; todo lo que estábamos sintiendo en esos momentos, por todo lo que está atravesando el país, las juventudes negras del país, la gente pobre. Por eso surgió Krudas”, dice y Olivia completa la frase: “de la kruda realidad”.

En 2006, aprovechando los “privilegios” migratorios que EE. UU. ofrece a los cubanos, las Krudas se establecieron en Austin, Tejas.
En 2006, aprovechando los “privilegios” migratorios que EE. UU. ofrece a los cubanos, las Krudas se establecieron en Austin, Tejas.Imagen: Karen Sanders

“Nacer y crecer en Cuba me hizo espiritual, socialista, comunitaria, humilde. Pero tronchó mi sentido crítico porque como, supuestamente, somos el país que ha burlado al capitalismo despiadado, hay una idea de que Cuba y su sistema y su Gobierno son perfectos. Y nada bajo este cielo es perfecto. Todo lo contrario. Todos tenemos mucho que cambiar, que criticar y autocriticarnos. Y, como artistas de hip-hop, un arte crítico de la sociedad, fue muy difícil para nosotras continuar con ese sentido crítico que necesitábamos”, repasa Olivia.

“Al mudarnos a los Estados Unidos –hace ocho años−, paradójicamente, como ellos son ‘los malos de los malos’, criticarles, estar todo el tiempo haciendo activismo anticapitalista, hacer nuestro trabajo, ha sido absolutamente posible”, reconoce Pelusa, “si bien allí hay también censura y es una falacia que sea la tierra de la libertad”.

“Para mí personalmente, Estados Unidos ha tenido una historia de un fuerte black power. Las luchas de los negros y las negras afroamericanas han inspirado a los negros y las negras de todo el mundo. So, yo creo que sí es la meca del super-capitalismo, pero al mismo tiempo es la meca de la resistencia de las poblaciones afroamericanas”, agrega Pasita y evoca las luchas por los derechos civiles del siglo pasado o la actual resistencia de las comunidades inmigrantes.

"Yo experimento un profundo placer en un mundo lleno de muchas formas de mujer a la alegría de la vida tenemos derecho las de mas de 40 de cintura y 52 de pecho."
"Yo experimento un profundo placer en un mundo lleno de muchas formas de mujer a la alegría de la vida tenemos derecho las de mas de 40 de cintura y 52 de pecho."Imagen: Elena Martinez Rodriguez

De la kruda inocencia a la kruda militancia sanadora

Venir de Cuba y vivir como inmigrante fuera de Cuba, “me ha dado la capacidad de sentirme parte y, al mismo tiempo, distanciarme de Cuba y decir: soy eso pero no soy eso, soy cubane pero al mismo tiempo soy mí misme”, dice Odaymara y subraya la supresión de la marca de género. “Haber nacido y crecido en Cuba te pone en un escalón diferente. Cuando sales al mundo no entiendes cómo funcionan muchas cosas”, agrega.

Cuba “te dio la inocencia”, completa Olivia y Odaymara asiente: “Me dio la inocencia de pensar que el mundo era diferente, pero al mismo tiempo me dio la agudeza de saber que es diferente, la fuerza, la entereza y la convicción de que tengo que aprender lo que no sé y seguir pa’ lante”. Mientras emigrar “nos ha dado esa visión de que puedes ser lo que quieras, doesn´t matter what”.

“Cuba me dio la naturaleza, la vida, mi identidad, un cordón umbilical difícil de cortar, la humildad, la paciencia, la compasión hacia quienes creen que pueden abusarnos. En Cuba aprendí a perdonar, a amarme a mí misma y a quienes no saben amarme porque no se saben amar a sí mismos tampoco”, dice entonces Olivia, volteando los ojos húmedos, recomponiendo la voz, y añade: “Salir de Cuba me dio alas. Cuba es mi país. Pero el planeta es mi mundo y, entonces, la nostalgia de Cuba…”, “se equilibra”, completa Odaymara y Olivia asiente: “se equilibra con la presencia del mundo en mí”.

Krudas Cubensi: "estamos en posesión del secreto de la alegría, aunque nos pase el tren por arriba".
Krudas Cubensi: "estamos en posesión del secreto de la alegría, aunque nos pase el tren por arriba".Imagen: Elena Martinez Rodriguez

A Europa, han llegado después de muchos años intentando obtener una visa Schengen, en una corta “gira exploratoria” de conciertos y talleres de rap, que pasan por Barcelona, Madrid, Hannover, Berlín y Toulouse. En un momento de su carrera en el que consideran “sobrepasada” la etapa de la crítica catártica. “Seguimos concientizando”, ahora además “dando soluciones” y, al mismo tiempo, “haciendo hincapié en gozar, disfrutar, bailar”, en que no somos (solo) “inmigrantes oscuras y enojadas”, sino que “estamos en posesión del secreto de la alegría, aunque nos pase el tren por arriba”.