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Kurdos ganan terreno al Estado Islámico en el norte sirio

27 de mayo de 2015

Los combatientes de las Unidades de Protección del Pueblo han arrebatado 4.000 kilómetros cuadrados a los yihadistas en Al Hasaka.

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Imagen: Reuters/R. Said

Las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo, que hasta el momento se han erigido como los más encarnizados enemigos del Estado Islámico, han arrebatado al grupo yihadista más de 4.000 kilómetros cuadrados en la provincia de Al Hasaka, en el noreste de Siria, de acuerdo a información proporcionada por el Observatorio Sirio de Derechos Humanos este miércoles (27.05.2015).

Esta misma jornada, las tropas kurdas entraron a Mabrukeh, próxima a Ras al Ain, en la frontera con Turquía. En términos estratégicos, Mabrukeh es una gran derrota para el Estado Islámico, pues desde allí los kurdos podrían avanzar hasta Tel Abbayid, donde se encuentra el cuartel general del EI, en la periferia norte de la capital provincial de Al Raqqa, capital de facto del movimiento radical.

De hecho, fuentes de seguridad kurdas ya anunciaron que continuarán sus avances. Si bien el Estado Islámico consigue numerosos éxitos militares en Al Anbar (Irak) y en el centro de Siria, en el norte la situación es completamente distinta. Cada vez más localidades quedan bajo control de las Unidades de Protección del Pueblo, cuyas unidades son apoyadas desde el aire por aviones de la coalición internacional liderada por Estados Unidos.

Consolidar el avance

“Hemos recuperado el control de un total de 221 pueblos de la provincia de Al Hasaka, entre ellos los quince donde viven los asirios”, un grupo étnico de credo cristiano, dijo a la agencia EFE por teléfono un comandante del Consejo Militar Siriaco Sirio (CMSS), Kino Gabriel. El CMSS ha colaborado con las milicias kurdas en la ofensiva que lanzaron el pasado día 6 para retomar las zonas que conquistaron los extremistas entre finales de febrero y principios de marzo en la periferia de la ciudad de Ras al Ain y en las proximidades del río Jabur.

Gabriel aseguró que, en las operaciones de los últimos días, unos 540 miembros del EI han perdido la vida, entre ellos 170 que perecieron por los ataques aéreos de la alianza internacional a mediados de este mes. Tras recuperar territorio, la prioridad ahora para los milicianos kurdos y cristianos es consolidar su avance, pese a que los yihadistas han dejado atrás un gran número de minas antipersonales y bombas. “Va a ser bastante difícil desprenderse de esos explosivos”, advirtió Gabriel.

DZC (dpa, EFE)