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La agricultura del futuro

JAG13 de enero de 2004

El ministerio de Agricultura y Protección al Consumidor anuncia el proyecto de ley que permitirá el cultivo de productos modificados genéticamente, provocando la oposición de ecologistas y asociaciones de consumidores.

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Peligro de contaminación entre los propios vegetales.Imagen: AP

El gobierno alemán llegó a un acuerdo sobre los permisos para el cultivo de vegetales modificados genéticamente. Tras un largo debate entre Los Verdes y el Partido Socialdemócrata, la ministra de consumo, Renate Künast, admitió la posibilidad de que estos productos entren en el mercado alemán este mismo año y lo calificó como un gran avance para la agricultura y para el consumidor. Künast manifestó que la técnica genética avanza en el mercado aunque la ley intente impedirlo.

Con la nueva ley, la ministra pretende llegar a la coexistencia regulada de los productos genéticos y los naturales, garantizando al consumidor la libertad de elección. La ley sigue las directrices sobre cultivos genéticos aprobadas por la Unión Europea, que permitió en octubre de 2003 la comercialización de este tipo de productos. En cualquier caso, los productos deberán indicar en su envase, que provienen de cultivos modificados genéticamente. El proyecto podría ser aprobado en febrero por el gobierno federal y entraría en vigor antes del verano. “Contamos con que el maíz procedente de semillas alteradas genéticamente esté en los supermercados a más tardar, en otoño de este año” dijo Künast.

Problemas de “contagio”

La coexistencia de los dos tipos de cultivo tiene que ser asegurada respetando los espacios de separación entre ambos y las barreras para la polinización. Los conflictos originados por el cruce inesperado de ambas clases de maíz, se resolverán de acuerdo con el derecho civil. El proyecto de ley determina también las circunstancias, por las cuales se pueda exigir el pago de indemnizaciones.

“Los agricultores convencionales y los ecológicos deben conservar la capacidad de producir vegetales no modificados” dijo el secretario de Estado Alexander Müller. El proyecto de ley contempla el control de las superficies que tiene que separar ambos cultivos. Todas las superficies en las que se cultiven productos modificados tienen que estar registradas. Además los costes de las medidas de control y seguridad correrán a cuenta de los agricultores que se decidan por el cultivo genético.

Dudosa libertad de elección

Asociaciones de protectores del consumidor y del medio ambiente criticaron duramente el proyecto de ley al considerarlo como insuficiente. “La alegada libertad de elección del consumidor y del agricultor es muy dudosa. En vez de admitir el derecho al cultivo de vegetales modificados, la ley debería proteger más al agricultor del contacto con estos productos” aclaró Henning Strodthoff, de la organización ecologista Greenpeace.

Eine Handvoll Mais
El futuro del maíz en las manos del agricultor.Imagen: AP

También la Asociación Federal de Atención al Consumidor se mostró escéptica ante el nuevo proyecto de ley. Según su portavoz, Carel Mohn, se pide demasiado a los agricultores que optan por el producto natural. En caso de contaminación del producto ecológico, los agricultores tendrán que demostrar ante el juez que esta contaminación fue causada por los cultivos manipulados, mientras que los cultivadores de productos genéticos sólo tendrán que demostrar lo contrario.

Por fin se ha logrado un acuerdo sobre los cultivos genéticos y la autorización para comercializarlos. En opinión de algunos expertos, un paso adelante que servirá para conocer y progresar en la investigación sobre los riesgos que conlleva.