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La cerveza inunda Múnich

ERS2 de octubre de 2004

La Oktoberfest vuelve a convertir a Múnich en el mayor imán del mundo para los amantes de la cerveza. Poco importa que los precios de la bebida sigan subiendo. ¡Es hora de festejar en Baviera!

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La Oktoberfest comenzó en la capital bávara.Imagen: AP

Fieles a la tradición, los bávaros inauguraron este mediodía, puntualmente a las 12, la Fiesta de Octubre (Oktoberfest). Considerada la mayor fiesta popular del mundo, esta especie de bacanal de la cerveza constituye todo un ritual en Múnich, donde se espera esta vez la llegada de más de 6 millones de turistas de todas partes del planeta.

Calorías a destajo

Oktoberfest
La cerveza sonríe en el logo de este año.Imagen: dpa

Durante 16 días, la celebración muniquesa les ofrecerá las clásicas atracciones de un parque de diversiones, música, platos típicos y, sobre todo, ríos de cerveza. El primer trago corresponde, como dicta la costumbre, al jefe de gobierno regional, que no se pierde esta oportunidad de confraternizar con el electorado.

No sólo los muniqueses y los turistas esperan cada año ansiosos la llegada de la Oktoberfest, sino también los empresarios del sector gastronómico. Y con razón: el año pasado se consumieron allí 6,1 millones de litros de cerveza y 181.000 salchichas, aparte de miles de pollos y 91 bueyes.

Los orígenes

Los orígenes de esta fiesta, que se celebra a partir del tercer fin de semana de septiembre y ahora cumple su edición Nr. 171, se remontan a una fastuosa boda del siglo XIX. El 12 de octubre de 1810, el príncipe Ludwig contrajo nupcias con Teresa de Sachsen-Hildburghausen, en una ceremonia que movilizó a todo Munich. Cinco días duraron los festejos, que culminaron con una carrera de caballos.

Al año siguiente se repitió ese campeonato ecuestre, inaugurándose además la primera feria agrícola, con la intención de promover las actividades de los campesinos bávaros. En 1818 se instalaron los primeros carruseles y columpios. En algún momento se eliminaron del programa las carreras de caballos, pero el evento siguió desarrollándose hasta convertirse en lo que es ahora: una tradición bávara de fama internacional.