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La conexión turco-rusa en cinco etapas

9 de octubre de 2016

Este lunes (10.10.2016), el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se reunirá con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. Aquí presentamos algunas claves para entender los altibajos de la relación entre Moscú y Ankara.

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Russland Recep Tayyip Erdogan und Wladimir Putin
Erdogan (izq.) y Putin al encontrarse en San Petersburgo en agosto de 2016.Imagen: picture-alliance/TASS/M. Metzel

Del 10 al 13 de octubre tendrá lugar en Estambul el Congreso Mundial de Energía. A ese evento asistirán representantes de los países productores de petróleo, miembros o no de la OPEP, para reunirse el miércoles (12.10.2016) y discutir estrategias con miras a reflotar los precios del crudo. Uno de los encuentros que más expectativas genera es el del anfitrión, Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Y es que, hasta hace unos meses, una conversación amistosa entre ambos era inconcebible.

Entre noviembre de 2015 y junio de 2016, el grado de discordia entre Ankara y Moscú alcanzó niveles muy altos; pero el reciente reacercamiento ha sido rápido y trae a la memoria los buenos tiempos de sus vínculos diplomáticos tras el desmoronamiento de la Unión Soviética. Aquí presentamos algunas claves para entender los altibajos de la conexión turco-rusa en el último cuarto de siglo:

Rusia-Turquía: de pronto, amigos

El fin de la Unión Soviética

La mutua aproximación de Moscú y Ankara se dio velozmente tras la desaparición de la Unión Soviética. La moda occidental se convirtió en objeto de culto en Rusia y las prendas de vestir económicas conquistaron ese mercado gracias a los pequeños comerciantes turcos. El nexo entre ambos países se fortaleció también debido a la notable presencia de empresarios turcos en el ámbito de la construcción rusa y a la firma de un tratado para el abastecimiento de Turquía con gas natural ruso, hecho posible por el gasoducto Blue Stream en 1997.

Amistad y cooperación prósperas

Los nexos políticos se intensificaron más tarde, cuando llegaron al poder Putin (2000) y Erdogan (2003), quienes cultivaron una relación amistosa y estrecha durante muchos años; los medios críticos hablaban de la "hermandad de los autócratas”. En ese período, el intercambio de productos y servicios entre ambos países –como el citado abastecimiento de gas natural– se acentuó considerablemente. Hasta 2014, Rusia y Turquía confiaban el uno en el otro sin reservas, sobre todo en materia de comercio.

Una prueba de fuego

En 2014, un suceso puso a prueba la "amistad” binacional. Turquía se esmeró en mostrarse imperturbable cuando la Federación Rusa anexó la península ucraniana de Crimea a su territorio, a pesar de que en esa región viven pueblos que los turcos perciben como parientes: los tártaros. La relación turco-rusa superó el desafío. Evidencia de ello es la suscripción de un acuerdo bilateral ese mismo año para la construcción del nuevo gasoducto Turkish Stream, que uniría a ambos países y pasaría por el Mar Negro.

Afrentas y agresiones

La relación entre Putin y Erdogan se agrió por varios motivos: se retrasaron las negociaciones para la construcción del gasoducto Turkish Stream, se intensificó la disputa entre Armenia y Azerbaiyán por el enclave del Alto Karabaj, Putin hirió la sensibilidad de Erdogan al referirse oficialmente al genocidio de los armenios perpetrado por los turcos durante la Primera Guerra Mundial, y Erdogan respondió recordando los reasentamientos forzados de pueblos enteros ordenados por Josef Stalin en la Unión Soviética.

No obstante, la afrenta que Erdogan no pudo tolerar fue el involucramiento de Rusia en la guerra civil siria: mientras Ankara buscaba propiciar el derrocamiento del "hombre fuerte” de Damasco, Bashar al Assad, Moscú se empeñaba en respaldarlo. El 24 de noviembre de 2015, las Fuerzas Armadas turcas derribaron un avión de combate ruso bajo el pretexto de que sobrevoló el espacio aéreo de Turquía. Rusia reaccionó con sanciones; la más severa de todas: prohibiendo en su territorio la venta de paquetes turísticos "todo incluido” que tuvieran como destino a Turquía.

Disculpas y reacercamiento

En junio de 2016, tras un impasse con la Unión Europea, Erdogan le envió una carta a Putin en la que le pedía disculpas por el derribamiento del avión de combate ruso y subrayaba que Ankara percibía a Moscú como una "amigo” y "socio estratégico”. Rusia, que también tenía fricciones con Bruselas, se apresuró a levantar las sanciones sobre Turquía y a mejorar las relaciones bilaterales. Aunque el grado de cooperación no ha alcanzado los niveles de antaño y ambas partes siguen teniendo intereses opuestos en Siria, Moscú y Rusia decidieron darle un nuevo impulso a proyectos conjuntos como el gasoducto Turkish Stream, la central atómica de Akkuyu y una zona común de libre comercio.

Mikhail Bushuev (ERC)