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SociedadAlemania

La confianza de los alemanes en sus instituciones en mínimos

William Noah Glucroft
20 de agosto de 2023

Las instituciones estatales de Alemania tocan fondo en la opinión pública, según una importante encuesta. Todos, desde el votante promedio hasta el canciller, exigen algo más de la burocracia.

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Espera para renovar el carnet de identidad en unas dependencias de Berlín.
Imagen: BriganiArt/Sari/IMAGO

Si piensa que Alemania es eficiente y resolutiva, probablemente no viva aquí. Desde la impuntualidad de los trenes hasta las largas esperas para los servicios públicos, pasando por las escasas plazas de jardín de infancia o citas médicas, las instituciones alemanas parecen cada vez más incapaces de satisfacer las necesidades diarias de la población.

Eso no ha pasado desapercibido para el público en general. Solo el 27% de los alemanes tiene la sensación de que el Estado es capaz de cumplir con sus responsabilidades. Ese es el resultado general de una encuesta publicada esta semana por la dbb, la Asociación Alemana de Funcionarios Públicos.

La cifra es un nuevo mínimo

El sindicato dbb realiza la encuesta anualmente. Si bien la confianza en la Administración Pública vivió un repunte durante la pandemia, con la aprobación del 56% y el 45% de los encuestados, respectivamente, en 2020 y 2021, las últimas cifras son incluso siete puntos porcentuales inferiores a las de 2019, previas al covid-19.

Los resultados son "alarmantes", dijo el martes a los periodistas Ulrich Silberbach, presidente de dbb. "Lo que el público quiere, y también los funcionarios públicos, es muy simple: el Estado debe cumplir con sus tareas y estar allí para la gente", dijo. "No quieren un Estado diferente, sino uno que sea eficiente".

En busca de liderazgo

El aumento de la duda en el sistema refleja tiempos de cambio. Angela Merkel, cuya larga presencia en la Cancillería finalizó a fines de 2021, gozó de respeto y consenso político, potenciados durante la pandemia. Su sucesor en el cargo, Olaf Scholz, ha sido criticado por dirigirse demasiado poco al público. Y no parece conseguir poner fin a los desacuerdos dentro de su propia coalición de gobierno.

"Vivimos en una época en la que el público necesita orientación y liderazgo", dijo Silberbach. "Tenemos a alguien en la Cancillería que una vez dijo: 'quien me pida liderazgo, lo tendrá'. Pero el público no parece haber registrado eso".

Ulrich Silberbach habla a los micrófonos de los medios alemanes.
El presidente de dbb, durante una comparecencia de prensa durante una ronda de negociación de subida de salarios en Potsdam el pasado marzo.Imagen: Martin Müller/IMAGO

Impacto en la percepción pública

El índice de aprobación de Scholz es de alrededor del 43%, un nuevo mínimo, según el Politbaromenter, una encuesta periódica realizada el viernes para la emisora pública ZDF. Los resultados de la encuesta de dbb se alinean con tendencias más amplias en la opinión pública.

La publicación mensual DeutschlandTREND, de la encuestadora infratest dimap, ha puesto de manifiesto las crecientes divisiones y el descontento en la sociedad alemana. Una consecuencia ha sido el creciente apoyo al partido populista de ultraderecha, Alternativa para Alemania (AfD).

Silberbach expresó su preocupación por el aparente aumento en el "nivel de estrés social", especialmente entre la antigua Alemania Occidental y del Este. Existe una correlación entre la afinidad particularmente fuerte por la AfD en la antigua Alemania Oriental y las dudas sobre la capacidad del Estado para atender a sus ciudadanos.

Las actitudes públicas se forman no solo por eventos demostrables, sino también por la imagen mediática y la retórica política. A nivel federal, la oposición ha sido efectiva en presentar al gobierno como demasiado distraído con disputas internas e incapaz de liderar. Ya sea en la lucha contra las emisiones de gases de efecto invernadero o en la reforma de las prestaciones sociales, una serie de objetivos políticos no se convirtieron en ley o requirieron enmiendas significativas para aprobarse.

Esta semana, el trámite de un proyecto de ley de "oportunidad de crecimiento" presentado por el FDP se estancó cuando la ministra de Familia, Lisa Paus, de Los Verdes, lo criticó por anteponer las exenciones fiscales a las empresas a la financiación del bienestar infantil.

Recortar la burocracia

Se trata de uno de los varios proyectos de ley o regulaciones ministeriales con los que muchos en la coalición quieren dar respuesta a la "jungla burocrática" alemana, como la denominó el ministro de Economía, Robert Habeck, en una entrevista reciente con el periódico regional renano Rheinischen Post.

A pesar del último escollo, Scholz dijo en un evento de negocios el miércoles que su gabinete aprobará el proyecto de ley de "oportunidad de crecimiento" antes de fin de mes. "Con él estamos desburocratizando y promoviendo la inversión, especialmente en investigación y desarrollo y en producción respetuosa con el clima", dijo. En un guiño al creciente nerviosismo sobre el estado de la economía alemana, agregó: "Sobre todo, sin embargo, estamos aliviando la carga de las empresas en todos los ámbitos".

La función pública y el gobierno electo son dos caras de la misma moneda burocrática. La frustración con uno se convierte en disgusto con el otro. La dbb señaló como "completamente inaceptable" que más de la mitad de los funcionarios públicos denunciaran haber sido víctimas de agresiones verbales o físicas.

Y apostó por "una digitalización general de la administración pública, la reducción de los obstáculos burocráticos, la eliminación de la sobrerregulación y los requisitos de informes inútiles, y la aceleración de los procedimientos de aprobación y solicitud", según resumió Frank Zitka, portavoz de dbb, a DW en un comunicado.

Si bien los funcionarios públicos tienen cierto margen de maniobra en la forma en que implementan o hacen cumplir las leyes y reglamentos, en última instancia, el peso para simplificar la burocracia y proporcionar los fondos necesarios para un servicio más fluido recae en los legisladores.

(lgc/mn)