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Britta Heidemann quiere defender su título

Olivia Fritz / DM24 de julio de 2012

Britta Heidemann saltó a la fama internacional en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, cuando ganó la medalla de oro en esgrima. En Londres 2012 su objetivo personal es defender el título olímpico.

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Britta Heidemann y su medalla olímpica de oro.
Britta Heidemann y su medalla olímpica de oro.Imagen: picture-alliance/dpa

La atleta de 29 años llegó a la esgrima a través del pentatlón moderno, y decidió quedarse en este deporte al descubrir que la concentración y la fortaleza mental son las herramientas más importantes para el éxito en la modalidad: “eso me pareció muy interesante”, cuenta. Esas dos virtudes, tan necesarias en el esgrima, las exhibió Heidemann en Pekín.

Ella tiene un estrecho vínculo con China -cuyo idioma domina a la perfección- que nació en la escuela luego de haber vivido tres meses en el país. Más tarde, en la universidad, estudió administración de empresas, obviamente enfocada en China, sobre cuyo manejo de la energía eólica escribió la tesis de grado. No es exagerado decir que los Juegos Olímpicos en Pekín fueron para ella una competencia “en casa”.

Entonces ganó oro, y en Londres no quiere menos: “tras haber obtenido ya oro en sencillos, y plata en equipos, creo que tengo un buen punto de partida para enfrentar con tranquilidad las Olimpiadas 2012. Hay que tener un balance correcto entre la tensión y las expectativas para conseguir una ventajosa tranquilidad”, explica Heidemann.

Campeona olímpica y embajadora

La celebración del éxito obtenido en Pekín 2008 fue por lo alto.
La celebración del éxito obtenido en Pekín 2008 fue por lo alto.Imagen: AP

Practicar un deporte de alta competencia le sirvió para enfrentar las evaluaciones académicas, asegura la atleta. “El éxito es una cuestión de actitud. Lo que se puede aprender para la vida del esgrima“ tiene como título el libro que escribió luego de las Olimpiadas.

Britta Heidemann conoce muy bien los altos y bajos de los triunfos y las derrotas, y la presión que ellas traen consigo. Ella distingue entre la presión del entorno, y aquella a la que el propio atleta se somete: “luego de haber ganado la medalla de oro en Pekín, la presión externa fue enorme. Yo misma también la elevé, habría sido falso no aumentar las expectativas. Yo considero que eso puede traer efectos positivos y espero que las cosas sigan marchando tan bien”.

Su premisa es trasmitir a las personas a su alrededor sus experiencias, por eso, paralelo a su carrera deportiva, está muy comprometida en apoyar diferentes proyectos sociales, aprovechando que como campeona olímpica su fama creció y constantemente es invitada por los medios de comunicación a entrevistas y rondas de discusión.

“Yo doy seminarios sobre fortaleza mental, motivación y el balance correcto de vida. Además, frecuentemente estoy en China como embajadora de las relaciones con Alemania”, relata la esgrimista.

2011: Año de crisis

Britta Heidemann aprovechó muy bien la oportunidad de ganar influencia social que le ofreció el hecho de ser una campeona olímpica bonita y elocuente. “Como deportista tiendo un puente entre dos países, algo que me gusta mucho, en especial porque he encontrado la mezcla perfecta que me satisface”, explica.

Sus críticos señalan que Heidemann se ocupa de demasiadas cosas ajenas a su deporte, y que los efectos negativos de ello se han podido apreciar en casos como el mundial del 2011, celebrado en Catania (Sicilia), donde ocupó el lugar 126, el puntos más bajo de su carrera.

Pese a ello, y a que en la preparación para Londres 2012 tuvo que conformarse con un doceavo puesto, Britta Heidemann conserva la calma y asegura que lo importante es llegar en el mejor momento y la mejor forma a los Juegos Olímpicos.

Esta será la tercera Olimpiada en la que participa, y después de haber conseguido plata por equipos en Atenas 2004, oro en sencillos en Pekin 2008, todo es posible en Londres 2012.

Autor: Daniel Martínez
Editor: Pablo Kummetz