"La deforestación en América Latina tiene una causa humana"
15 de mayo de 2022En el marco del XV Congreso Forestal Mundial de la FAO, que se celebra cada seis años, se ha lanzado la publicación de 'El estado de los bosques del mundo' en el que se hace hincapié en la importancia de frenar la desertificación, repoblar y mantener la salud de los bosques del planeta para poder construir economías robustas, inclusivas y sostenibles. Según el reporte de la FAO, los bosques y los árboles pueden ayudarnos a recuperarnos de múltiples crisis y establece tres vías para lograrlo: la detención de la deforestación; la restauración de las tierras degradadas y la ampliación de la agroforestería, y la utilización sostenible de los bosques y la creación de cadenas de valor verdes.
No obstante, para ello la región debe hacer frente a su mayor problema ambiental: deforestación. Sobre ello, DW habló con Pieter van Lierop, Oficial Forestal, Oficina Regional para América Latina y el Caribe Organización de las Naciones Unidas Para la Alimentación y la Agricultura.
Según 'El estado de los bosques del mundo', las pérdidas netas más altas en 2010-2020 se registraron en América del Sur (además de África). ¿Qué factores impulsan este aumento?
La deforestación en América Latina tiene, más que todo, una causa humana, que es la transformación de tierras forestales para otros usos, tales como pastizales para ganadería, cultivos como soya, palma de aceite, palta y otros. Aunque no es un evento nuevo, también se ha visto el aumento de deforestación alrededor de carreteras en la región oeste de la región Amazónica.
Con el cambio climático, especialmente con los periodos de sequía más intensos, el impacto de los incendios forestales, en la mayoría de los casos causados por el hombre, se ha incrementado notablemente.
Brasil fue el país que más reportó tasa neta de pérdidas de superficie forestal de 1990 al 2020 con un 66,8% del total de hectáreas netas perdidas en la región, seguido por otros países como Paraguay (6,8%), Bolivia (5%), Argentina (4,8%) y Colombia (4,2%).
Todo ello a pesar de que se han tomado medidas como la Moratoria de la Soya amazónica o los compromisos de minoristas para reducir la deforestación en sus cadenas de valor de un 12% para la soya, ganado y papel y hasta el 65% para el aceite de palma. ¿Cómo los recientes compromisos adoptados en la pasada COP26 de Glasgow pueden terminar definitivamente con la deforestación en la región?
Más de 140 países se han comprometido, a través de la Declaración de los Líderes de Glasgow, a eliminar la pérdida de bosques para 2030 y apoyar la restauración y la silvicultura sostenible. Con este fin se han asignado 19.000 millones de dólares adicionales para ayudar a los países en desarrollo a alcanzar estos objetivos.
Eso es clave porque la superficie de los paisajes forestales y agrícolas gestionados por agricultores familiares, pequeños propietarios, comunidades forestales y pueblos indígenas supera los 4.000 millones de hectáreas.
Entre los compromisos, el informe destaca el del gobierno colombiano y su acuerdo de deforestación para el aceite de palma, carne de res, productos lácteos, café y cacao para el 2025, tal y como se incluye en su plan nacional de desarrollo de 2018-2022. ¿Cómo se puede fiscalizar que no queden en papel mojado?
El objetivo es garantizar una deforestación bruta cero para 2025 en estas cadenas de valor. Una parte ya significativa del mercado nacional de los cinco productos básicos está cubierta incluyendo 15 empresas productoras de café que dominan el 90% del mercado nacional y seis empresas que representan el 85% del mercado del cacao.
La FAO ha venido apoyando los países de la región a establecer y consolidar sistemas de monitoreo forestal robusto y transparente que permita dar un seguimiento verificando el logro de los compromisos o tomar las acciones correctivas.
Colombia es uno de esos países con apoyo de la FAO y esperamos que el sistema se consolide y fortalezca para lograr su objetivo de monitorear el alcance de estos acuerdos. Otro elemento importante será de involucrar todos los actores en las diferentes cadenas de valor mencionadas para la implementación de los compromisos de deforestación cero.
No obstante, el informe también señala que la tasa de pérdida neta de bosques disminuyó en América del Sur en 2010-2020 en comparación con la década anterior. ¿Qué factores han provocado este descenso?
El ritmo de pérdida neta de bosques disminuyó de 5,5 millones de hectáreas por año en el decenio de 1990-2000 a 2,9 millones en 2010-2015 y 2,7 millones en el período 2015-2020. La tasa de disminución de la pérdida neta de bosques se redujo en la última década debido a una reducción en la tasa de expansión del bosque.
Los países que mostraron el mayor descenso en su tasa de pérdida neta de bosques en Sur América fueron Bolivia, Paraguay y Colombia.
El reporte destaca a América del Sur como la región con mayor tasa de aumento de superficie forestal de bosques plantados, por encima de América del Norte y Central. ¿Qué factores han contribuido a ello?
Las actividades de restauración por plantación de árboles reportan beneficios para grandes extensiones de tierras degradadas. La restauración de bosques y paisajes y la agroforestería ayudan a diversificar los medios de vida y los paisajes, y aumentan la productividad de la tierra.
Los países que más han avanzado en la reforestación durante 2015-2020 son Colombia, Brasil, Chile y Uruguay, según las evaluaciones de recursos forestales mundiales 2020.
Una de las iniciativas que está impulsando la FAO es la reducción de las emisiones debido a la deforestación y la degradación forestal (REDD+). Dentro de esta línea un proyecto fue lanzado recientemente por Chile, con el apoyo de la FAO y financiamiento del Fondo Verde del Clima, para gestionar de manera sostenible 25.000 hectáreas de bosque nativo. Se trata de una de las iniciativas REDD+ más grandes de Latinoamérica, que beneficiará a más de 40.000 personas directamente.
¿Qué impacto ha tenido la crisis sanitaria mundial del coronavirus? ¿Qué papel juegan estas tierras y los bosques en los planes de recuperación latinoamericanos?
Son pocos los planes de recuperación de la pandemia de la COVID-19 que cuentan con componentes sólidos para la movilización de fondos para acciones forestales. En mayo de 2021, las medidas verdes solo representaban el 2,6% del gasto público total (420.000 millones de dólares, de un total de 16 billones de dólares) relacionado con la pandemia en las 87 economías más importantes del mundo.
Los árboles, los bosques y la actividad forestal sostenible pueden ayudar al mundo a recuperarse de la pandemia de la COVID‑19 y a combatir las crisis ambientales inminentes, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, esto requiere que las sociedades reconozcan el elevado valor de los bosques y sus funciones decisivas para la creación de economías inclusivas, resilientes y sostenibles.
(lgc)