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ConflictosColombia

¿La esperanza de paz se desvanece en Colombia?

4 de julio de 2024

El mapa de los enfrentamientos armados se está reconfigurando en Colombia, dejando a la población civil entre dos fuegos. "Vemos mucho miedo, mucha zozobra, mucho terror en las comunidades", lamentan desde la Cruz Roja.

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Una integrante de la delegación en Colombia del Comité Internacional de la Cruz Roja toma notas en una mesa sobre la que hay un fusil de asalto mientras dos hombres con uniforme de camuflaje la observan en una imagen del pasado 12 de marzo.
Trabajo con grupos armados del CICR en Colombia.Imagen: Internationales Komitee vom Roten Kreuz

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) reveló este miércoles un deterioro "considerable" de la situación humanitaria en Colombia. Las víctimas de artefactos explosivos, los desplazados forzosos o los confinados a causa de los ocho conflictos armados que contabiliza el CICR en el país han aumentado en los cinco primeros meses de 2024, respecto al mismo período del año anterior. Y eso que, en 2023, según el informe presentado en enero por HRW, se "alcanzaron niveles similares a los que existían inmediatamente antes del proceso de paz".

Las cifras, sin embargo, no aciertan a expresar el desasosiego de la población. "Vemos mucho miedo, mucha zozobra, mucho terror en las comunidades, también relacionado con el regreso de situaciones que se supone habían dejado de suceder", cuenta Laura Santamaría, vocera del CICR en Colombia, en entrevista con DW. Se muestra preocupada por "la presencia de múltiples actores armados en un solo territorio" y lo que llama gráficamente "contaminación por armas", la presencia de minas y explosivos en los territorios.

"Reconfiguración de los grupos armados"

Desde el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), que hace un seguimiento minucioso de los líderes sociales asesinados, así como de los defensores de los derechos humanos y otras víctimas, observan efectivamente un escalonamiento de la violencia en algunas zonas, pero también un desescalamiento en otras.

"Claramente, hay una reconfiguración en este momento de los grupos armados", explica Juana Cabezas, investigadora del Observatorio de Derechos Humanos y Conflictividades del Instituto.

"Acciones invisibles ante los ojos del Estado"

No sólo es que los enfrentamientos entre grupos armados, estatales o no estatales, afecten a las comunidades, sino que hay "un avance también de las acciones violentas en contra de la población civil". Y, aunque Cabezas admite que "donde no hay cese el fuego en este momento es donde más acciones armadas se cometen", explica también que "con el acorralamiento sufrido por parte de la fuerza pública, las acciones terroristas van en aumento" en esas zonas, con explosivos.

La investigadora colombiana lamenta que muchas de esas "acciones en contra de la población civil terminan siendo invisibles ante los ojos del Estado", porque "la gente ya no se atreve a denunciar". Y afirma haber recibido denuncias sobre nuevas formas de reclutamiento, directamente "frente a los colegios" o a través de las redes sociales, con "una publicidad bien bien perversa".

Incentivos insuficientes para la "Paz Total"

Si bien el diagnóstico de la situación es compartido, la búsqueda de posibles soluciones es más complicada. Cabezas apuesta por unos incentivos que sean suficientes para que a los grupos armados les compense dejar las armas. "Y lo que se pregunta en las comunidades es si son suficientes para que estos grupos firmen la Paz Total", afirma.

"En el Sur Occidente ya parecen tener una respuesta, y es lastimosamente negativa: no parecen ser suficiente porque estos grupos tienen ya una consolidación económica y militar bastante fuerte en nuestro departamento", lamenta. "Hay una percepción de que estas negociaciones no van a llegar a ningún fin, porque el Gobierno está sentado frente a un actor que, económicamente, es muy poderoso", vaticina la investigadora del Observatorio de Derechos Humanos y Conflictividades de Indepaz.

"Hasta las guerras tienen límites"

El Comité Internacional de Cruz Roja, sin embargo, es un agente humanitario neutral. "No podemos pronunciarnos en cuestiones políticas, lo que nosotros sí decimos es que cualquier esfuerzo que se haga para establecer salidas negociadas a los conflictos es positivo y nosotros lo saludamos", concluye Laura Santamaría, al ser preguntada sobre si el proceso de paz está avanzando.

"Nosotros insistimos a las partes en conflicto sobre la obligación que tienen de cumplir el derecho internacional humanitario", añade. "Hasta las guerras tienen límites", insiste Santamaría.

"Porque el mayor respeto de esas normas, significa que se pueda aliviar el sufrimiento de la población civil", explica. Y desvela un atisbo de esperanza: "En nuestro diálogo confidencial bilateral, que tenemos con los actores armados no estatales, vemos en ellos un interés de conocer al menos sobre el derecho internacional humanitario y encontrar las formas de cumplirlo".

(rml)