Relación entre la edad de padres y esquizofrenia en niños.
26 de noviembre de 2010Investigaciones realizadas por la profesora de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Dolores Malaspina, demuestran un vínculo estrecho entre la edad paterna y el riesgo en los menores de desarrollar enfermedades siquiátricas, como la esquizofrenia.
El estudio, que comenzó en el 2001, tomó como muestra poblacional a 88.000 israelíes con padres mayores de 40 años. Malaspina y su equipo cruzaron la información de estas personas con el registro de enfermos psiquiátricos de ese país. Entre tanto, otras investigaciones internacionales replicadas posteriormente confirman este hallazgo científico en más de 100.000 pacientes alrededor del mundo.
Responsabilidad paterna
“Sobre todo en enfermedades como la esquizofrenia, la edad del padre juega un rol relevante”, dice Malaspina. Según los resultados de su investigación, cerca de un 25% de los hombres es responsable de todos los casos de esta enfermedad hallados en sus hijos.
“El riesgo aumenta después de los 35 años de edad. En padres mayores de 50 años estimamos que tres de cada cien niños desarrollan un tipo de esquizofrenia”, explica la psiquiatra.
Pero no sólo la esquizofrenia es común en hijos de padres mayores. También la epilepsia y el trastorno bipolar son recurrentes. Así mismo, un estudio australiano evidenció un coeficiente intelectual (IQ por sus siglas en inglés) más bajo en comparación con otros niños de mujeres mayores que, por el contrario, eran más inteliegentes de lo normal.
Espermatozoides mayores
Los científicos definieron varias causas para explicar la relación entre la edad y las enfermedades psiquiátricas. De acuerdo con Malaspina, es evidente que las células reproductivas masculinas también envejecen. Éstas son las que aseguran el suministro constante de espermatozoides. Para ello deben dividirse.
En un hombre de 40 años estas células se han dividido hasta 600 veces; con 50 años alcanza la cifra de 840 veces. En este proceso de mutación genética se pueden infiltrar errores de copia del ADN que son transmitidos al feto.
Otra razón científica es la impronta genética, es decir la inclusión o reducción de genes específicos. “Algunos genes heredados del padre influyen en el crecimiento fetal, pero también en la región del cerebro encargada de las emociones. Los genes que son heredados de la madre limitan e influyen el rendimiento cerebral. Si unos genes específicos del padre son silenciados y los de la madre no -o al contrario- el resultado es una manifestación anormal genética”, explica Malaspina.
También los procesos epigenéticos, es decir mutaciones de los genes que son provocadas por ambientes malsanos o traumas psicológicos, pueden intrometerse en las células reproductivas. Con el avance de la edad en el hombre la selección natural de las células reproductivas dañadas es cada vez menor, de tal forma que éstas aumentan de manera desproporcional.
Más información y pronta decisión
“El riesgo de una mujer de 40 años de tener un bebé con Síndrome de Down es igual al riesgo de un hombre de la misma edad de engendrar un niño con esquizofrenia. Pero mientras nadie duda del riesgo en la mujer, se ignora el del hombre”, dice la psiquiatra neoyorquina.
El reloj biológico del hombre tampoco se detiene. Éste es el mensaje que quiere transmitir la especialista. Su objetivo no es asustar a los futuros padres, pero sí lograr que se informen y no postergen demasiado la posibilidad de traer hijos al mundo.
Autora: Eva Schindele / Cristina Mendoza Weber
Editor: Enrique López