La estrategia de la ONU contra el terrorismo

Contra el terrorismo no se ha encontrado aún una receta de eficacia garantizada. Tampoco los dos centenares de expertos reunidos en la conferencia de Madrid pudieron ofrecerla y, de hecho, sus debates demostraron cuán difícil resulta incluso encontrar una definición consensuada del fenómeno. Pero, al menos, no todo se diluyó en los clásicos llamados a unir fuerzas para hacer frente al problema: el secretario general de la ONU, Kofi Annan, hizo un aporte más concreto, al esbozar una estrategia global contra el terrorismo.

Cinco pilares

Los cinco puntos en que se basa reúnen los elementos esenciales que podrían articular una lucha internacional más efectiva. En lo medular podría resumirse así: el terrorismo no puede aceptarse, bajo ninguna circunstancia, como medio legítimo para obtener un fin; es necesario evitar que terroristas tengan acceso a armas y explosivos; hay que disuadir a los estados de respaldar al terrorismo, mediante severas sanciones; se debe fortalecer el aparato estatal en países en vías de desarrollo; y, por último, se debe combatir la violación de derechos humanos.

La base de todo es, desde luego, encontrar realmente una plataforma conjunta para enfrentar el desafío. Aunque Annan exhortó a los Estados a poner fin al debate sobre la definición del terrorismo y a concentrarse en elaborar una convención internacional que los condene "en todas sus formas", ciertamente eso no funcionará si cada uno interpreta el asunto según el cristal ideológico que convenga a su causa. Así lo hizo notar también el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, quien respaldó la idea de suscribir una convención, si bien advirtió de no caer en la tentación de buscar respuestas simples y soluciones rápidas.

Derechos humanos

Las propuestas de Annan tienen, de cualquier forma, una importante virtud: dejan de manifiesto que la ONU está dispuesta a asumir la iniciativa y el papel central que le corresponde en la materia. Por otra parte, destacan también la necesidad de priorizar la defensa de los derechos fundamentales en el contexto de la lucha contra el terrorismo. Annan subrayó que ese tipo de violencia constituye un "ataque directo" contra los derechos humanos y el estado de derecho y, "si los sacrificamos, regalaremos el triunfo a los terroristas".

Este pasaje bien podría interpretarse como una crítica indirecta a la política actual de Washington. Frontal fueron en cambio los reproches de la ex secretaria de Estado, Madeleine Albright, quien señaló que "con la forma en que procedemos contra el terrorismo sólo logramos que haya más terroristas". Y este es un punto que ejemplifica claramente cuánto margen de discusión existe aún, pese a que todos declaran al unísono su rechazo a la violencia terrorista.