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La fragmentación en Irak acerca al país a un enfrentamiento imprevisible

12 de julio de 2014

El país se arriesga a sumirse en una guerra civil si no se forma un gobierno de unidad, advirtió hoy el expresidente del Parlamento iraquí y líder suní Osama al Nuyaifi.

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Irak Sicherheitskräfte in Basra
Imagen: AFP/Getty Images

"Irak está en una encrucijada: o se forma un gobierno de unidad con un nuevo primer ministro o el país termina en una guerra civil y se desmorona", le citó Sumaria News. "No ha habido una posibilidad real de colaboración. En lugar de eso, ha habido un monopolio (del poder por parte de los chiitas), dominación, exclusión y marginación de los otros", afirmó Al Nuyaifi, adversario político del primer ministro en funciones, el chiita Nuri al Maliki.

El enviado especial de la ONU para Irak, Nickolay Mladenov, por su parte, advirtió hoy de que el país afronta el riesgo de caer en el caos si el Parlamento fracasa en reactivar el proceso político que comienza con la posible elección, mañana, del presidente y vicepresidentes de la Cámara. "El fracaso en el proceso de elección de los nuevos presidentes del Parlamento y de la República puede llevar al país a hundirse en la anarquía, que beneficiará a quienes desean dividir al pueblo iraquí y destruir la oportunidad de lograr la paz y la prosperidad", subrayó el enviado internacional en un comunicado.

Un conflicto con muchas aristas

A la amenaza en el norte de los grupos radicales suníes del Estado Islámico, antigua rama de Al Qaeda en la zona que ha operado bajo las siglas de ISIS o, en español, EIIS o EIIL, hay que sumar el divorcio entre el gobierno central y las fuerzas kurdas, que ayer tomaron por su cuenta dos importantes campos petrolíferos del norte del país. Además, la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) acusó hoy a las propias fuerzas de seguridad iraquíes y a las milicias cercanas al gobierno de realizar ejecuciones masivas de presos sunitas.

Desde el 9 de junio fueron ejecutados al menos 255 detenidos en seis ciudades y pueblos, señaló HRW, basándose en relatos de testigos y de representantes de las fuerzas de seguridad y el gobierno. Las ejecuciones son aparentemente actos de venganza por atrocidades cometidas por el grupo terrorista Estado Islámico, organización sunita a la que hace dos semanas la organización también acusó de realizar ejecuciones masivas. Las fuerzas de seguridad y las milicas cercanas al gobierno están integradas en su gran mayoría por chiitas.

LGC (dpa / EFE)