La Gran Cruz para Barenboim
15 de noviembre de 2002El director de orquesta Daniel Barenboim, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2002, cumple 60 años. Con Zubin Mehta a la batuta, Barenboim subirá hoy al escenario para interpretar, como solista, los conciertos para orquesta y piano (Nr.1 en Re menor OP.15, y Nr.2 en Si bemol mayor Op.83) de Brahms en un concierto benéfico para la sala 'Staatsoper unter den Linden', de la que es director musical.
No es de esperar que el público que asista al concierto pase por alto el cumpleaños del maestro, como tampoco lo hizo el canciller de Alemania, Gerhard Schroeder y el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit.
Talento e identidad múltiple
Nacido en Argentina en una familia de emigrados rusos judíos, Barenboim recibió de su madre las primeras clases de piano a los tres años, formación que luego seguiría su padre, pianista también. Hubo un momento en el que le interesó más el violín, pero volvió al piano porque era más cómodo, según ha dicho el mismo Barenboim al relatar sus inicios musicales. Su madre, aunque apasionada por la música clásica, escuchaba mucho a Carlos Gardel, de ahí que el tango forme parte de Barenboim .
'Soy argentino, soy judío y soy europeo porque mi influencia musical provenía de Europa. Tengo una identidad múltiple, de ahí que no sólo defienda la posibilidad de la identidad múltiple, sino que crea necesario tener múltiples identidades', afirma Barenboim, quien en octubre, tras recibir el Premio Príncipe de Asturias por su proyecto 'West-Est Divan', una orquesta formada por jóvenes músicos judíos y árabes, añadió otra identidad a su acerbo: la nacionalidad española, que le regaló el Estado español en reconocimiento a su trayectoria artística y su vinculación con España.
Un camino difícil
Barenboim ofreció su primer concierto como solista a los ocho años. Fue el despegue internacional de un niño prodigio que entusiasmó a los grandes de la época, incluido el director de orquesta alemán Wilhem Furtwängler quien invitó a Barenboim, entonces de once años, a tocar bajo su dirección en la Filarmónica de Berlín. El joven Daniel rechazó la oferta porque el Holocausto seguía, a principios de los años cincuenta, demasiado fresco en la memoria. Los Barenboim se trasladaron a Jerusalén. En julio de 1987, Barenboim, convertido en director de orquesta pese a los deseos de su padre que quería que fuera pianista, fue invitado a asumir la dirección artística de la Opera de la Bastille. Intrigas internas le impiden ocupar el puesto. Ese mismo año, muere de esclerosis múltiple su esposa, Jacqueline Du Pré, concertista británica con quien se había casado en 1967. Años después volvería a contraer matrimonio, esta vez con la pianista Elena Bashkirov, con quien tiene dos hijos.
En 1991, Barenboim es elegido entre quince candidatos como director titular de la Filarmónica de Chicago, puesto que compagina desde 1992 con la dirección musical de la Staatsoper de Berlín.