La Haya: cabezazos contra el muro
9 de julio de 2004La Corte Internacional de La Haya fue meridianamente clara en su dictamen: el muro que Israel erige en Cisjordania, con miras a incrementar su seguridad, contraviene el derecho internacional. No sólo exhortó a detener la construcción, sino también a devolver los terrenos expropiados con tal fin y a indemnizar a los palestinos que hayan sufrido perjuicios. Sobre todo porque el cerco conculca su libertad de movimiento en gran medida.
Desacato anunciado
Adelantándose a la lectura de las conclusiones a las que llegaron 14 de los 15 magistrados (la opinión divergente fue la del juez estadounidense) Israel dejó igualmente en claro su posición: no acatará el dictamen que, a juicio del gobierno de Ariel Sharon, "no tomó en cuenta el terrorismo palestino". Según afirmó el ministro de Justicia israelí, Josef Lapide, su gobierno sólo cumplirá los fallos de sus propios tribunales de justicia, que ya habían ordenado desplazar 30 kilómetros del cerco, debido a que en ese tramo los palestinos se verían especialmente perjudicados.
La reacción israelí era de esperarse. No en vano Israel se opuso desde el comienzo a que la ONU pidiera su opinión sobre el particular a la Corte de la Haya, al igual que Estados Unidos, Alemania y otros países europeos. El ministro germano federal de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, señaló meses atrás que Alemania habría estado dispuesta a apoyar en la Asamblea General de las Naciones Unidas una resolución que criticara el trazado del muro israelí por territorio palestino. Pero opinó que tratar el asunto en la Corte Internacional no sería "de ningún modo productivo".
Consecuencias políticas
Alemania, al igual que otros países europeos, tiene la mirada puesta principalmente en la "hoja de ruta" que, si bien se encuentra empantanada, sigue presentándose como la mejor opción existente hasta la fecha para buscar una salida política al conflicto palestino-israelí. De hecho, el dictamen de la Corte Internacional de La Haya apoya manifiestamente este plan de paz y exhorta a la ONU a redoblar sus esfuerzos en pro de una solución a la crisis ya endémica de la región.
El temor a que el dictamen pudiera encender aún más los ánimos generó en los europeos resistencia a ventilar el asunto del cerco israelí en un tribunal. Pero, al margen del ángulo político, el tema tiene también aspectos legales, sobre todo porque el trazado del cerco se adentra en los territorios palestinos ocupados y atañe por ende a su status jurídico. Eso no tiene nada que ver con el derecho de Israel a defenderse. Y, en realidad, velar por que exista claridad legal no tendría por qué resultar perjudicial en ninguna negociación. Sea como fuere, la Corte Internacional de la Haya se ha pronunciado y su decisión, si bien no tiene carácter vinculante, tendrá consecuencias políticas. Por lo pronto, de seguro servirá a los países árabes para presionar a la ONU e intentar que también el Consejo de Seguridad tome cartas en el asunto.