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La importancia de Mao para China

Hans Spross (DZC/ERS)9 de septiembre de 2016

A 40 años de su muerte, Mao sigue siendo vital para el Partido Comunista de China. DW conversó con el sinólogo Felix Wemheuer sobre el significado del icónico líder para el gigante asiático.

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Imagen: Getty Images/AFP/G. Baker

DW: ¿Cómo se gestó el ascenso de Mao al poder de la China comunista?

Felix Wemheuer: Para hablar de eso debemos retroceder en el tiempo hasta fines de la Primera Guerra Mundial. Uno de los temas del “Movimiento del Cuatro de Mayo” de 1919 era la cuestión de cómo hacer de China un país más moderno y, al mismo tiempo, capaz de defenderse del imperialismo occidental. En ese contexto, muchos intelectuales se convirtieron al comunismo. Entre otras razones, debido a la decepción causada por el Tratado de Versalles, que entregó Shandong a Japón.

Mao es parte de este movimiento y fundó en 1921 el Partido Comunista. Al comienzo es uno de varios líderes. Llegó a adueñarse del poder y a ser reconocido internacionalmente como líder de la Revolución China gracias a una exitosa estrategia de combate para establecer una especie de “contra-estado”. “Desde el campo tomar las ciudades” era su lema. Esta estrategia fue más exitosa que la que asumieron aquellos que usaban como ejemplo la Revolución de Octubre. Luego se erigió el culto a la personalidad, donde se destacaba que él había desarrollado el camino hacia la revolución y finalmente llevó al Partido Comunista al poder.

Felix Wemheuer, de la Universidad de Colonia.
Felix Wemheuer, de la Universidad de Colonia.Imagen: privat

¿Qué otros elementos tiene este culto a la personalidad?

Mao siempre enfatizó fuertemente dentro del partido que él era el que mejor conocía a los chinos. Antes de la década del cincuenta nunca salió de su país, estuvo durante años en aldeas de las zonas liberadas y conocía a los pueblos mucho mejor que aquellos que fueron educados en Moscú y enviados de vuelta a China para hacerse cargo del partido. También construyó una suerte de mito donde él es, al mismo tiempo, el Odiseo chino y Sócrates. La Odisea sería la “larga marcha” que comenzó tras la derrota en el sur. Tras varios miles de kilómetros se instaló en Yan'an, donde vivió en una cueva y escribió sus textos filosóficos.

¿Puede detallar mejor este aspecto, el literario, del líder chino?

Construía sus textos en base a anécdotas de la historia china, además de cuentos y leyendas. En China, el lenguaje escrito es más importante que el hablado. Mao no era un gran orador y raramente daba discursos radiales. Pero sus textos se convirtieron en un canon que todos debían estudiar. Allí encontramos también la caligrafía y sus poemas, que contienen mensajes ocultos. Mao escribe, además, al estilo clásico, y su caligrafía es copiada hasta el día de hoy por mucha gente. Hay competencias sobre quién imita mejor la caligrafía de Mao.

Tras el establecimiento de la nueva China bajo la dirección del Partido Comunista, en 1949, ocurren dos acontecimientos, que son considerados consecuencia directa de catástrofes provocadas por Mao.

Correcto. Primero, el “Gran Salto Adelante” (1958-1961) y la “Gran Revolución Proletaria” (1966-1976). El primero fue parte de un programa de industrialización que buscaba poner a China al nivel de Occidente, todo eso junto con el establecimiento de una sociedad comunista. Mao fracasó estrepitosamente. Su objetivo no era dejar morir de hambre a las personas, pero es cierto que hizo muy poco para salvar a su pueblo cuando estalló la hambruna.

Mao movilizó a los jóvenes en la contrarrevolución para derrumbar a las elites "capitalistas" del partido.
Mao movilizó a los jóvenes en la contrarrevolución para derrumbar a las elites "capitalistas" del partido.Imagen: Getty Images/AFP/J. Vincent

Con la contrarrevolución tomó algunas lecciones de lo sucedido con el “Gran Salto”, de manera tal de no destruir la economía. Sí hubo una pequeña depresión en 1967, pero en principio la agricultura y la industria se mantuvieron relativamente estables. Pese a la lucha de facciones y el caos político, la alimentación no colapsó nuevamente. Xi Zhongxun, padre del actual presidente de China, Xi Jinping, también fue víctima de la contrarrevolución. Casi todos los actuales líderes vienen de familias que sufrieron durante ese período. Esas personas tienen razones suficientes para decir que Mao era malo. Pero no lo hacen, porque el partido sigue siendo de la idea de que es imposible alcanzar la legitimidad sin Mao.

¿Qué balance hace usted del gobierno de Mao en el ámbito de la política exterior?

Allí alcanzó la mayoría de sus éxitos duraderos, pese a que el gobierno nacionalista del Kuomintang (KMT) fue considerado ganador en la Segunda Guerra Mundial y obtuvo un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero el Estado bajo el KMT era muy débil y nunca habría podido dominar Xinjiang o el Tíbet. Después de 1949 el imperio chino fue restaurado bajo dominio comunista dentro de los límites de la dinastía Qing.

Las potencias occidentales debieron renunciar a todas sus reclamaciones. Y luego China reforzó su independencia de la Unión Soviética. Tras la escalada del conflicto chino-soviético, Mao hace un giro estratégico y normaliza las relaciones con Estados Unidos, gobernado entonces por Richard Nixon. De esta forma, la bipolaridad de la Guerra Fría fue superada en Asia ya en los años 70.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Chiang Kai-shek (al medio) obtuvo la protección de Estados Unidos. Sin embargo, Mao (derecha) finalmente dominó el país y alcanzó él mismo acuerdos con Washington.
Tras la Segunda Guerra Mundial, Chiang Kai-shek (al medio) obtuvo la protección de Estados Unidos. Sin embargo, Mao (derecha) finalmente dominó el país y alcanzó él mismo acuerdos con Washington.Imagen: picture-alliance/AP Photo/Central News Agency

¿Cuál es el papel de Mao en la China de Xi Jinping?

Con su campaña anticorrupción, Xi se pone en escena, al igual que Mao, como alguien que forma parte del partido pero, al mismo tiempo, está por sobre el partido y se presenta diciendo que lucha sin piedad contra la corrupción del partido en busca del beneficio de la gente. También el dicho de Xi “no solo hay que atrapar a las moscas, sino también a los tigres” -una especie de “caiga quien caiga”-, es obra de Mao.

Felix Wemheuer es profesor de Estudios de la China Moderna en la Universidad de Colonia y autor de una biografía de Mao publicada en 2009.