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La ketamina: ¿una posible esperanza contra la depresión?

25 de junio de 2024

Estudios recientes validan el uso de este anestésico para combatir la depresión en dos casos grandes: para tendencias suicidas o cuando otros medicamentos no funcionan. Sin embargo, aún existe preocupación por su uso.

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Dosis de ketamina.
Las dosis de esketamina están autorizadas para algunos casos de depresión en Estados Unidos y Europa.Imagen: Teresa Crawford/AP Photo/picture alliance

Un grupo de investigadores plantea que la ketamina, una molécula con una controvertida reputación, podría ayudar positivamente a algunos pacientes con depresión, especialmente cuando ningún otro tratamiento funciona.

"Tenemos una necesidad urgente de nuevos tratamientos para las depresiones graves y la ketamina es prometedora", dice la investigadora australiana Julaine Allan, especializada en salud mental.

Qué es la ketamina

La ketamina no es un antidepresivo clásico como los desarrollados desde la década de 1960. Es, en principio, un anestésico, pero desde hace unos veinte años los psiquiatras la consideran una posible solución contra la depresión.

A diferencia de los antidepresivos habituales, la ketamina actúa de manera rápida, aunque se desconoce exactamente qué mecanismos fisiológicos provoca para aliviar los síntomas depresivos.

Útil en dos casos extremos

Por lo tanto, parece prometedora en dos grandes casos: cuando se necesita un tratamiento puntual y urgente, principalmente frente a crisis suicidas, aunque no únicamente en esos casos.

Y cuando ningún medicamento clásico funciona, es decir, en casos de depresiones llamadas resistentes. En los últimos meses, varios estudios publicados en prestigiosas revistas han confirmado el interés de la ketamina en estos dos casos.

Investigaciones clínicas sobre la ketamina

Un estudio publicado en abril en el British Medical Journal muestra cómo el riesgo de depresión posparto de jóvenes madres se redujo después de recibir una sola dosis de esketamina, un derivado de la ketamina.

En el segundo caso, un estudio publicado este lunes (24.06.2025) en Nature Medicine demuestra que un tratamiento con ketamina evitó más recaídas depresivas en comparación con pacientes bajo tratamiento placebo.

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"Los pacientes informaron pocos efectos secundarios: euforia, disociación... Por lo tanto, no creo que estos comprimidos atraigan a personas que quieran hacer un uso indebido de la ketamina", subraya el principal autor, Paul Glue.

El tamaño reducido de estas muestras (un poco más de cien personas) y algunos aspectos metodológicos apuntan a que es demasiado pronto para sacar conclusiones firmes.

Algunos psiquiatras lo apoyan

Sin embargo, estos estudios apoyan favorablemente el uso de la ketamina, un beneficio que ya no genera muchas dudas entre los psiquiatras: "Debe considerarse como un intermediario entre los antidepresivos clásicos y los electrochoques", explica el psiquiatra Michel Hofmann, quien menciona un verdadero "entusiasmo" en la comunidad médica.

"Para los pacientes en los que los tratamientos clásicos no funcionan, la ketamina ofrece la posibilidad de descartar los electrochoques", precisa.

También genera rechazo o preocupaciones

Pero aunque la esketamina ya está aprobada desde hace varios años en Estados Unidos y Europa para ciertas depresiones, algunos psiquiatras siguen siendo reacios. Sin negar la eficacia de la ketamina, estos especialistas temen el riesgo de adicción, sobre todo porque esta es a menudo desviada como droga, un uso tristemente mediático por la muerte por sobredosis de personalidades como el actor estadounidense Matthew Perry.

"¿Se administrará pronto ketamina a pacientes con ideas suicidas? Difícil decirlo, ya que hay un verdadero riesgo de que un uso extenso de la ketamina provoque una nueva crisis de opioides", advertía en 2022 en el BMJ el psiquiatra Riccardo De Giorgi.

El desafío es, por tanto, reducir el riesgo de abuso, así como los severos efectos secundarios, como la aparición de trastornos disociativos de la personalidad.   

JU (afp, efe)