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Brasil contra el dengue: una carrera contra el tiempo

Thomas Milz
17 de septiembre de 2019

El número de casos de dengue aumentó en 2019 en un 600% en Brasil. DW viajó al estado de Sergipe y muestra cuán difícil es la lucha contra el mal y su transmisor, el mosquito tigre.

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El mosquito tigre, proveniente de Asia y transmisor de varias enfermedades tropicales.
El mosquito tigre, proveniente de Asia y transmisor de varias enfermedades tropicales.Imagen: Imago

Vanesca Barbosa tiene un mapa lleno de puntos rojos del barrio Palestina en sus manos. "Hoy inspeccionaremos cada uno de los sitios marcados”, dice la secretaria de Salud de Aracajú, la capital del estado de Sergipe, en el noreste de Brasil. Los puntos rojos son posibles zonas de reproducción del mosquito que transmite la fiebre amarilla y casi todo tipo de enfermedades tropicales, incluido el dengue. "Todos los objetos y construcciones al aire libre que acumulen agua son potenciales focos. El 80% de los problemas se generan en las casas habitadas”, explica Barbosa.

Días antes, un equipo del Departamento de Medio Ambiente de la ciudad había volado drones para fotografiar el vecindario en las afueras de la ciudad y luego diseñó un mapa de los sitios neurálgicos con la ayuda 989 tomas. Ahora hay 120 personas, cincuenta de ellas trabajadores de salud pública, que van de casa en casa para realizar una inspección. A dicho equipo se suman setenta empleados de la limpieza de la ciudad.

Tanques de agua destapados

A dos cuadras de distancia, Ronisy Santos, del Departamento de Salud, mira a su alrededor en un patio trasero. Los perros de la anciana que vive aquí no querían dejarla acercarse al lavadero. ¿Qué inspecciona primero? "Los depósitos de agua para ver si hay larvas". Los mosquitos también anidan en los grandes tanques de agua azul que se encuentran en los techos de la mayoría de las casas: "Se dejan destapados con mucha frecuencia, y luego las larvas se reproducen allí", dice Santos. "Siempre estamos explicándoselo a la gente, pero a menudo no lo entienden".

Los hombres y mujeres del Departamento de Salud ya saben dónde están los mayores problemas: "A menudo, las personas mayores no creen que el dengue realmente exista, no importa cuántas veces se lo expliquemos, simplemente no lo aceptan", dice Edina Andrade Pereira, especialista en salud pública. "Es como con las vacunas, que no las quieren porque creen que son dañinas", agrega su colega Vanesca Barbosa. El atraso y la falta de conocimiento son fatales para la gente. "El problema es cultural”, acota la secretaria de Salud, Vanesca Barbosa.

La fiebre llega a la ciudad

En Sergipe, el dengue se está expandiendo este año cada vez más en la costa lluviosa, informa Sidney Sá, responsable en el gobierno estatal de combatir las epidemias. Anteriormente, había sido principalmente en el interior seco: "La falta de agua, que afecta a muchas comunidades, obliga a las personas a acumular agua, pero lo hacen de manera incorrecta". Con demasiada frecuencia, el personal del equipo Sás tiene que esparcir insecticidas en los tanques destapados.

A esto se agrega la descontrolada expansión de las ciudades, la destrucción de la naturaleza y el caótico clima con sus inusuales estaciones lluviosas. Todos estos son factores que benefician la expansión de los mosquitos. Además, se queja Sá,  siempre falta personal adecuado y el dinero para ejecutar las campañas sanitarias. Y de vez en cuando, faltan incluso los insecticidas para el control de mosquitos.

Nuevo tipo de dengue mucho más letal

Actualmente, las autoridades de Sergipe llevan registrados alrededor de 4.000 casos de dengue, en un estado con 2,3 millones de habitantes. En otras regiones, los casos de infección son aún más altos. En Sergipe, antes ha habido muchos más casos: "En la última gran epidemia en 2008, tuvimos 70.000 casos con 56 muertes", apunta Sá. Sin embargo, considera que el riesgo esta vez es grande: "Esta epidemia es diferente: hay menos casos, pero tenemos ya doce muertes confirmadas".

En la mayoría de los casos, se trata del dengue tipo 2, que es extremadamente agresivo. "Esta forma es mucho más agresiva, con períodos cortos entre los primeros síntomas y la muerte". Para las brigadas sanitarias en las ciudades y todo el país, el control de los mosquitos se convierte en una carrera contra el tiempo.

(jov/er)