La millonaria confesión de Bush
8 de septiembre de 2003"Gastaremos lo que sea necesario", dijo Bush durante su discurso a la nación en el que anunció que pidió al Congreso una partida extraordinaria de 87.000 millones de dólares para los gastos en las operaciones en Irak y Afganistán. "Este esfuerzo es esencial para la estabilidad en estos países y por tanto para nuestra propia seguridad", afirmó. El 76% de dicho monto será destinado a gastos militares mientras que el resto será invertido en los gastos de reconstrucción.
Bush enfatizó la necesidad de que otros países participen en la reconstrucción de Irak evocando imágenes del pasado. "Tras la Segunda Guerra Mundial las naciones vencedoras ayudamos a la reconstrucción de Alemania y Japón y estuvimos a su lado mientras conformaban gobiernos representativos. Tanto Europa, como Japón y los países del Medio Oriente se beneficiarán del triunfo de la libertad en Irak y Afganistán", dijo.
Cambio de rumbo en la política de Irak
El presidente estadounidense aseguró que la ONU tiene ahora la oportunidad y la responsabilidad de ocupar un papel más importante. La guerra en Irak generó discrepancias internacionales, reconoció el presidente, al tiempo que apeló a "no dejar que las diferencias del pasado interfieran con las obligaciones del presente". Fue el primer discurso de Bush desde que anunciara el fin de las principales operaciones militares en Irak, el pasado 1° de mayo.
Con su apelación a la ONU y a la comunidad internacional a participar más activamente en el Irak de la post-guerra, Bush confirmó el cambio de estrategia de la Casa Blanca, que hasta ahora se negaba a una participación importante de la ONU en la reconstrucción de Irak, particularmente en cuestiones de seguridad. Sin embargo Bush recalcó que la fuerza multilateral estará bajo mando de un general estadounidense. La petición de Washington a la comunidad internacional no sorprende a nadie. Estados Unidos alcanzará un récord en su déficit público de más de 400.000 millones de dólares durante el actual ejercicio y se prevé que podría ser aún mayor el próximo año. Adicionalmente los continuos atentados de que son víctimas los soldados estadounidenses en Irak, le han costado a Bush una notable caída en su popularidad.
Reticencia internacional
Numerosos países se han rehusado a enviar tropas a Irak sin una resolución de la ONU que lo autorice explícitamente. La nueva propuesta de resolución de Washington ante el Consejo de Seguridad de la ONU, ya había suscitado reticencias de Francia, Alemania y Rusia, miembros permanentes del Consejo, quienes argumentan que el documento no abre el camino para la autodeterminación de Irak. Otros países reaccionaron con cautela al discurso de Bush. Pese a que el ministro australiano del Exterior, Alexander Downer elogiara a Bush por su compromiso en Irak, el gobierno de Canberra que envió soldados a la guerra de Irak descartó el envío de tropas para garantizar la seguridad durante la reconstrucción de ése país. Grecia y Nueva Zelanda condicionaron su postura a las deliberaciones en el Consejo de Seguridad, mientras que el gobierno de la India reiteró que solo consideraría el envío de tropas bajo mandato de la ONU. El gobierno francés calificó el llamado de Bush a la comunidad internacional como una "buena noticia", según palabras de la Ministra para Europa, Noelle Lenoir.
Alemania y Japón ofrecen ayuda
Japón y Alemania señalizaron su disposición a ayudar. Sin embargo el gobierno de Berlín dejó en claro que la ayuda alemana se limitará exclusivamente al aspecto humanitario y no al militar. El ministro alemán del Exterior, Joschka Fischer, dijo que Alemania está dispuesta a auxiliar a Washington "siempre y cuando exista la necesaria transparencia y el control de la ONU". El jefe diplomático exhortó a que naciones moderadas islámicas apoyen los esfuerzos de pacificación y reiteró que la soberanía iraquí debe ser restituida cuanto antes. Fischer rechazó categóricamente una participación militar de Alemania. También el portavoz gubernamental, Bela Anda, reiteró que la ayuda alemana se limitará al aspecto humanitario y a la construcción de estructuras democráticas. Berlín ha destinado unos 75 millones de euros a la reconstrucción de Irak a través de programas y fondos nacionales y europeos.