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La Misión Demo-2 de SpaceX con la NASA está llena d

29 de mayo de 2020

Sorprende que los responsables comparen todo el tiempo este nuevo vuelo espacial tripulado con las anteriores misiones lunares de Apolo.

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Los astronautas Bob Behnken (izq.) y Dough Hurley al lado de la nave Crew Dragon
Los astronautas Bob Behnken (izq.) y Dough Hurley al lado de la nave Crew Dragon en Cabo Cañaveral, FloridaImagen: picture-alliance/ZUMAPRESS/ZUMA Wire/NASA

La Demo-2 es la primera misión tripulada en despegar del Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida, desde 2011, cuando el Atlantis, el último Transbordador Espacial de la NASA, voló a la Estación Espacial Internacional (ISS) bajo el código STS-135.

A bordo de la nueva nave espacial SpaceX estarán los veteranos del transbordador espacial Douglas Hurley y Robert Behnken. Hurley fue el principal operador de robótica de la misión del transbordador espacial STS-127 y para la última misión STS-135. Behnken voló la STS-123 y la STS-130, así que es un regreso para ambos. Christopher Cassidy, otro veterano que voló con Hurley en el transbordador espacial STS-127, ya está en la ISS y les dará la bienvenida.

La rampa de lanzamiento, el Complejo 39A, también es simbólico. Fue construido originalmente para las misiones lunares del Apolo que volaron de 1969 a 1972. 

Lanzamiento de un cohete Falcon 9 de Space X desde Cabo Cañaveral, Florida.
Lanzamiento de un cohete Falcon 9 de Space X desde Cabo Cañaveral, Florida. Imagen: picture-alliance/dpa/ZUMAPRESS

¿Surge una nueva era comercial del espacio?

La colaboración de la NASA con SpaceX es parte del Programa de Tripulación Comercial de la Agencia Espacial. El programa parece una ruptura con la tradición, pero en realidad no lo es. Incluso las misiones Apolo estaban profundamente arraigadas en la industria comercial. El módulo lunar Eagle de la misión Apolo 11 fue construido por el fabricante de aviones Grumman, que se especializó en aviones militares. Esta cooperación con la industria nunca se detuvo realmente.

De hecho, el gobierno de EE.UU. bajo Donald Trump expresó el deseo de que una mayor parte del trabajo de la NASA se trasladara al sector espacial comercial y de ingeniería.

Aunque no se puede asegurar aún que la comercialización del espacio le permitiría a Estados Unidos la militarización del espacio -en contravención del Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967- Trump ya indicó hace dos años que también podía retirarse de ese acuerdo. Sin embargo, no está solo en sus intenciones militares en el espacio. Francia, China y la India tienen intenciones similares, principalmente, como afirman "para proteger la infraestructura de los satélites en el espacio”.

Pero la NASA se ve a sí misma, ante todo, como una organización científica. Sus vínculos con la industria espacial comercial se caracterizan por el pragmatismo. La NASA se concentra en la ciencia en sus primeras etapas, entregando el desarrollo principal a compañías como SpaceX y Boeing, que, a diferencia del contribuyente estadounidense, están dispuestas a asumir el riesgo financiero.

Para promover el desarrollo y la demostración de sistemas seguros, fiables y rentables de transporte de tripulaciones la NASA ha adjudicado contratos por más de 400 millones de dólares al sector privado. Empresas como Blue Origin, del fundador de Amazon, Jeff Bezos, y la United Launch Alliance, una fusión de Boeing y Lockheed Martin, están trabajando en esto, por nombrar solo a algunas.

USA - Raketenstart der Space X Falcon 9
Ensayo del cohete Falcon 9. Imagen: Reuters/Social Media

Otros competidores

Aunque la cápsula Dragon, de la tripulación de SpaceX, llevará astronautas a la ISS, la verdad es que aún no está aprobada para los vuelos espaciales tripulados. El primer vuelo tripulado se considera un vuelo de prueba, similar al que pilotos tienen que realizar antes de permitírseles operaciones con pasajeros.

Sin embargo, la misión Demo-2 será un punto de inflexión para los viajes espaciales de EE.UU. Tendrá un impacto en el programa espacial ruso y en la cooperación internacional. Acabará con el monopolio de facto de Rusia sobre los vuelos espaciales tripulados a la ISS, que existe desde 2011. Desde entonces, la agencia espacial Roskosmos ha estado volando desde el puerto espacial de Kazajstán Baikonur a la ISS con la nave espacial Soyuz en intervalos de aproximadamente seis meses.

Y SpaceX no es ni siquiera el único competidor. Junto con la NASA, Boeing está desarrollando el CST-100 Starliner, aún no tripulado. Y luego está la sonda espacial Orión, producto de una colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea ESA.

Orion es un proyecto no comercial, con módulos de servicio construidos por contratistas como Airbus. Sólo en EE.UU., al menos 3.800 contratistas están trabajando en Orión y el cohete que llevará la cápsula espacial, el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS).

Breves datos sobre las tres cápsulas espaciales

Las tres cápsulas irán al espacio, vuelven a la Tierra y serán lanzadas de nuevo. La reutilización fue un paso crucial en el desarrollo de las naves espaciales, por cuestiones de sostenibilidad.

En la actualidad, sólo SpaceX y Orion se esfuerzan por dar el salto más allá de la ISS. SpaceX tiene a Marte en la mira, mientras que Orion está vinculado al programa lunar Artemis, que tiene como objetivo enviar astronautas a la superficie lunar para el 2024. SpaceX planea participar en esta misión con Crew Dragon.

En cierto modo, esto cierra el círculo -nunca del todo concluido- de la exploración espacial: En la mitología griega, Artemisa, una diosa griega, es la hermana gemela de Apolo.

(jov/cp)

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