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La muerte acecha en el Mar del Norte

3 de julio de 2002

Un virus, que cobró la vida de 18.000 focas en el Mar del Norte hace 14 años, se ha esparcido nuevamente en las costas danesas y podría convertirse en una amenaza para la frágil naturaleza de esta región.

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Focas en peligro.Imagen: AP

En 1988, el Virus Phocine Distemper cobró la vida a cerca de 18.000 focas en las costas alemanes del Mar del Norte, cerca del 60% de la población regional de estos mamíferos marinos. En los últimos meses el virus ha reaparecido y los expertos temen que se vuelva a registrar una pesadilla ecológica.

Las primeras focas muertas, infectadas con el letal virus, fueron encontradas hacia principios de año en Kattegat, en la isla danesa de Anholt. Justamente así como comenzó la pesadilla hace 14 años. El virus Phocine Distemper, PDV por sus siglas en inglés, ataca los pulmones y órganos respiratorios, a lo que siguen infecciones y luego este virus se extiende rápidamente a otros órganos del cuerpo. La foca muere lenta y dolorosamente.

Un misterio mortal

Los orígenes del PDV siguen siendo un misterio. Otro misterio es por qué el virus ataca Anholt por segunda vez. Científicos indican que posiblemente el virus fue llevado al área por un animal solitario de mar abierto, o tal vez podría tener sus orígenes en las aguas sucias vertidas en el mar, provenientes de granjas de visones.

Los científicos creen que la primera epidemia fue desatada por focas del Océano Ártico que en busca de alimentos se alejaron de su habitat natural, ya que Rusia y Escandinavia acabaron con los bancos de peces de la región, debido a una pesca exagerada.

Relación entre virus y contaminación

Las focas del Ártico, se parecen mucho a sus familiares del Mar del Norte, pero existe una diferencia vital: las focas del Ártico han desarrollado defensas contra el virus Phocine Distemper. En otras palabras, pueden sobrevivir una epidemia de este virus. Las focas del Mar del Norte, no. Sin los anticuerpos necesarios y debilitadas por la creciente contaminación de los océanos, estos animales tienen pocas oportunidades de sobrevivir. Los científicos han descubierto una relación entre el virus y los altos niveles de contaminación. Recientes exámenes de focas muertas del Mar Norte muestran un severo deterioro de la glándula tiroides. Esto coincide con reportes de focas de las costas alemanas que presentan niveles 17 veces más altos de PBC en la sangre, que focas de Islandia. Según el experto en focas Günter Heidemann de la ciudad de Kiel, el virus aislado no fue culpable de la epidemia de 1988, sino la combinación con los altos grados de contaminación que las hace inmunodeficientes.

No hay cura para las focas

Incluso la reciente elaboración de una vacuna no resulta muy esperanzadora. La vacuna debe ser inyectada en el músculo para que tenga efecto y esto sólo es posible con focas cautivas en una estación de rescate. Inyectar a cerca de 20.000 focas en las aguas abiertas del Mar del Norte resulta imposible.