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La Novena de Beethoven Patrimonio de la Humanidad

12 de enero de 2003

La partitura original de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven fue inscrita oficialmente en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad de la UNESCO.

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Partitura de BeethovenImagen: Staatsbibliothek zu Berlin - Preußischer Kulturbesitz

Se escucha en Olimpiadas, en actos oficial, como por ejemplo en el de la Reunificación Alemana, y en muchos otros eventos y festejos. Cuando se conmemora un suceso importante es común escuchar la Novena de Beethoven. La "Oda a la Alegría" hace sentirse por unos instantes a muchos realmente hermanos. Desde este domingo 12 de enero del 2003, esta sinfonía mundialmente conocida ingresa en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. En una ceremonia oficial en la capital alemana de Berlín y enmarcada por un concierto en el que la Filarmónica de las Naciones, dirigida por Justus Frantz, dirigió la Novena Sinfonía, se concretó su inscripción.

Una de las sinfonías más conocidas

La partitura original de casi 200 páginas, es una de los tesoros más preciados del la Biblioteca Nacional de Berlín, en donde se encuentran también originales de Bach, Mozart y Mendelssohn Bartholdy. Para el director de la biblioteca, Graham Jefcoate el manuscrito de Beethoven es una joya especial pues ninguna otra obra musical ha tenido tanta difusión e impacto como la sinfonía en re menor, Opus 125.

Ludwig van Beethoven Partitur UNESCO-Erbe
Comisión Alemana de la UNESCOImagen: AP

La partitura original escrita entre 1822 y 1824 se encuentra casi completa en la biblioteca situada en la alameda Unter den Linden. Sólo dos páginas del segundo tiempo se encuentran en la casa en la que nació el compositor , en la ciudad de Bonn y tres folios del final en la Biblioteca Nacional de París. El manuscrito original está repleto de tachaduras y enmiendas y por lo tanto resulta difícil de leer, por lo que especialistas lo han copiado en limpio.

Una historia turbulenta

Cuando la Novena de Beethoven fue ejecutada por primera vez el 7 de mayo de 1824 en Viena, el compositor estuvo al lado del dirigente y marcó el tacto. Un testigo escribió después cómo Beethoven, que padecía ya bajo su inminente sordera, notó sólo pasado cierto tiempo los aplausos del público.

Después de la muerte del compositor en 1827, la partitura original pasó a manos de su biógrafo Anton Schindler, y en 1846, primero sólo en partes, pasó a posesión de la Biblioteca Real de Berlín. Fue en 1901, cuando la casa editorial Artaria entregó el resto de la partitura a la Biblioteca, cuando el original volvió a estar completo.

Para protegerlo de las turbulencias de la guerra, que la Biblioteca Nacional de Prusia dividió la partitura en tres partes y la ocultó en 1941 en diversos puntos de la ciudad de Berlín, para reducir el riesgo en caso de pérdida. Fue hasta 1967, después de enconadas disputas que las partes vuelven a quedar en manos de la Fundación de Patrimonio Prusiano, en Berlín Occidental. El mismo año el gobierno polaco entregó a la desaparecida RDA la parte faltante. La Novena volvía a estar unida en una ciudad, pero fue hasta 1989, después de la caída del Muro de Berlín cuando volvió a quedar unida en una sola nación.