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La OEA comienza una fase crucial de su historia

Enrique López Magallón (VC)18 de marzo de 2015

Este miércoles (18.03.2015) comenzó un nuevo capítulo en la historia de la Organización de Estados Americanos. Con Luis Almagro como secretario general, el organismo tratará de revitalizarse política y económicamente.

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Washington Luis Almagro neuer OAS Generalsekretär
Imagen: picture-alliance/AP Photo/Z. Gibson

La Organización de Estados Americanos se presenta a sí misma como el organismo regional más antiguo del mundo. Su origen, menciona la página oficial de internet, “se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, celebrada en Washington de octubre de 1889 a abril de 1890”, cuando fue creada la Unión Internacional de Repúblicas Americanas. Como tal, la actual OEA fue fundada en 1948.

Al secretario general saliente de la OEA, José Miguel Insulza, “le tocó una época terriblemente difícil” al frente del organismo, dice a DW Natalia Saltalamacchia Ziccardi, del Departamento de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). “Insulza tuvo que lidiar con una Sudamérica que mayoritariamente trataba de neutralizar a la OEA, y por otro lado, con un Estados Unidos muy poco interesado en América Latina, y por ende, muy poco interesado en el organismo”, agrega.

En particular, Brasil y Venezuela impulsaron desde 2010 la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como posible sustituto. Según el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, la OEA “ha sido cooptada por el imperialismo y ya no sirve para nada”.

Jose Miguel Insulza vivió una fase difícil en la OEA.
Jose Miguel Insulza vivió una fase difícil en la OEA.Imagen: Getty Images/Afp/Saul Loeb

La OEA, CELAC y Unasur

Pero la que impone un gran reto a la Organización de Estados Americanos no es hoy la CELAC, sino Unasur. Ésta “compite directamente con la OEA, puesto que ambas son organizaciones regionales de seguridad con funciones muy similares. La Unasur, por ejemplo, promueve lo que se conoce como ‘Medidas de Fomento de la Confianza y la Seguridad', las que implican transparencia en los gastos de defensa, el suministro de información sobre doctrinas de defensa y el intercambio de personal militar. Todo eso es algo que hace o hacía la OEA”, dice a DW Jorge Garzón, del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), con sede en Hamburgo.

El académico considera que los reproches chavistas a la OEA no son acordes con la realidad actual. “La historia del organismo no es sólo la historia de los dictámenes estadounidenses en América Latina. Muchas ideas y proyectos de países latinoamericanos se vieron plasmados en iniciativas de la OEA. Todos los Estados miembros están facultados para proponer resoluciones e iniciativas sobre los asuntos que consideren pertinentes”, afirma.

Al mismo tiempo, Garzón reconoce la clara influencia histórica de Estados Unidos en la OEA: “Por su tamaño y poder económico, estaba en posición de ofrecer toda clase de beneficios económicos como préstamos, apertura de mercados o ayuda al desarrollo a cambio de apoyo político a las propuestas que éste consideraba importantes.” Pese a lo cual, dice, esta influencia ha declinado en tiempos recientes.

Los próximos retos

Para Saltalamacchia, el logro más importante de la OEA en sus casi siete décadas de historia es la conformación del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. En cuanto al futuro, el reto más importante al que se enfrentará Luis Almagro como próximo secretario general de la OEA será la “revitalización política” del organismo. “Deberá convencer a los países más importantes, concretamente a Brasil, que es muy ambivalente ante la OEA, de que el organismo tiene sentido”.

Este objetivo haría posible además la resurrección económica de la OEA, afirma la académica. “El principal problema al que se enfrenta la OEA en términos prácticos es que no 'llega a fin de mes'; su presupuesto es muy magro. Tiene muchísimos mandatos, y ninguna capacidad económica para resolverlos”. La gestión de Almagro, cuya candidatura fue impulsada por el gobierno brasileño, podría tener la fuerza suficiente para sacar adelante ambos desafíos, dice la entrevistada.

En cuanto al mecanismo particular de esta elección, el hecho de que Luis Almagro llegue como candidato único a la secretaría general del organismo es preocupante, considera Natalia Saltalamacchia. “Esto habla de la irrelevancia que está adquiriendo la OEA. Al mismo tiempo, la votación no va a generar polémica entre Estados, en un continente que de por sí está bastante dividido en muchos temas”.