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Ayuda humanitaria

25 de julio de 2011

Las Naciones Unidas y la Unión Africana deberían intervenir en el Cuerno de África, dice la presidenta de Agro Acción Alemana. Según ella, es necesario presionar a las milicias para hallar una salida a la crisis.

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La ayuda debe llegar a la gente.
La ayuda debe llegar a la gente.Imagen: Fotolia/Blasius Mrowiec


Se creía que las imágenes del hambre en Etiopía, que conocemos desde los años 80, ya no existirían en el siglo XXI. Pero la crisis por la que está pasando el Este de África, en la región fronteriza entre Somalia, Etiopía y Kenia, es una de las peores desde los años 60. La hambruna que afecta a más de 12 millones de personas, ya acabó, según estimaciones, con la vida de 10.000 de aquellos que no lograron llegar al campamento de Dadaab, en Kenia, donde reciben ayuda a cerca de 400.000 seres humanos.

La semana pasada, las Naciones Unidas declararon oficialmente la región en estado de catástrofe alimentaria, y este 25 de julio, se reunió la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Roma para debatir los pasos a seguir y la ayuda internacional necesaria para paliar el mal. La presidenta de Agro Acción Alemana (Deutsche Welthungerhilfe), Bärbel Dieckmann, habló con la emisora DeutschlandRadio sobre el tema.

¿Se espera que la situación empeore en el Cuerno de África?

Bärbel Dieckmann: Sí, en este momento hay que preparase para eso. Podemos ayudar en Etiopía y en Kenia, pero es difícil llegar a Somalia. El mayor problema es que, tanto las organizaciones no gubernamentales como las Naciones Unidas, nos encontramos allí con obstáculos para que la ayuda llegue a la gente.

¿Se hubiese podido prevenir esa situación?

Se conoce que allí hay sequía. Nosotros trabajamos en Kenia y en Etiopía, y pudimos hacer bastante, pero no teníamos conocimiento de la magnitud de la catástrofe en Somalia debido a que ya no podíamos entrar al país. Pero sí se sabía que no hubo más período de lluvias en un lapso de dos años seguidos.

¿Qué es lo que se necesita con más urgencia, tanto en cuanto a ayuda económica como a envío de ayuda humanitaria de emergencia?

Se necesita dinero, por supuesto, porque hay que comprar de todo, y es la única forma de ayudar a la gente, es decir, enviando agua, alimentos y tiendas de campaña. Después de eso se puede comenzar con la reconstrucción, es decir, con la distribución de semillas y con la mejora de los sistemas de riego. Y por eso necesitamos llegar a la gente, lo cual es un gran problema. Lo que hacemos ahora es ayudar a la gente allí donde está para que no tenga que huir hacia campamentos de refugio en los que ya no hay lugar y estén peor de lo que ya están.

¿Puede nombrar una cifra para la ayuda que se necesita en el Cuerno de África?

Las Naciones Unidas parten de 1.000 millones de euros, y ya hay una serie de donaciones prometidas que suman 400 millones de euros, lo que significa que resta conseguir 600 millones. Pero en este momento tengo más bien la impresión de que lo más importante no es el dinero, sino que la comunidad internacional aumente la presión para que esa ayuda llegue realmente a la gente.

Hambre en el Cuerno de África: sequía, gobiernos corruptos y mala gobernanza.
Hambre en el Cuerno de África: sequía, gobiernos corruptos y mala gobernanza.Imagen: picture-alliance/dpa



¿Deberían intervenir las Naciones Unidas?

Sí, deberían intervenir, así como la Unión Africana, ya que, según nuestra experiencia, ya lo han hecho en varios casos. El problema está en Somalia, que ya no es un estado, sino que está gobernado por milicias, no por un gobierno provisional, y ese es, en realidad, un problema serio. En Kenia y en Etiopía ya hay contactos con el gobierno.

¿Cómo se podría aumentar la presión para poder llegar hasta la gente?

Seguramente, tratando de acceder a ella a través de la sociedad civil en Somalia y trabajando con organizaciones no gubernamentales, pero es muy difícil lograrlo.

De todos modos, se necesita dinero, una suma no tan grande, si se tiene en cuenta el paquete de rescate para el euro. Pero la disposición a donar dinero de los alemanes no es muy grande por el momento.

Es cierto, y, sin embargo, se ha logrado reunir más de un millón de euros en donaciones. Mi experiencia es que la gente está dispuesta a donar cuando ve las terribles imágenes de lo que está pasando en África. Y en los últimos años también creció el cuestionamiento acerca de qué es lo que pasa a nivel político en esa región. Pero se está donando dinero, y se debe prestar ayuda humanitaria, aunque comprendo esos cuestionamientos a los que, por supuesto, también se debe dar respuesta.

Las imágenes terribles de niños africanos muriendo de hambre se graban en la memoria. Pero, ¿hay que seguir utilizándolas?

Sí. Esas imágenes ilustran la situación, y tal vez se las necesite. Yo misma lo he comprobado en los últimos dos años durante mis viajes. Es muy distinto ver a las personas que están pasando hambre, que no cuentan con atención médica, que tienen que caminar horas para conseguir agua. A uno le queda todo más claro que leyendo únicamente sobre el tema.

¿Puede responder, como organización humanitaria alemana, como Agro Acción Alemana, la pregunta acerca de adónde va a parar el dinero de las donaciones?

Sí, y esto vale para todas las organizaciones privadas: nosotros distribuimos el dinero y trabajamos con socios en los países de destino. Es decir, existe un control inmediato en cuanto a que el dinero llegue a la gente que pasa necesidades. El problema que tenemos en este momento es que no hay tanta gente trabajando activamente para que los casi 13 millones de euros de los que se habla lleguen realmente a todos los que los necesitan.

¿Podrá llegar a Somalia, un país destruido por la guerra civil, en el que nadie gobierna desde 1991, y que está controlado por organizaciones rebeldes?

En Europa, la Agro Acción Alemana forma parte de la Alianza 2015, y uno de nuestros socios trabaja en Mogadishu. Ya entregamos ayuda en Mogadishu y lo seguimos haciendo. Al comienzo, las milicias apelaban a que se prestara ayuda humanitaria. Pero, hace dos o tres días, dijeron que no quieren extranjeros en el país, por lo cual esta semana deberemos decidir los pasos a seguir.

Entrevista: Nana Brink (Cristina Papaleo)

Editora: Emilia Rojas-Sasse