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La política quiere emanciparse de los bancos

Enrique López Magallón14 de noviembre de 2012

La quiebra de Lehman demostró que la insolvencia de un banco de inversión puede arrastrar a toda la economía mundial al abismo. Desde entonces, los gobiernos intentan limitar ese riesgo, pero no es fácil

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Imagen: dapd

La desregulación del sistema bancario en las pasadas dos décadas ha tenido grandes consecuencias. Los negocios de los diez mayores bancos del mundo representan aproximadamente el 40 por ciento del producto bruto mundial.

El total de balance del Deutsche Bank fue a fines del año pasado igual al 84 por ciento del producto interno bruto alemán. Solo un quinto correspondió a créditos clásicos. La mayor parte fueron negocios de inversión, que incluyen también riesgosas apuestas.

Por ello, el Deutsche Bank, junto con los bancos norteamericanos Citigroup y JP Morgan Chase y el británico HSBC fue clasificado recientemente por el Consejo Internacional de Estabilidad Financiera en la clase de mayor riesgo bancario.

Esos bancos universales deben aumentar hasta el 2019 su cuota de capital propio a 9,5 por ciento. Pero ello no es suficiente, según Clemens Fuest, profesor de la Universidad de Oxford, a DW: “Se debería ir más allá, como ya se hace en Suiza”.

Bank Spanien Bankia
Bankia: con la ayuda del Estado.Imagen: Getty Images

Más capital propio

En efecto, los dos grandes bancos suizos, UBS y Credit Suisse, deben tener hasta 2019 una cuota de capital propio del 19 por ciento. En lugar de suponer ello desventajas competitivas, esos dos bancos pueden refinanciarse más fácilmente, ya que con más capital propio están considerados deudores seguros.

Esa calidad la adquieren bancos hasta ahora también cuando alcanzan determinado tamaño. Entonces son “demasiado grandes para caer”, según numerosos gobiernos, que hasta fines de 2009 invirtieron más de diez billones de dólares para evitar un colapso de los bancos y de la economía mundial. Son 1500 euros por cada habitante del planeta.

Con ello se dejó sin efecto un importante mecanismo de la economía de mercado: que cada empresa es responsable de los riesgos que asume. Por ello, Johann Eekhoff, director del Instituto de Política Económica de la Universidad de Colonia, aboga por cambiar completamente de línea: “hay que dividir los bancos y formar unidades más pequeñas, para que no puedan extorsionar a los gobiernos”, dijo a DW.

Créditos y especulación

Una división de los bancos universales propuso recientemente también un grupo de expertos creado por la Comisión Europea: los negocios riesgosos deberían separarse de la concesión normal de crédito y los riesgos correspondientes deberían ser asumidos autónomamente por los bancos.

Para el economista Clemens Fuest, el sistema de bancos separados no es una solución definitiva. “Si las cajas de ahorro le prestan mucho dinero a los bancos de inversión y estos tienen dificultades, probablemente arrastren al abismo también a las cajas de ahorro”, dijo Fuest a DW. Para Fuest, lo esencial es que también los grandes bancos puedan quebrar.

Ello es lo que exige asimismo la Supervisión Financiera Alemana (BaFin). Al Deutsche Bank ha solicitado que presente hasta fin de año un plan de emergencia, también llamado “testamento”. Otros bancos tienen tiempo hasta 2013. El objetivo es aumentar la transparencia bancaria y reducir los costos para el contribuyente derivados de la eventual quiebra de un gran banco. La pulseada entre bancos y gobiernos sigue.

Autor: Danhong Zhang/PK
Editora: Emilia Rojas