La promesa de Gaza
27 de octubre de 2004El diario español El País, señala: “La evacuación de Gaza, cuando se produzca, no será un paso histórico en la contienda entre israelíes y palestinos. Pero el proyecto de Sharon tiene el valor simbólico de plantear, por primera vez en 20 años, la retirada de colonos judíos (casi 8.000) de tierras ocupadas tras la guerra de 1967. Y la división de la clase política israelí prueba que toca fibras profundas, que llegan al mesianismo en el caso de los ultraortodoxos y los colonos fundamentalistas, que por miles acusaban al jefe del Gobierno de una traición de proporciones bíblicas. (...)Es más que lícito desconfiar de las intenciones del primer ministro israelí, un ultranacionalista dedicado militar y políticamente a torpedear la emergencia de un Estado palestino. Pero las dudas sobre los motivos últimos de su apuesta -descrita en el círculo íntimo de Sharon como la oportunidad para congelar indefinidamente cualquier negociación sustancial con los palestinos- no deben oscurecer el hecho de que marcharse de algún territorio que se ocupa ilegalmente es mejor que no hacerlo (...) La promesa que esconde Gaza, si se concreta, es la de abrir un resquicio a la razón en un conflicto cegado que envenena cada día, desde hace décadas, la convivencia entre el islam y Occidente”.
En juego está el futuro de Israel
El diario francés Figaro, advierte: “Si no estuviera detrás Ariel Sharon, el voto del Knesset sería recibido de acuerdo su verdadero valor, como un momento histórico para Israel. Por primera vez desde la Guerra de los Seis Días ha sido roto definitivamente un tabú. (...) Ahora debe hacerse todo para respaldar a Sharon, más allá de cuáles pudieran ser sus verdaderas razones personales, y de sus argumentos para justificar la medida. No se trata tan sólo de rescatar un proceso de paz moribundo desde hace mucho, en juego está algo todavía más importante, que es el futuro de Israel”.
Potencial explosivo
El rotativo suizo Basler Zeitung, comenta: “La decisión de renunciar por primera vez a las colonias en territorios ocupados representa para Sharon un triunfo. Todavía estará por verse si la retirada de Israel de Gaza se realiza según lo previsto a partir de mayo del 2005. La fuerte controversia que ha desatado el plan de Sharon permite hacerse una idea del potencial explosivo del proyecto a nivel político en Israel. (...) Lo único que seguirá siendo seguro es que la guerra contra palestinos armados en la Franja de Gaza continuará a costa de la población civil”.
La herida se abrirá aún más
Por su parte el italiano La Repubblica, dice: “El voto con el cual el Knesset acordó el repliegue de la franja de Gaza es tan sólo el comienzo de un largo camino. Los numerosos opositores al plan , sobre todo los simpatizantes de la ultraderecha, aguardan la oportunidad para dañarlo y no hay ninguna seguridad de que realmente sea puesto en marcha. Ya desde ahora se acusa al estado judío de falta de compromiso, y no sólo desde el punto de vista político, sino también social, religioso e incluso emocional. La medida ha abierto una herida en los judíos y no hay duda alguna de que se abrirá aún más a medida de que se acerque la fecha prevista para la evacuación”.
Ironías de la historia
El matutino autríaco Salzburger Nachrichten, escribe: “Con la decisión de evacuar la Franja de Gaza, Ariel Sharon se ha labrado un lugar en la historia (...) Su discurso ante el parlamento parecía un panfleto copiado del movimiento pacifista. Habló no sólo del complejo mesiánico de los colonos, sino también de su deseo de convertir a Israel en una democracia modelo. Reconoció el sufrimiento de los refugiados, se pronunció en contra de la ocupación de territorios palestinos y dijo que la guerra no es inevitable. La historia de Israel está llena de ironías: así como Yitzak Rabin, el conquistador de los territorios ocupados, convenció a su pueblo a renunciar a ellos, ahora Sharon, quien fundó incluso nuevas colonias, intenta convencer a Israel de volver a sus fronteras naturales con la evacuación y apela a los mesiánicos colonos a la reconciliación”.