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La roquera folklórica

12 de mayo de 2011

Laura Fainstein, una cantante argentina que recorre las ciudades alemanas con temas de Violeta Parra y Mercedes Sosa, conversó con Deutsche Welle sobre sus experiencias como artista callejera.

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Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff, Straßenkünstler
Laura Fainstein: una muchacha y una guitarra...Imagen: Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff

Laura se ubica en las zonas céntricas de las ciudades con su guitarra para cantarles a los transeúntes germanos canciones en un idioma desconocido para ellos: el español. Melodías de Mercedes Sossa o Violeta Parra son las favoritas para tocar en ciudades como Osnabrück, Herford, Minden, Hannover, Bielefeld, Paderborn o Bremen.

La vida de Laura Fainstein siempre estuvo marcada por la música. A los 6 años de edad ya tocaba la flauta y a los 10 la guitarra y cantaba, por lo que no le fue difícil seguir en la línea musical ya de adulta. Laura se vio forzada a abandonar Argentina en el 2001 cuando explotó la crisis económica y política de ese país, llegando a España con apenas una mochila y una guitarra. Al no encontrar ofertas de trabajo estables comienza a tocar en los metros de Madrid y Barcelona. Sin embargo, fue cantando en el balneario español de Mallorca donde daría un vuelco su vida al conocer a su futuro esposo, Ingo Wilkenshoff, también músico y cantante germano que se la llevaría a la ciudad de Osnabrück.

Recorriendo juntos las ciudades

Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff, Straßenkünstler
Laura Fainstein y su marido, Ingo Wilkenshoff.Imagen: Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff

Para Laura es muy práctico contar con un marido músico. “Ingo y yo nos entendemos en todos los aspectos, tanto en el de pareja como laboral. Él también toca la guitarra pero si tocamos separados en la misma ciudad nos hacemos competencia. Mejor es dividirse las tareas. Por lo general yo me quedo tocando la guitarra y él, que maneja mejor el idioma, se queda hacienda globos y contándole cuentos a los niños,” relata.

Sin embargo la pareja realiza también otros proyectos artísticos al aire libre; un show con fuego y baile que llevan a las fiestas de las ciudades así como obras de teatro callejero para los mercadillos alemanes, donde salen disfrazados recitando poemas de Goethe.

Para Ingo y Laura es en verano sin duda donde existe una mayor gama de posibilidades de tocar o actuar al aire libre, tanto en la calle como en festivales o en fiestas. No obstante no sólo es el clima un elemento crucial a la hora de tocar, también el aburrimiento. Ellos van rotando de ciudad para no cansar a la gente. Las reacciones del público han sido muy positivas hasta ahora.

“Me he hecho muy popular tocando en la calles y me siento bastante bienvenida con mi música. Tengo a mi favor que en Alemania es algo exótico cantar en castellano y que el público tiene interés en la música latina. Además hay muy pocas mujeres y eso me favorece también. La gente reacciona muy bien, sólo hay que romper el hielo al principio porque la imagen que tienen a veces de un artista que está en la calle no es buena. Piensan que eres un vago y no sabes hacer nada”, acota Laura.

Ningún comienzo suele ser fácil. Laura tuvo que enfrentarse al nerviosismo inicial de tocar frente al público alemán “A mí me daba mucha vergüenza cantar, me ponía toda colorada y me sudaban las manos al tocar la guitarra, despues fuí tomando coraje y sintiendome cómoda. Mi marido me apoyó bastante al decirme que canto bien, que la gente me aplaude y que compran mis discos”.

Latinos bananeros

Es difícil borrar la imagen que se tiene de la música latina en Alemania porque se tiende a asociar siempre con salsa o merengue. Incluso no faltan los que imaginan que los latinos son personas que comen banana todo el día bajo una palmera, reclama Laura. ”Parece que la gente no conociera el sur de Sudamérica o países como Chile, Uruguay y Argentina. Muchos alemanes piensan que estamos bailando salsa con una ananá arriba de la cabeza. Esperan escuchar salsa o reggaeton, pero es rock lo que yo hago. Toco muchas canciones folcklóricas. “Gracias a la vida” o “Volver a los 17” no las toco como la Violeta, sino en un estilo roqueado. Me gustan además la chacarera, el canto de la tierra, y el folklore místico”.

Artistas multifacéticos

Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff, Straßenkünstler
No sólo música ofrecen Laura y su marido.Imagen: Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff

A Ingo y a Laura les va cada año mejor y amplian cada vez más su campo de acción, que no sólo se ve limitado a los espectáculos callejeros. Ellos tocan música en cumpleaños y casamientos y tienen una banda de música llamada Laura & los ángeles, que es a la vez un estudio de grabación donde realizan sus video-clips, discos y documentales. La pareja de músicos acaba de grabar un disco en alemán llamado Sich fügen heisst lügen, que traducido sería: doblegarse es mentir. Pero los proyectos no terminan allí. “Además estoy grabando un disco en castellano dedicado al público infantil y empezaremos dentro de poco a trabajar para una empresa. Nosotros hacemos de todo un poco; fotos, música y páginas webs. Tratamos de abarcar la mayor cantidad de cosas posible, para ampliar el espectro de trabajo” recalca Laura.

Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff, Straßenkünstler
Una pareja de artistas que poco a poco se abre paso en Alemania.Imagen: Laura Fainstein, Ingo Wilkenshoff

El shock cultural

Para la artista argentina la cultura alemana es bastante cerrada y difícil para entablar algún un tipo de amistad de buenas a primeras. Laura tenía otra idea de lo que era el primer mundo. “Me llevé una gran desilusión, pensé que el primer mundo estaba realmente evolucionado no sólo por contar con una tecnología más avanzada sino también pensé que estaría más avanzada en mentalidad, pero veo que no es así”, comenta.

Para la artista existe una diferencia muy grande entre Alemania y Latinoamérica. “A pesar de que en la Argentina no hay tantas cosas materiales el positivismo y las ganas de vivir y el ser amigos están presentes. Aquí tienen todo para ser felices y no lo son” concluye Laura.

Autora: Pamela Schulz
Editora: Emilia Rojas