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La sed del mundo, entre el agua corriente y la embotellada

Cortesía de Enrique López desde Ciudad de México17 de marzo de 2006

El IV Foro Mundial del Agua se desarrolla en el Centro Banamex de Ciudad de México, enclave sitiado de manera sintomática por campos de entrenamiento, unidades habitacionales y hospitales del ejército mexicano.

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La lucha diaria por agua potable en México.Imagen: AP


A unos kilómetros de allí, en los barrios de Iztapalapa, cientos de miles de personas batallan como todos los días por procurarse el líquido elemental, ante la recurrente escasez que afecta a esa zona de la Ciudad de México. Ambos escenarios representan, de alguna manera, las antípodas en las cuales se discute la situación del agua en el mundo.

El investigador David Velasco, quien dirige una de las organizaciones no gubernamentales más influyentes del país (el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro), resume la paradoja acuática que marca los inicios del encuentro. Dice que “la oposición fundamental se da entre la visión mercantilista del agua o del derecho humano al agua”.

Caudal versus sequía

Esto se traduce en numerosos debates complementarios. En ellos se enfrentan el caudal y la sequía, el agua corriente y la embotellada, las clases pudientes contra las marginadas, lo colectivo contra lo privado, el agua como asunto social o como elemento de seguridad nacional. Ni el tono de estos discursos, ni el de las festividades concomitantes al encuentro mundial, parecen reflejar la urgencia del caso.

En la capital mexicana, que para efectos prácticos incluye varios municipios del vecino Estado de México, las estimaciones más recientes hablan de una sobreexplotación de 35% en los mantos acuíferos que apagan diariamente la sed de más 20 millones de personas.

Derroche de agua

La Secretaria de Medio Ambiente de la ciudad, Claudia Sheinbaum, lo explicó hace poco en términos más sencillos: en la mayor urbe mexicana se consume mucho más agua de la que se acumula en los mantos. Es por ello que este gigantesco asentamiento humano debe absorber el agua de zonas circunvecinas, de las cuales recibe el 30% de su consumo. No obstante, en la Ciudad de México se derrocha agua como si fuera un bien abundante.

Es un problema de conciencia, pero sobre todo es un fenómeno estructural. Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México señalan que cerca de 40% del agua que llega a la ciudad no alcanza los hogares porque se pierde en fugas. Por si fuera poco, la explotación de los suelos de conservación impide que el agua de las lluvias se filtre hacia el subsuelo. Todo ese entramado, según algunos especialistas, prefigura una gran crisis para millones de habitantes de la metrópoli, por el tema del agua.

Indígenas manejan mejor el agua

Tal ejemplo de complejidad ocupa parte de la agenda del primer día de trabajos del Foro, con el panel “El Agua en México”. Además, hoy se otorga el Gran Premio Mundial del Agua Rey Hassan II y se desarrollan varias mesas de trabajo introductorias. La fase más intensa del IV Foro Mundial del Agua
comenzará mañana viernes, cuando se tratarán muchos temas entre los que figuran la protección del agua subterránea en África, la exitosa gestión del agua en algunas comunidades indígenas, o el papel de los medios de comunicación en la formación de una cultura orientada a un mayor cuidado de
este vital líquido.

De manera paralela, desde el pasado lunes se lleva a cabo en el Museo Nacional de Antropología el foro alternativo de las organizaciones no gubernamentales, y convocado por el Tribunal

Latinoamericano del Agua (TLA). EL recinto está resguardado en sus afueras con una gran figura de Tlaloc, el dios azteca de la lluvia. El programa está dominado por casos concretos en diversos países del subcontinente, aunque el discurso general es de contraposición al Foro Mundial del agua. De acuerdo con algunos miembros del TLA, el Foro es patrocinado por organismos como el
Banco Mundial y por empresas interesadas en imponer el consumo de agua embotellada.

¿Nuevo orden mundial del agua?

En cambio, el TLA considera que el acceso al agua es un derecho humano fundamental. Algo queda claro al inaugurarse los trabajos del IV Foro Mundial del Agua. Todos los habitantes del planeta nos encontramos a las puertas de un nuevo orden mundial del agua, en el cual se definirán los enfoques dominantes en el manejo de este recurso natural indispensable. Hay quienes ven en ello grandes negocios, mientras otros perciben una creciente necesidad. En juego está nada menos que la vida humana.