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Y después de Portugal… ¿España?

7 de abril de 2011

Su economía se tambalea desde hace meses, pero es ahora cuando Portugal admite necesitar los fondos de rescate de la Unión Europea. “Demasiado tarde”, dice Bernd Riegert en su comentario. “¿Quién le sigue?”, se pregunta.

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Tras largos titubeos, Portugal se ha visto obligado a solicitar créditos de emergencia.

Después de Grecia e Irlanda, Portugal. El país del suroeste europeo es la tercera pieza de dominó en caer, pero la serie de Estados endeudados en la eurozona es larga. Tras largos titubeos, Portugal se ha visto obligado a aceptar créditos de emergencia de parte de los países comunitarios solventes y ahora se encuentra a las puertas de la bancarrota.

Bernd Riegert Deutsche Welle Porträtfoto
Bernd Riegert, corresponsal de Deutsche Welle en Bruselas.Imagen: DW

Este paso, una ofensa al orgullo nacional portugués y un golpe a su credibilidad en los mercados financieros, llega tarde. La UE había instado a Portugal a solicitar los auxilios financieros disponibles. Y es que, con cada semana que el Gobierno portugués dejaba pasar, la acción de rescate se encarecía considerablemente.

Deudas adicionales atadas a tasas de interés horrendas fueron tomadas a través de los mercados de capitales. Y Portugal deberá pagar ese error caramente por mucho tiempo.

El patrón es siempre el mismo: primero se dejan acumular las deudas, luego se hunde la capacidad de recibir créditos y, después, el Gobierno afectado –sea Grecia, Irlanda o Potugal– entra en estado de negación. Al final no le queda otro camino que acudir a los fondos de rescate de la UE; esa es la última salida.

¿Cuál será el próximo Estado en caer? ¿España? ¿Italia? ¿Bélgica? Ha llegado la hora de actuar con mayor prontitud en los casos que lo ameritan. La UE debería insistir en que los Estados europeos endeudados pasen pruebas diseñadas para determinar la estabilidad de sus respectivas economías.

Mientras más temprano se sepa la verdad sobre sus crisis de deudas, menos costosa será la acción de rescate al final. Esa medida es temida por los Gobiernos afligidos por el endeudamiento estatal porque, hasta ahora, sus resultados siempre han traído como consecuencia un cambio de administración.

Al electorado portugués le esperan duras medidas de austeridad porque su implementación es una condición para el otorgamiento de auxilios financieros. Este 5 de junio los votantes irán a las urnas y ya no cabe duda de que la oposición conservadora ganará los comicios.

Los ministros de Finanzas de diecisiete Estados europeos se reunirán este viernes (8.4.2011) en Budapest para debatir en torno a la crisis financiera generada por el endeudamiento excesivo y Portugal estará en el centro de la agenda. Es necesario que los ministros hablen por fin sobre un refinanciamiento ordenado de las deudas de Grecia, Irlanda y Portugal.

Y es que se hace cada vez más claro que estos países no podrán pagar las deudas acumuladas hasta el momento ni echando mano al fondo de rescate de la UE ni implementando programas draconianos de ajuste económico. Nadie sabe hasta ahora cómo se debe organizar ese refinanciamiento y qué efectos puede tener sobre los mercados financieros.

Los acreedores privados –entre ellos hay también acreedores alemanes– advierten que, así como ellos mismos deberán pagar una parte de la cuenta, también los contribuyentes comunitarios terminarán involucrados en el refinanciamiento de las deudas en cuestión.

Después de todo, los Estados endeudados y sus bancos se verán apuntalados, no solamente por el fondo de rescate, sino también por el complejo sistema de los bancos centrales de cada país de la UE. Cientos de miles de millones de euros se han invertido ya en ese tipo de acciones. A pesar de eso y de todas las cumbres europeas dedicadas a los auxilios financieros, la crisis de las deudas se prolonga. La eurozona no termina de salir de la coyuntura.

La crisis en Europa también afecta a los países en desarrollo. Esta semana, la Comisión Europea anunció que el objetivo de la UE de aumentar la ayuda para el desarrollo, en comparación con la de 2010, no se alcanzaría. La razón: la crisis financiera y la de las deudas.


Editor: Enrique López