La tragedia de Mariana, un año después (noviembre de 2016)
A un año de que se quebrara la pared de la presa Fundao, liberando un enorme alud de lodo sobre pueblos enteros, los damnificados siguen esperando indemnización. Fue el mayor desastre ecológico en la historia de Brasil.
Huellas del peor desastre ecológico de Brasil
La represa Fundao fue utilizada desde 2009 por la empresa minera Samarco. Ésta seleccionó en 2005 el valle de Fundao para almacenar ahí residuos. Así se sustituiría a la presa Germano, que casi había alcanzado su máxima capacidad. Según el Ministerio Público, tras el colapso de la represa, el 5 de noviembre de 2015, se formó un alud de lodo más de 40 millones de metros cúbicos.
Punto de rompimiento
El punto exacto donde colapsó la estructura que contenía los residuos almacenados en Fundao. Según la relatoría oficial de las causas del desastre, a las 14 horas del 5 de noviembre de 2015 se sintió un fuerte movimiento de tierra. A las 15:45, los llamados de alerta de los trabajadores fueron transmitidos por radio, informando del colapso. 19 personas murieron.
La presa Nova Santarem
Obras de construcción de Nova Santarem, estructura destinada a reforzar la presa. Hasta antes del alud, en Nova Samtarem se almacenaba solo agua que era reutilizada en los trabajos de minería. Desde el colapso de Fundao, Nova Santarem está cubierta hasta el tope del lodo y residuos que inundaron y destruyeron la vegetación, los ríos y los pueblos de la zona.
Antigua comunidad
El valle en el que se ubicaba el pueblo de Bento Rodrígues, a 35 kilómetros de Mariana. La localidad fue totalmente sepultada por el alud de residuos. Las 206 familias que ahí habitaban viven hoy en viviendas cuya renta es pagada por Samarco, en Mariana. Según los antiguos habitantes de Bento Rodrígues, la mayoría logró sobrevivir gracias a la ayuda que ellos mismos se proporcionaron mutuamente.
El nuevo dique S4
Construcción del nuevo dique S4, en Bento Rodrígues. Se calcula que el dique será capaz de contener un volumen de más de un millón de metros cúbicos, y que estará listo en enero de 2017. Uno de sus componentes es un sistema para contener sedimentos. Cuando el dique S4 esté listo, una parte de Bento Rodrígues quedará inundada. Samarco dice que esto no afectará a importantes ruinas del pueblo.
La capilla de Sao Bento
El acceso a dichas ruinas se limita solo a los arqueólogos. Éstos buscan salvar piezas de valor históico. Hasta la fecha, han encontrado 2.000, las cuales han almacenado para su posterior reconstrucción. Luego del alud, solo el fundamento de la capilla de Sao Bento logró salvarse. Para restaurarlo, los arqueólogos prevén emplear los mismos procedimientos que en otras excavaciones arqueológicas.
Esperando un nuevo hogar
Del antiguo pueblo de Bento Rodrígues solo quedan ruinas. El pueblo será construido de nuevo, en otro lugar. Pero el sitio, ubicado a unos 9 kilómetros del antiguo Bento Rodrígues, solo podrá ser ocupado por la comunidad a partir de marzo de 2019. Los damnificados han anunciado que involucrarán a peritos independientes para que supervisen la reconstrucción de pueblo.
Críticas a Samarco
Sobre un muro ruinoso, los habitantes del antiguo pueblo de Bento Rodrígues dejaron un mensaje: “Samarco nos quiso matar, pero Jesús nos salvó”. Se supone que el acceso al pueblo viejo está restringido. Bento Rodrígues fue fundado hace más de 200 años. Estaba ubicado a 35 kilómetros de la ciudad de Mariana, a cuyo distrito pertenece.
Ritmo de recuperación
El Río do Carmo, cercano a Paracatu de Baixo, una de las comunidades alcanzadas por el alud de lodo tóxico. La investigación más reciente del Instituto Brasileño para el Medio Ambiente y los Recursos Naturales Sustentables (Ibama) dio como resultado que las semillas de cereales y leguminosas cultivadas a la orilla del río están contaminadas. La zona debe ser recultivada en un 90 por ciento.
Hortaliza en el lodo
Antonio Geraldo de Oliveira nació hace 63 años. Ha vivido toda su vida en Paracatu de Baixo y se niega a abandonar el sitio. Su familia sí se mudó al centro de Mariana luego de la catástrofe. Desde entonces, Antonio perdió todo contacto con sus parientes. El obrero de la construcción renovó su parcela cubierta de lodo y ya siembra ahí lechuga, cebolla, tomate y col.
Desierto de lodo
En las calles de Paracatu de Baixo deambulan seres abandonados. Antes de que la catástrofe vivían aquí 103 familias, de las cuales hoy solo quedan los más viejos. Al igual que Bento Rodrígues, Paracatu de Baixo será reconstruida en otro lugar. El nuevo pueblo debe quedar listo a finales de este año. Autora: Nadia Pontes (EL/ERS)