La trampa iraquí
14 de octubre de 2004Más de 50 países, organizaciones internacionales y privadas tomaron parte en la cuarta Conferencia internacional de donantes, que concluyó con un llamado a proporcionar a Irak una urgente inyección financiera, pues pese a que se registran avances en algunos proyectos, otros importantes objetivos han sido hechos a un lado.
Por primera vez estuvieron presentes los representantes de países opositores a la ofensiva anglosajona, Alemania, Francia y Rusia. El presidente de la conferencia, el japonés Akio Shirota señaló que la precaria situación en materia de seguridad es el mayor desafío a superar.
Que participen los iraquíes
Las cruentas decapitaciones, secuestros y violencia cotidiana de que son víctimas los extranjeros en Irak, han frenado los esfuerzos internacionales por reconstruir el país. El ministro de Planeación iraquí, Madhi al Hafidh, exhortó a que se haga participar más a la población local, quien no corre tanto peligro como los extranjeros. En el encuentro de dos días en la capital nipona fueron discutidos profusamente los medios y formas para garantizar la seguridad en Irak de cara a las próximas elecciones de enero.
El mantener la fecha es uno de los objetivos de los donantes, particularmente de Estados Unidos. El representante de la ONU para Irak, Ross Mountain, señaló que la seguridad y la estabilidad son determinantes para que las elecciones transcurran exitosamente.
Nuevas promesas
Mientras en Irak continúa imperando la violencia, en Tokio hubo nuevas promesas a los reclamos de ayuda del gobierno iraquí. Tan sólo la Unión Europea, que junto con Estados Unidos y Japón es el mayor donante, aseguró una partida de 200 millones de euros de su presupuesto del 2005, pero no dijo cuándo podrá hacer llegar tal suma al país árabe. Igualmente lo hicieron otros países y organizaciones: el Banco Mundial prometió 60 millones de dólares para mejorar la infraestructura y la construcción de escuelas. Irán cifró su ayuda en 10 millones de dólares, Dinamarca en 3,6, y Nueva Zelanda en 1 millón, entre otros.
Del dicho al hecho....
Pero una cosa es prometer y otra cumplir. De los 33.000 millones de dólares acordados el año pasado en la conferencia de donantes en Madrid, Irak ha recibido tan sólo 6.700 millones, pese a que el Congreso de Estados Unidos aprobó una partida de 18.400 millones de dólares. Buena parte de los fondos gastados han sido destinados a proyectos de seguridad para aliviar la carga militar estadounidense.
Según el diario británico The Guardian, el enviado estadounidense James Baker, quien viaja incansable alrededor del mundo para persuadir a los acreedores internacionales de que condonen la deuda iraquí, es a la vez representante de una empresa kuwaití que exige a Irak compensaciones de guerra de 200.000 millones de dólares.
Sin seguridad no hay inversiones
Si tal información es cierta, el dilema iraquí sería aún más complejo, pues a largo plazo el país estaría atrapado por el endeudamiento. Por otra parte, sin garantías de seguridad, no habrá inversiones ni protección a los proyectos de reconstrucción que han sido ya comenzados. En condiciones de guerra civil, con enfrentamientos y atentados diarios, no hay inversionista que abra su chequera. Y ante los ojos de la comunidad internacional, el gobierno de Bagdad tendrá que demostrar primero que es capaz de ganar unas elecciones.