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Rescate en marcha

7 de diciembre de 2010

85.000 millones de euros de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional acuden oficialmente al rescate de Irlanda. Dublín tendrá que pagar con recortes y austeridad financiera. Se esperan años duros en la isla.

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Los ministros de Finanzas de la UE aprueban en Bruselas el rescate irlandés.Imagen: AP

Tiempo le costó al Gobierno irlandés, dirigido por el conservador Brian Cowen, reconocer que la crisis financiera había golpeado a su país por encima de lo que calculaba, aunque eso siguiera estando por debajo de lo que otros fuera del Ejecutivo valoran. Tiempo necesitó Dublín, acuciado por los dictámenes de las agencias de rating, para pedir ayuda externa. Tiempo transcurrió hasta que se hizo oficial la cifra de una deuda pública del 32 por ciento del PIB.

Pero ahora, el paquete de recortes dublinés- que pretende ahorrar 15.000 millones de euros en un plazo de cuatro años- tiene ya forma. Y la Unión Europea respondió liberando los 85.000 millones de euros que, junto con el Fondo Monetario Internacional, había recaudado el pasado noviembre para la isla. Poco a poco avanza el proceso de rescate de Irlanda.

El euro y los mercados sin euforia

Irland Premierminister Brian Cowen
El primer ministro irlandés, Brian Cowen.Imagen: AP

Hoy era el “día D”. Los ministros de Finanzas de la Unión Europea se reunían en Bruselas y la ayuda a Irlanda estaba sobre la mesa. Un “no” a las transferencias, cuyo monto máximo se sitúa en los 85.000 millones de euros, quedaba descartado. La UE y el FMI le había dado ya el visto bueno a la contribución semanas antes, y Dublín traía los deberes hechos: su programa de ahorro está listo.

A la noticia de la luz verde esperaban los parqués con escasa euforia. “El mercado se está beneficiando del compromiso en Estados Unidos para extender los recortes de impuestos, y en menor medida de la probable votación del paquete de rescate de Irlanda", decía Philippe Gijsels, jefe de análisis de BNP Paribas Fortis Global Markets. El euro, aún acuciado por la debilidad de su zona, notaba cierto viento a favor. Sin embargo, “cualquier alza será fugaz”, advertía Lee Hardman, analista de divisas de BTM-UFJ.

Irland Euro
De países como Irlanda depende también la buena marcha del euro.Imagen: picture-alliance/dpa

En medio de la contención reinante se confirmó el desembolso. Desde la capital belga se daba con ello no sólo un espaldarazo a Irlanda, sino que se trataba de emitir también una señal a favor de la solvencia de la economía europea y de la moneda única. “En caso de necesidad, estamos dispuestos a defender el euro”, declaraba el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de Jager, “todos nos colocamos tras el euro. No hay ningún motivo para ver peligros”.

Las palabras deberán bastar. Más pasos no van a darse por el momento. La posibilidad de ampliar el rescate y comenzar a proteger ya a otros Estados miembros en lucha contra las consecuencias de la crisis fue finalmente denegada. “Los políticos necesitan ahora un poco de tiempo para convencer al resto del mundo de lo que acabamos de decidir aquí”, justificó el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble.

Presupuesto duro y difícil

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Miles de personas protestan en Dublín contra los planes de recorte del Gobierno, noviembre de 2010.Imagen: AP

El “día D”, sin embargo, no será el de la liberación de Irlanda. Al país le esperan años de ajustes y recortes, y los pasos dados en las últimas semanas son sólo los iniciales. Ya en 2011 espera Dublín ahorrar 6.000 millones de euros. Las partidas sociales- el subsidio por desempleo, las ayudas por hijo- y el funcionariado lo van a notar de manera destacada.

Para que el euro no se siga tambaleando, socios como Irlanda deben de reducir pronto su déficit. El pacto de estabilidad europeo fija que éste no puede superar el 3 por ciento del PIB, y no cabe comentar lo lejos que de tal cifra está la deuda pública de la isla, que alcanza el 32 por ciento. Para volver a poner los números en orden ha aprobado el Ejecutivo un programa, al que se opone la ciudadanía y la oposición, pero que parece haber logrado una mayoría por la mínima en el Parlamento.

“El presupuesto para el año que viene va a ser muy duro y extremadamente difícil”, opinó Michael Lowry, un diputado independiente que tras algunas modificaciones al texto ha decidido darle su imprescindible voto a favor al plan gubernamental, pero que con todo no cierra los ojos a la realidad: “la gente está muy enfadada y lo estará aún más, porque tiene la sensación de pagar por el desenfreno de los bancos”.

LB/ dpa/ rtrd

Editor: Enrique López Magallón