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“UE debe mantener el control sobre su energía”

7 de febrero de 2019

La UE somete este 8 de enero el futuro del gasoducto Nord Stream 2 a votación. DW invitó a los embajadores de EE. UU. en Alemania, Dinamarca y la UE a exponer los argumentos con qué rechazan dicho proyecto energético.

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Tramo del gasoducto Nord Stream 2 en Mecklenburgo-Antepomerania, Alemania
Tramo del gasoducto Nord Stream 2 en Mecklenburgo-Antepomerania, AlemaniaImagen: picture-alliance/dpa/S. Sauer

En la actualidad, una docena de países europeos cubren tres cuartas partes de su consumo de energía con gas natural de Rusia. Esto hace vulnerables a los aliados y socios de Estados Unidos. Moscú puede abrir o cerrar el suministro a su gusto. Vladimir Putin ha mostrado repetidamente cómo usa el gas como arma. En los años 2006, 2009, 2014 y más recientemente en marzo de 2018, bloqueó el flujo de gas hacia algunos países vecinos.

El hecho de que la UE dependa del gas ruso plantea riesgos para Europa y Occidente en general. Nord Stream 2 aumentaría aún más la vulnerabilidad de Europa al chantaje ruso en el sector energético. Europa necesita mantener el control sobre su propia seguridad energética. No se dejen engañar: Nord Stream 2 no solo entregará gas ruso. El poder y la influencia de Rusia se extenderán a través del Mar Báltico hasta el centro de Europa. Y el gasoducto le permitirá a Moscú socavar aún más la soberanía y la estabilidad de Ucrania.

A cambio, Europa enviará cada año miles de millones de euros a Moscú e indirectamente financiará así la agresión militar de Rusia en países como Ucrania y Siria. También financiará los talleres de troles rusos y las fábricas de desinformación dirigidas contra las instituciones democráticas en Europa y Estados Unidos. La finalización de Nord Stream 2 y la importación de más gas ruso a Europa ayudarían a financiar una mayor agresión en toda Europa.

"El tiempo se acaba"

Tenemos que responsabilizar a Rusia por sus malas acciones. Veinticuatro marineros ucranianos están recluidos desde noviembre en una prisión rusa por navegar a través del Estrecho de Kerch, una vía legal de transporte. Permitir que Rusia continúe la construcción de Nord Stream 2 sería en este momento un mensaje completamente errado.

Los alemanes deben tomar en serio las preocupaciones de sus vecinos. La opinión de la Unión Europea es clara: más de la mitad de los Estados miembro de la UE ya se han pronunciado públicamente contra Nord Stream 2. En una resolución adoptada el 12 de diciembre, el Parlamento Europeo pide que se detenga su construcción y califica el gasoducto de "proyecto político que representa una amenaza para la seguridad energética de Europa". Dinamarca ha decidido estudiar a fondo las implicaciones internacionales y de seguridad del proyecto. Saludamos la declaración del ministro de Relaciones Exteriores, Anders Samuelsen, de que la agresión rusa dificulta comprometerse con un gasoducto ruso en aguas danesas.

Al mismo tiempo, hay voces que dicen que es demasiado tarde para detener Nord Stream 2. Pero eso no es cierto. La tubería está lejos de estar instalada y aún falta mucho para entrar en funcionamiento. Europa todavía puede intervenir y detener el gasoducto. Pero el tiempo corre.

Alemania y Francia son decisivos

La UE debe revisar su directiva de gas adoptada en 2009 en el Tercer Paquete de Energía, para que la legislación de la UE también se aplique a proyectos como Nord Stream 2. ¿Por qué debería permitirse a empresas no pertenecientes a la UE, como Gazprom, distorsionar la competencia en el mercado europeo y al mismo tiempo tener estándares más bajos que las empresas de la UE? Una renovación de la directiva beneficiaría a todos los europeos: mayor transparencia, más seguridad energética, mejores negocios con proveedores de fuera de la UE.

El Parlamento Europeo y la Comisión Europea apoyan estas revisiones, al igual que la mayoría de los Estados miembro del Consejo Europeo. Pero el factor decisivo será cómo lo decidan Alemania y Francia.

Renunciar a Nord Stream 2 no será fácil. Pero hacer lo correcto a menudo no es fácil. Lo que Europa pierde, lo recupera manteniendo su seguridad energética. ¿En verdad quiere Europa depender de un país que recientemente ha usado armas químicas para matar a un oponente político en Europa? ¿De un país que ha invadido el territorio de una nación soberana y ha anexado ilegalmente una parte de su territorio? ¿O el país que derribó el vuelo MH17 de Malaysia Airlines sobre Ucrania y mató a 298 civiles inocentes?

Los gobiernos de Europa deben ser solidarios con Ucrania, defender los intereses energéticos de su gente, y ayudar a cerrar este capítulo de este proyecto mal concebido. Europa no debe dejar voluntariamente el control de su seguridad energética a un oponente. La cancelación de este proyecto enviaría un claro mensaje a Moscú de que las agresiones contra sus vecinos y las intervenciones en nuestras democracias no quedarán impunes.

Autores: Richard Grenell, embajador de EE.UU. en Alemania, Carla Sands, embajadora de EE.UU. en  Dinamarca y Gordon Sondland, embajador de EE. UU. ante la Unión Europea