La ultraderecha avanza en el Este de Alemania

Patricio Troya Suárez

No sólo Alemania, sino toda Europa debe entender que no se puede hacer la vista gorda respecto a los grupos de ultraderecha. Holanda, Bélgica, Austria, Dinamarca, Italia, Suiza y ahora Alemania han visto grupos de esta tendencia ingresar en gobiernos regionales o nacionales. ¿Es que acaso en Europa no han bastado más de 70 millones de muertos, en dos guerras mundiales, para entender que no son racialmente superiores a nadie? ¿Es que la estupidez humana tiene un asidero particularmente fuerte en este continente? Combatir a grupúsculos que aporrean extranjeros o que proclaman la superioridad o pureza de una raza es hacerle un favor al mundo. Si no, pregúntenle a sus abuelos.

Pablo Campos

El descontento generado por la mala situación de la economía alemana, que conlleva reformas sociales, desempleo y descontento, pareciera ser, a primera vista, la causa de que partidos como el NPD o el DVU hayan subido de posiciones, y obtenido puestos regionales en el Este alemán. Pero ese no es problema del Este, ni es tan sólo problema de la economía. El verdadero problema de Alemania es el sistema educativo. Este separa en tres grupos a los niños desde los 10 años, y los sitúa desde esa edad en escuelas separadas. La selección se hace por el rendimiento de los niños en los colegios hasta dicha edad. ¿Es esto criterio suficiente para condenar a un niño a asistir a un colegio de menor calidad que los otros? De este modo, os niños pierden confianza, y, simplemente, se dejan convencer de que no pueden alcanzar la meta de estudiar para llegar a la universidad, y que por eso deben estar en un colegio de menor nivel. En ellos, no aprenden, los profesores son muy malos, y a diferencia del 33% que pudo asistir a un colegio de calidad, no tienen esa visión globalizada, abierta y con capacidad de análisis que los otros pueden desarrollar. Estos niños con educación de bajo nivel son los que se dejan convencer por partidos como los que ganaron en Sajonia y Brandemburgo. Son incapaces de analizar causas y consecuencias, peor aún, de desarrollar una posición política. Uno los ve por la calle o los escucha en el tren, y se nota que no han recibido educación alguna. ¿Qué pasa luego con estas generaciones? Tienen posibilidades muy reducidas, y por lo tanto son las primeras víctimas de la inestabilidad política y económica, y por eso cometen grandes errores como los que podemos observar en los resultados de las elecciones. Esperemos que esto no empeore.

Jorge Aguirre

¿Cómo es que ha ocurrido esto en Alemania? ¿Es que acaso los pueblos de todos los países están aquejados una terrible mala memoria, incluidos aquellos que en la historia reciente sufrieron terriblemente? Quizás podemos decir que la Alemania reunificada no pudo satisfacer los anhelos de la antigua Alemania del Este. Pero esa no es razón, y no justifica volver atrás en la historia. Algo muy lamentable ha ocurrido, y eso nos debe entristecer a todos los habitantes de la tierra.

E. Sebastián R. Costantino

Considero que todas las posiciones políticas pueden ser de utilidad con respecto al estado en que se encuentre un país. Se trata de una forma de equilibrio en el que " por regla" las mayorías contemplan la admisión de pensamientos de diferente tenor a los fines de regenerar la situación en conflicto, haciendo uso positivo de la actual democracia. Un estado no debe temer, frente a la amenazante posición de una extrema derecha, que en Alemania revivan 'viejos fantasmas'. En tal caso, lo preocupante seria la propaganda en los medios y su alcance.

Gabriel Vallarino

No es de extrañar este avance, dadas las condiciones socioeconómicas actuales, que inducen a pensar que se desmejora la calidad de vida, en especial en Alemania del Este. De todas formas no me parece preocupante, dado que el avance conservador se refleja en todas las sociedades, y Alemania no es la excepción. En la mayoría de los países avanza la derecha, producto de la guerra de Iraq y, si bien Alemania tiene una posición clara en contra de la guerra, hay sectores de la sociedad que se inclinan por la derecha en cuanto pueden. No hay que temer, la democracia alemana es fuerte y, seguramente, en diez años se equipararán los del este con los del oeste. Es una pequeña brecha de tiempo en comparación con lo que le costará a los países de Sudamérica alcanzar niveles mínimos de subsistencia y equidad.

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