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La ultraderecha se aglutina

PH/JA/ERS15 de enero de 2007

La extrema derecha logró formar una bancada en el Parlamento Europeo. Mientras algunos temen un dañino espectáculo de diatribas xenófobas, otros destacan que nada cambiará en lo sustancial.

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Alessandra Mussolini, la nieta del Duce, por fin podría tener bancada en el Parlamento Europeo.
Alessandra Mussolini, la nieta del Duce, por fin tendrá bancada en el Parlamento Europeo.Imagen: AP

Veinte parlamentarios se requieren para formar una bancada en el Parlamento Europeo. Un requisito que durante años fue imposible de cumplir para la atomizada ultraderecha en dicha entidad. Sin embargo, el panorama cambó el 1 de enero, con el ingreso de Rumania y Bulgaria a la UE, porque desde esos países han llegado a engrosar las filas de los eurodiputados seis nacionalistas, que se han hecho notar en casa con sus diatribas contra sintis y romas.

Inquietantes historiales

Bruno Gollnisch, Europäisches Parlament, Rechte
Bruno Gollnisch presidirá la bancada de IST.Imagen: AP

La prensa francesa advierte ya del posible surgimiento de una banda de hooligans de extrema derecha en el Parlamento Europeo. Su primer jefe de bancada sería Bruno Gollnisch, el número dos del Frente Nacional francés, de Jean Marie Le Pen. "Nosotros defendemos nuestra identidad, nuestra libertad, y eso es legítimo", replica Gollnish, asegurando que actúan "sin ningún tipo de agresividad contra otros grupos étnicos o naciones".

El propio Gollnisch enfrenta en Francia un proceso judicial por negar el Holocausto, pero no es el único con un historial antisemita. El búlgaro Volen Siderov habla de una conspiración global judía, mientras Alessandra Mussolini, la nieta del "Duce", renunció a su antiguo partido porque éste se disculpó en Israel por las leyes racistas del tiempo del fascismo.

"Identidad, Soberanía y Tradición"

Philipp Claeys, del partido flamenco Vlaams Belang al grupo, considera que no habrá problema. "No queremos oír de parte de ninguno de nuestros miembros palabras antisemitas o abiertamente xenófobas", indica el belga, subrayando que no se proponen "poner en duda el Holocausto a negar el exterminio masivo".

No es mucho lo que tienen en común los diversos grupos políticos que podrían formar la bancada de la ultraderecha, que adoptaría el rótulo de "Identidad, Soberanía y Tradición" (IST). Por eso, su plataforma conjunta es bastante escueta y consiste en oponerse a lo que llaman un "super-estado" europeo y a la influencia de otras culturas. Por eso está en contra de la Constitución europea y de la incorporación de Turquía a la UE. Lo que también los une es la intención de obtener los privilegios de un grupo parlamentario, ya que hasta ahora los ultraderechistas han actuado en solitario, sin un aparato político para organizar comisiones y sin contar, por ejemplo, con el derecho a presentar enmiendas a proyectos de ley.

Impacto limitado

Pero no será mucho más lo que logren, a juicio de Guillaume Durand, analista del Centro de Política Europea, de Bruselas. En su opinión, el pequeño tamaño del grupo indica también que será muy frágil, ya que bastará que una persona lo abandone para desbaratarlo. Durand hace notar que la presencia de elementos de ultraderecha en el Parlamento Europeo no es nada nuevo. "Hasta ahora su influencia real ha sido cercana a cero y, francamente, eso no va a cambiar", opina.

De acuerdo con el analista, tampoco las ventajas financieras y logísticas de formar un grupo marcarán una gran diferencia, aunque admite que ahora tendrán representación en algunos órganos del Parlamento Europeo, como la Conferencia de Presidentes, en la que hasta ahora la extrema derecha no tenía voz. Todo ello no implica, sin embargo, un cambio sustancial en la política europea ni en el Parlamento Europeo, que sólo es un espejo de lo que ocurre en los países miembros.