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La Unión Europea teme la locura italiana

Bernd Riegert29 de septiembre de 2013

La crisis de gobierno en Italia pone en alerta a los políticos europeos, que temen que la inestabilidad del país agrave la crisis económica y perjudique la situación de la eurozona. Bernd Riegert analiza este escenario.

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Silvio Berlusconi.
Silvio Berlusconi.Imagen: Reuters/Alessandro Bianchi

Cinco meses ha durado la coalición de Gobierno entre socialdemócratas y conservadores en Italia. Después de que en las pasadas elecciones de febrero ningún partido obtuviera la mayoría absoluta y la izquierda pactara en impopular alianza con el partido del exprimer ministro, Silvio Berlusconi, Enrico Letta se vio en la casi imposible tarea de gobernar Italia con estabilidad y sacar al país de la crisis económica.

Ahora el Gobierno tambalea por el comportamiento irresponsable y egocéntrico de Silvio Berlusconi. El exprimer ministro, condenado por evasión de impuestos, se aferra a su puesto en el Senado, chantajea al Gobierno y utiliza a su antojo a su partido, al que lidera como si fuera una empresa privada. Berlusconi, que este 29 de septiembre cumplió 77 años, retira a sus ministros del Gobierno, porque el Senado quiere aplicar la sentencia definitiva para expulsarlo de la institución. Con una aterradora frialdad, sin importarle las consecuencias que puede acarrear a su país y al resto de Europa, Berlusconi aprieta las tuercas. ¿O es que se ha vuelto loco, como sospechan tanto Letta como la Unión Italiana de Empresarios?

Coalición sin base

Mientras Berlusconi patalea sobre el escenario, entre bastidores del teatro político romano se tenía bien claro desde el principio de la coalición que las políticas económicas y fiscales de izquierda y derecha no casan bien. Hasta el momento, el Gobierno ha sido incapaz de implementar medidas drásticas. Se posterga el aumento previsto del impuesto sobre el valor añadido (IVA) y de un nuevo impuesto a la propiedad inmobiliaria. Las reformas más importantes quedan en un segundo plano y apenas hay iniciativas contra el desempleo.

Bernd Riegert analiza el escenario producido en Italia tras la renuncia al Gobierno de los cinco ministros de Berlusconi.
Bernd Riegert analiza el escenario producido en Italia tras la renuncia al Gobierno de los cinco ministros de Berlusconi.Imagen: DW/P. Henriksen

La Unión Europea instó a Italia el pasado mesde mayo cumplir con el objetivo de déficit. Ahora parece que Italia debe emitir más deuda de lo previsto. En octubre llega la hora de la verdad. Será entonces cuando el comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea, Olli Rehn, ponga los números sobre la mesa para evaluar el presupuesto de Italia para el próximo año. Si es que es para entonces hay un presupuesto previsto.

Los restantes socios de la eurozona se debaten entre la incompresión y el horror ante el caos en Italia. Precisamente ahora que los datos económicos del país habían mejorado un poco. ¿Es que no tienen nada mejor que hacer los partidos que paralizar de nuevo la política durante meses?

Desconcierto en Europa

Los mercados financieros dejan respirar a Italia desde hace un año. El Banco Central Europeo ha comprado bonos italianos y asegura nuevas intervenciones. Pero, desde el viernes, vuelve a subir el precio que Italia debe pagar por su desmesurada deuda. La subida de la prima de riesgo, a la que Berlusconi se refirió en campaña electoral como "invento alemán", es la dura realidad. Los intereses pueden ahogar a Italia en breve. La crisis está aletargada, pero en ningún caso se ha desvanecido.

Que a Italia le vaya peor, perjudica al resto del sur de Europa. La crisis podría terminar atrapando de nuevo a la Eurozona. Los países del norte tendrían que poner más dinero y garantías para estabilizar Italia.

Italia ante unas nuevas elecciones

En noviembre de 2011, el Gobierno de Berlusconi se vio impelido a abandonar el poder, porque Italia se dirigía hacia un abismo económico y financierto. De poco sirvió. Berlusconi sigue en la arena política y la situación de Italia ha mejorado solo levemente. En Bruselas reina el desconcierto. Por eso los políticos europeos han intentado en los últimos días convencer de todas las formas posibles a los protagonistas de la política italiana para que no hubiera crisis de gobierno. Demasiado tarde. La crisis está aquí y se acabarán convocando nuevas elecciones. Mientras tanto, el anciano presidente Napolitano podría servirse de nuevo de un gobierno tecnócrata. Ese sería el último recurso para que la situación de crisis en Italia no se propague al resto de Europa. Pero un gobierno tecnócrata no suele durar más de un año. .

¿Berlusconi de nuevo candidato?

En Italia hay tres grupos irreconciliables: los socialistas, los seguidores de Berlusconi y los del rebelde Beppe Grillo. No está claro cómo van a reaccionar ahora los "Grillini" y quienes emiten un voto de protesta. Grillo siempre ha dicho que el sistema italiano se ahogará a sí mismo antes de que surja uno nuevo. Podría tener razón.

Pero Berlusconi es más poderoso de lo que fuera del país uno se pueda imaginar. Casi un tercio de los votantes se decantaron por él en febrero pasado, a pesar de los escándalos. Como si fuera un zombi político, quiere refundar su antiguo partido, Forza Italia, y presentarse como candidato a primer ministro en las nuevas elecciones. Solo podemos desear que, en interés de Italia y de Europa, su plan no funcione.