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La vuelta del carbón: ¿una buena alternativa?

Christina Ruta/ NGR30 de julio de 2012

Dentro de ocho años, un tercio de la producción energética alemana deberá provenir de fuentes renovables. Para suplir los otros dos tercios, el ministro de Medio Ambiente planea construir plantas eléctricas de carbón.

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El ministro de Medio Ambiente apuesta por el carbón en plena transición energética.
El ministro de Medio Ambiente apuesta por el carbón en plena transición energética.Imagen: picture-alliance/dpa


Hace más de un año que se aprobó en Alemania la transición energética. Con ello, se pretende sustituir, en unos años, la energía atómica y de carbón por las llamadas energías limpias, especialmente por la hidroeléctrica y la solar. Así, se espera que en 2020 el 35% de la electricidad provenga de fuentes renovables, mientras que para 2050 se prevé que el porcentaje ascienda al 80%.

Ocho centrales nucleares ya han cerrado sus instalaciones. Sin embargo, el carbón sigue siendo un recurso muy arraigado en la producción energética. De hecho, representa el 43,5 % del mix energético.

Electricidad a base de carbón, ¿beneficiosa para el medio ambiente?

Según ministro de Medio Ambiente alemán, Peter Altmaier, estas estimaciones van a mantenerse en el tiempo, incluso ahora que ha ordenado la construcción de nuevas centrales eléctricas de carbón. "Si se produce el 35% de la energía de forma renovable, un 65% debe seguir produciéndose de manera tradicional. Por eso, creo que tiene sentido, reemplazar las centrales contaminantes de carbón de hulla y lignito por modernas y eficientes plantas de carbón y de gas", afirmó Altmaier en entrevista con el periódico semanal Die Zeit.

El ministro de Medio Ambiente alemán, Peter Altmaier.
El ministro de Medio Ambiente alemán, Peter Altmaier.Imagen: dapd

En ese sentido, en Alemania se prevé la apertura de 23 nuevas centrales de carbón, con una capacidad de más de 24.000 megavatios. Además, la organización medioambiental Greenpeace calcula que estas plantas expulsarán una cantidad de CO2 próxima a las 150 millones de toneladas al año.

Que el ministro de Medio Ambiente planee ahora construir este tipo de centrales ha desatado las críticas de la oposición y los ecologistas, los cuales ven en estas altas emisiones de CO2 uno de los factores que contribuyen a agravar el cambio climático. "Cualquier persona que se tome en serio la política energética y el cambio climático no puede estar a favor de las plantas de carbón", criticó Jürgen Trittin, líder de los Verdes en el Parlamento, en referencia a las declaraciones del ministro de Medio Ambiente ofrecidas al rotativo alemán.

Gerald Neubauer, de Greenpeace, afirma que la construcción de centrales de carbón puede bloquear la transición energética.
Gerald Neubauer, de Greenpeace, afirma que la construcción de centrales de carbón puede bloquear la transición energética.Imagen: picture-alliance/dpa

Temores de bloqueo

También Greenpeace tiene sus reservas. "Sospechamos que la construcción de plantas de carbón podría llegar a impedir la transición a energías renovables, ya que estas centrales podrían permanecer activas durante unos 40 años", dijo Gerald Neubauer, experto energético de Greenpeace en declaraciones a Deutsche Welle.

Otro argumento ofrecido por el Ministerio de Medio Ambiente son los costos. Y es que actualmente la electricidad que procede de energías renovables es, en comparación, más cara que el resto. Así, con el fin de no debilitar a la economía alemana, "se debería ofrecer energía a precios comparables a la de nuestros principales competidores", afirma Altmaier, al mismo tiempo que recalca que para que la transición energética sea un éxito, "es necesario convencer también a la Economía de ello".

¿Económicamente viable?

Sin embargo, Gerald Neubauer, de Greenpeace, considera que la transición a energías limpias, como la energía eólica y solar, es económicamente factible. "Estas energías provocan una bajada en el precio de mercado de la electricidad", comenta el experto. "Por ejemplo, la energía fotovoltaica provee electricidad en los momentos álgidos del consumo; y este hecho tiene un efecto regulador sobre los precios de la electricidad en el mercado de valores", agrega.

Ocho de las centrales energéticas más perjudiciales, en cuanto al CO2, utilizan carbón de lignito.
Ocho de las centrales energéticas más perjudiciales, en cuanto al CO2, utilizan carbón de lignito.Imagen: picture-alliance/dpa

Neubarer estima, además, que la construcción de plantas eléctricas de carbón constituye una mala inversión, ya que en unos 10 o 20 años estas plantas no encajarán en el sistema energético alemán. "En términos de costos, tiene mucho más sentido apostar por energías renovables y gas natural", sostiene.

En este sentido, defensores del medio ambiente ya están planeando acciones contra la construcción de nuevas plantas eléctricas de carbón. En las próximas semanas se crearán campamentos de protesta en las zonas de Lausitz, Renania y Sajonia-Anhalt, donde se sitúan las tres minas de carbón de lignito de Alemania.

Autor: Christina Ruta/ NGR

Editor: Cristina Papaleo