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Lagarde con Merkel

10 de enero de 2012

Grecia, Hungría, el pacto fiscal, la tasa financiera: mucho tienen de qué hablar la canciller alemana, Angela Merkel, y la directora del FMI, Christine Lagarde.

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La canciller alemana, Angela Merkel, y la directora del FMI, Christine Lagarde, en BerlínImagen: picture-alliance/dpa

La cancillería de Berlín se viste de euro. Los nuevos capítulos de la crisis son el núcleo de la conversación entre Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional, y la canciller alemana, Angela Merkel. Sobre la mesa está las decisiones tomadas la jornada anterior en su encuentro con el presidente francés, Nicolás Sarkozy. También las perspectivas para Grecia e Italia –con cuyo primer ministro se reunirá Merkel pocas horas más tarde.

Con la tensión en los mercados y con presagios negativos para Grecia como fondo tienen lugar estos encuentros. No falta en la agenda el Mecanismo Europeo de Estabilidad y la acelerada introducción de una tasa financiera, avizorada por Merkel y Sarkozy durante su último encuentro. El nuevo pacto fiscal entre los gobiernos de 26 países de la Unión Europea y las condiciones de una cada vez más posible ayuda a Hungría son tema de conversación.

¿Qué va a pasar con Grecia?

Según análisis de especialistas, Atenas se acerca al default, de las negociaciones con los acreedores para una quita de deuda hasta el momento no se tiene resultados favorables y el gobierno griego sigue esperando el séptimo tramo de ayuda internacional (5 mil millones de euros) que debió haber sido liberado en diciembre.

Para la próxima semana está prevista en Grecia una reunión entre el FMI, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea; a finales de enero se preparará el informe final sobre la decisión a este respecto. Antes de eso, los expertos de la troika deberán dar su visto bueno a la labor reformista del gobierno de Lucas Papademos. "Queremos que Grecia permanezca en la eurozona", adelantó la líder germana.

Merkel und Sarkozy treffen sich in Berlin PK
Angela Merkel y Nicolas Sarkozy en Berlin, enero 9 de 2012Imagen: dapd

Ahora Hungría

Por otro lado está Hungría –país que todavía no está en la zona euro- y que corre el peligro de un derrumbe económico, con el consiguiente riesgo para su principal acreedor, Austria, miembro de la eurozona.

Budapest, cuyo déficit presupuestario en 2011 roza el 10 por ciento del PIB, se ha visto duramente afectada por la crisis del euro y paga altos intereses por su deuda. Desde noviembre busca un nuevo préstamo del FMI y el BCE. Pero, Bruselas condiciona su ayuda a cambios en la política del presidente Viktor Orban con miras a ajustarse a los estándares comunitarios. Por el momento no se trata de imponer sanciones por no cumplir con el tope de déficit estipulado en los tratados europeos, sino de conseguir que Budapest garantice el respeto de principios básicos, como la independencia del Banco Central.

Situación tensa

De Berlín, Lagarde seguirá a París. La directora del FMI había advertido pocos días antes de un año duro para la zona euro. Con todo, se mostró optimista: “Nuestra evaluación es que incluso si algunos países de la zona euro están en una recesión técnica durante parte o todo el 2012, la zona euro podría no estar técnicamente en una recesión. Tiene economías muy diferentes a ritmos de crecimiento diferentes. Eso tendrá un impacto en toda la zona euro”, decía en Johannesburgo. Mientras tanto Merkel y Sarkozy cerraban filas en cuanto a la introducción acelerada de un impuesto financiero: en caso de que no sea posible a nivel de los 27, a nivel de la zona euro. Entretanto, las críticas a esta posible medida se acumulan.

Y más temas

En la lista de temas pendientes se incluye los avances en la elaboración del pacto fiscal intergubernamental al que se comprometieron los países de la UE menos Gran Bretaña: el esbozo habla de un compromiso para mantener una deuda por debajo del 60 por ciento del Producto Interno Bruto y un déficit de presupuesto de menos del 3 por ciento.

Y por último, también está el tema del lanzamiento del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEE), cuya puesta en marcha fue adelantada para mediados de este año y que, en un principio, será dotado de un capital de 80.000 millones en pagos divididos en cinco años. Por verse está si esto interferiría con la resolución de los ministros europeos de Economía de reforzar con 150 mil millones de euros al FMI para que éste a su vez pueda asistir a países europeos en aprietos.

Como fuere, de las conversaciones no se esperan conclusiones formales; se trata, según la cancillería, de “un intercambio informal de visiones". Las reuniones formales y urgentes con respecto a cada uno de estos temas están a la puerta.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas