Las elecciones alemanas y el voto anticipado
3 de septiembre de 2017Cada vez más ciudadanos alemanes evitan ir a las casillas y emiten su voto antes de la jornada electoral. En 2013, 24,3 por ciento de los sufragios se emitieron de manera anticipada y por correo. Cristina Tillmann, directora del programa "Futuro de la democracia” en la Fundación Bertelsmann, estima que dicha proporción podría ser mayor en los comicios que se avecinan.
Deutsche Welle (DW) transmite, este domingo, el único debate televisado entre Merkel y Schulz en la disputa por la cancillería en elecciones del 24 de septiembre a través de DW (Español) en vivo,así como a por live streaming en nuestro portal de noticias y trasfondo DW.COM, a partir de las 18.15 UTC.
Más información:
-¿Ganará la abstención las elecciones alemanas?
-Schulz no consigue ganar terreno contra Merkel
"El voto postal llegó para quedarse”, dijo Tillmann a DW. "Se ha consolidado como una alternativa al voto tradicional en las casillas. Ya no es una excepción, pese a que legalmente todavía se le define como tal. Tanto los partidos como los funcionarios electorales deben contar con que 25 o 30 por ciento de los votantes ejercerán su voto de manera anticipada”.
Esta tendencia refleja, en primer lugar, que la vida de las personas se ajusta cada vez menos al modelo laboral tradicional, de lunes a viernes y de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Mientras un creciente número de personas vota anticipadamente, otras se deciden en una fase tardía del proceso electoral.
"Son cada vez más los votantes que no pertenecen a estructuras tradicionales y que no tienen vínculo alguno con los partidos políticos”, dice a DW el politólogo Marc Debus, de la Universidad de Mannheim. "Los votantes actuales son más independientes de los partidos, y se deciden tardíamente. Al mismo tiempo, son más los empleados que trabajan en domingo o que ese día de la semana tienen otras ocupaciones en su vida privada”.
Pero el voto anticipado no solo refleja los cambios en la sociedad y la cultura en Alemania. También repercute en los resultados de las elecciones.
Cambiando con el tiempo
Sin duda alguna, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel toma muy en serio el fenómeno del voto anticipado. Por primera vez en su historia, los conservadores han lanzado una estrategia específica para los votantes tempranos, incluyendo 400.000 paquetes de material proselitista y publicidad especial en video.
Combinado con la promoción puerta a puerta, esto constituye una parte fundamental de la campaña de la CDU, cuyo secretario general, Peter Tauber, lo explica así: "Acudir a las urnas ya no es un ritual apreciado”.
El Partido Liberal Demócrata (FDP), que promueve el libre mercado y el liberalismo social, también pone mucho énfasis en el voto postal y anticipado. En las pasadas elecciones generales en Alemania, realizadas en 2013, el FDP tuvo 40 por ciento más votos entre quienes votaron anticipadamente que entre los votantes en urna.
"Especialmente en las semanas finales del proceso electoral, tratamos de llegar a la gente con el mensaje ‘vota por correo y aprovecha la oportunidad'”, afirma Felix Droste, vocero del FDP. "El procedimiento es muy sencillo”, resalta.
Sin embargo, aunque el voto anticipado crece en popularidad, no deja de ser controvertido.
¿Prematuro, o más incluyente?
El voto postal o anticipado tiene una larga tradición tanto en Estados Unidos como en Reino Unido. En Alemania, en cambio, ha sido visto con escepticismo. La posibilidad de votar por correo en Alemania data de 1957, y antes de 2008, quienes quisieran votar por correo o anticipadamente tenían que solicitar autorización citando las razones que le impedían acudir a las urnas. Actualmente, además de votar fuera de su distrito electoral, los votantes alemanes pueden ir a la sede de su autoridad electoral local y votar anticipadamente.
Algunos críticos opinan que este tipo de sufragio va contra el propósito oficial de las campañas políticas, dado que los votantes posiblemente no cuenten con toda la información relevante al respecto. Otros no ven tal peligro. "El riesgo de que muchos votantes anticipados cambien de opinión en las semanas finales del proceso es muy reducido”, dijo a DW Philipp Geiger, vocero del Partido Socialdemócrata (SPD).
Márgenes estrechos
Mientras la canciller Angela Merkel y los conservadores lucen confiados de ganar la mayoría de los votos el 24 de septiembre, para otros partidos cada voto implica una gran diferencia. Los liberaldemócratas del FDP se quedaron en 2013 a 0,2 por ciento de votos de obtener la representación parlamentaria. Por eso, esta vez van por cada voto. En cuanto al voto postal o anticipado, "sería una locura no aprovechar la tendencia actual, especialmente cuando nuestros competidores también la están tratando de explotar”, afirma Droste.
Sondeos de opinión indican que, en efecto, el FDP está cerca del porcentaje que les permitiría formar parte del próximo gobierno alemán. Unos cuantos miles de votos podrían hacer la diferencia. Y esos votos podrían ser precisamente los de quienes usarán las formas alternativas de sufragio.
Jefferson Chase (ELM/DZC)