Estrechas relaciones entre Cuba y El Vaticano
10 de mayo de 2015La solidaridad entre los católicos y los comunistas se basa sobre todo en un enemigo común: el materialismo. Precisamente el papa anticomunista Juan Pablo II allanó el camino para esta alianza. En su visita a Cuba, en 1998, no solo criticó la pérdida de valores y el creciente secularismo en el mundo occidental, sino también el embargo económico estadounidense contra La Habana.
"Que Cuba se abra al mundo, y que el mundo se abra a Cuba": con esta frase histórica Juan Pablo II cimentó la cooperación entre la isla y la curia. El papa polaco fue el primer jefe de El Vaticano en visitar el régimen comunista en La Habana. Y Fidel Castro supo usar la crítica papal contra el bloqueo estadounidense para sus propios fines.
Ayuda caritativa sin embargo
"En el mundo no solo existen católicos buenos y comunistas malos, también en Cuba esos tiempos pertenecen al pasado", decía ya en aquel entonces la directora de Cáritas en Cuba, Maritza Sánchez Abillud. En tanto, la organización humanitaria católica, fundada en 1991, cuenta con una red de doce mil voluntarios en el país caribeño.
Por lo menos en el ámbito del trabajo social católico, Estados Unidos parece haber levantado el embargo, puesto que el Servicio de Ayuda Católico del país (CRS, por sus siglas en inglés) es el mayor financiador de Cáritas en Cuba.
También en la oficina de Cáritas Internacional en Alemania se espera que aumente la cooperación con la organización gemela en la isla. "Hasta ahora solo podemos ayudar a los afectados por catástrofes y ofrecer asistencia a personas mayores y discapacitadas", dice Oliver Müller, director de Cáritas Internacional. "Pero, si el Gobierno se abre, podríamos cooperar más", añade.
El director no solo sigue con atención los cambios en Cuba, sino también los pasos de la curia en Roma. "En cuanto a política eclesial, ha habido cambios radicales", opina. Bajo el papa Benedicto hubiera sido impensable que invitaran a teólogos de la liberación como Gustavo Gutiérrez a la asamblea anual de Cáritas Internacional. El nuevo papa, en cambio, despierta optimismo, asegura Müller.
Catequismo para comunistas
El deshielo entre La Habana y la Santa Sede empezó después de la caída del Muro de Berlín. En 1992, Fidel Castro ordenó que Cuba cambiara de un Estado ateísta a uno laicista. Desde entonces, los católicos pueden ser miembros del Partido Comunista y, al revés, los comunistas también tienen derecho a ser católicos.
Hoy día, los sacerdotes y obispos cubanos pueden viajar sin restricciones. Asimismo, en el marco de la visita del papa Benedicto a Cuba en 2012, como gesto reconciliador, Raúl Castro reintrodujo el Viernes Santo como día feriado oficial. No obstante, pese a las estrechas relaciones con el Vaticano, la Iglesia católica enfrenta varios problemas en la isla: los inmuebles eclesiásticos se están derrumbando, los sacerdotes muchas veces carecen de medios de transporte adecuados para trasladarse de una parroquia a otra y el acceso a los medios digitales es difícil. Asimismo, la situación de los derechos humanos y la persecución de los disidentes dificulta el trabajo diario de la Iglesia católica en Cuba.
Pero después de la exitosa mediación del Papa en el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, ya no será tan fácil para Raúl Castro denegar las peticiones de la Iglesia católica para que se mejoren sus condiciones de trabajo en la isla.