Estrellas alejadas
8 de junio de 2012Eusebio, “La Pantera Negra”, no se midió nunca contra “El Kaiser”, Beckenbauer, a nivel de selecciones. Dos de los futbolistas más importantes en la historia de este deporte, pese a haber brillado en épocas muy cercanas, y a que sus carreras profesionales se desarrollaron casi de forma paralela, no coincidieron como contrincantes en defensa de sus países.
Dos décadas áridas
El principal factor que impidió el encuentro entre Eusebio y Beckenbauer fue la larga pausa de 22 años sin partidos entre Portugal y Alemania. Fue mucho tiempo el que transcurrió entre 1960, cuando los alemanes, derrotaron a los portugueses por 2-1 en un juego amistoso, y 1982, fecha en la que se volvieron a ver las caras estos dos equipos nacionales, nuevamente con triunfo de Alemania.
Y claro, en 1960 “El Kaiser” era apenas un chiquillo de 15 años que todavía jugaba para el equipo juvenil del Bayern Múnich. Para “La Pantera Negra”, ese año significó su arribo a Europa, proveniente de Mozambique, para integrarse, contando con 18 años, a las filas del equipo con el cual alcanzaría la gloria internacional: Benfica Lisboa.
En 1982 la situación era distinta, entonces ya ninguno de los dos era jugador activo de sus selecciones. Mientras el portugués recién había terminado su carrera, tras haber actuado tres años en el fútbol sala de Estados Unidos, el alemán preparaba su retiro, que ocurriría en el Cosmos de Nueva York.
Tan cerca y tan lejos
Inglaterra, en el Mundial de 1966, fue el lugar en el que estos dos astros del fútbol internacional estuvieron más cerca el uno del otro. Pero otra vez, por culpa de los sorteos de los grupos de juego, sus caminos no se cruzaron.
Eusebio llegó al evento como una de las máximas figuras futbolísticas del momento, su fama ya trascendía las fronteras de Portugal tras haber hecho campeón de la liga local al Benfica durante tres años consecutivos, y haber obtenido el reconocimiento como mejor futbolista de Europa en 1965. Beckenbauer, por su parte, se asomó al Mundial como un mozuelo muy prometedor, que en Inglaterra daría el primer paso a la que sería luego una fama eterna.
Guiado por “La Pantera Negra”, el seleccionado portugués ganó todos sus partidos en la fase de grupos. Luego, en cuartos de final, contra Corea del Norte, Eusebio, prácticamente en solitario, tras anotar 3 goles en 30 minutos, se consagró definitivamente como súper estrella del fútbol, al darle la victoria a su país 5-3.
La suerte, sin embargo, le impidió toparse en la final con Franz Beckenbauer, pues Portugal cayó derrotado 1-2 contra Inglaterra, país que disputaría el título contra Alemania. Eusebio se marchó del Mundial con el trofeo como máximo artillero (9 goles), y “El Kaiser” fue elegido como el mejor jugador joven del torneo.
Otro encuentro frustrado
En 1977, ya en el ocaso de sus carreras, pareció que Eusebio y Beckenbauer por fin iban a coincidir como rivales, si bien no en un partido de selecciones nacionales, por lo menos en los juegos de la Liga Norteamericana de Fútbol (NASL). Allí, de todas formas, el encuentro tampoco se dio pues ambos se sumaron a sus equipos en el verano, fecha para la cual el Cosmos, del alemán, y el Las Vegas Quicksilver, del portugués, ya se habían enfrentado en la fase temprana del campeonato, en el mes de abril.
Pese a que los dos permanecieron un par de temporadas más en Estados Unidos, Beckenbauer lo hizo como futbolista de la NASL, mientras Eusebio pasó a otra Liga, la ASL, donde estuvo como integrante del New Jersey Americans, el que sería su último equipo profesional.
Los dos más grandes de sus países, y sin duda dos de los más grandes del fútbol mundial, formaron una relación de amistad que creció con los años; la camaradería entre Beckenbauer y Eusebio nunca confrontó la prueba de la rivalidad por defender los colores patrios de Alemania y Portugal.
Autor: Daniel Martínez
Editor: Emilia Rojas